El Brexit amenaza con poner fin a la circulación libre entre el Reino Unido y la Unión Europea

“Creemos que nos va a impactar de forma directa ya que vivimos aquí con pasaporte europeo”, contó un grupo de tucumanos en Londres. A las 20 de ayer, Gran Bretaña abandonó de forma oficial el bloque comunitario. Se espera que las partes negocien hasta diciembre la regulación del tránsito de personas.

NOCHE HISTÓRICA. Un partidario del Brexit enarbola la “Union Jack” durante la previa de la oficialización de la salida. Reuters NOCHE HISTÓRICA. Un partidario del Brexit enarbola la “Union Jack” durante la previa de la oficialización de la salida. Reuters

Ir y volver entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) no volverá a ser igual. Por lo menos a partir del 31 de diciembre, fecha límite para que las partes acuerden los nuevos términos de la libre circulación que aún existe entre sus fronteras. Y, para un grupo de tucumanos, esos cambios podrían significar un impacto directo.

Las novedades se sabrán una vez que haya finalizado el periodo de transición que se inició ayer tras la consumación del Brexit. Londres ya ha perdido voz y voto en las instituciones europeas y su pabellón ha sido retirado de ellas. No obstante, las normas comunitarias del bloque seguirán aplicándose en suelo británico por lo menos durante 11 meses más.

¿Fin del libre movimiento?

No sólo la libertad de tránsito podría verse afectada. Las normas sobre permisos de conducir, los pasaportes y hasta el roaming gratuito cambiarían entre las orillas del Canal de la Mancha desde el 2021 una vez que el Reino Unido ya no forme parte del mercado único y de la unión aduanera.

Hasta el momento, no han comenzado las negociaciones por la futura relación comercial entre el país liderado por Boris Johnson y la UE. Según el acuerdo ya firmado, lo primero que se terminaría es el libre movimiento entre los comunitarios que los habilita a vivir y trabajar en todo el bloque europeo.

“Creemos que nos va a impactar de forma directa a todos los que somos ciudadanos de la UE y que estamos viviendo en suelo inglés”, contó a LA GACETA Manuela Terán, una tucumana de 20 años que reside en Londres.

Ella, al igual que Raúl Ríos Avellaneda e Isaías Saá, sus compañeros de viaje, estudian y trabajan en la capital británica gracias a que poseen pasaportes emitidos por otros países de la Unión. “Entramos al Reino Unido de manera muy fácil por puertas electrónicas. Estuvimos tranquilos porque la ciudadanía nos simplificó bastante trámites”, relataron los jóvenes tucumanos de 20 años.

Controles migratorios

Una de las principales demandas de los partidarios del Brexit ha sido que el gobierno británico tome las riendas de las políticas migratorias. Es que, desde la entrada en vigor del mercado único en 1993, los ciudadanos de los países miembro de la UE están habilitados a vivir, estudiar, trabajar o emprender negocios con libertad en cualquier otro Estado del bloque.

En consecuencia, el saldo migratorio de ciudadanos europeos al Reino Unido ha crecido de forma exponencial durante los últimos 20 años. “Creemos que a partir de ahora habrá un control mucho más estricto al momento de ingresar. Eso nos repercute si nos vamos y el día de mañana queremos volver a estudiar o trabajar”, reflexionó Terán. Y concluyó: “Lo que más se verá afectado por el Brexit es el paso de inmigrantes. Se ve que la gente en general, más allá de sus posiciones, está a favor de mayores controles para ingresar al territorio”.

Los eventuales cambios en la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales mantienen en vilo al Viejo Continente. Por ello, el Gobierno británico ya ha publicado algunas recomendaciones sobre las modificaciones que se producirán a partir del Brexit. Pronto, tanto británicos como ciudadanos con pasaporte de la UE deberán atenerse a las leyes migratorias como el resto de las naciones sin acuerdos específicos del tipo.

Trámites de residencia

Los derechos de los habitantes que actualmente residen tanto en el Reino Unido como en el resto de Europa quedaron asegurados en el acuerdo firmado entre Londres y Bruselas en octubre del año pasado. A pesar de ello, gran parte de los europeos que viven en territorio británico optaron por aplicar a la residencia permanente con el objetivo de preservar sus derechos. Si un extranjero ha vivido allí de manera legal por menos de cinco años y aún permanece en el Reino Unido, puede aplicar a un “pre settled status” (pre estado de permanencia) que le permite residir por otros cinco más para luego solicitar la residencia permanente y, eventualmente, la ciudadanía británica por naturalización.

Las reglas para Argentina

Para los latinoamericanos (sin pasaporte europeo por doble nacionalidad) que deseen viajar al Reino Unido no cambiará nada como consecuencia del Brexit. La libre circulación de personas sólo se aplicaba a ciudadanos de la UE y Estados con acuerdos especiales como Suiza o Noruega. Según consignó la BBC, los llamados “extracomunitarios”, personas de fuera de la UE, estaban y seguirán sujetos a otras normas.

Entre esos países se encuentra la Argentina. Los ciudadanos del país no necesitan una visa para ingresar a Gran Bretaña en calidad de turistas y pueden permanecer allí hasta seis meses. Entre la documentación exigida para poder hacerlo se encuentra la presentación del pasaporte vigente, del pasaje de regreso, de un seguro médico y de la reserva de hotel o de una carta de invitación.

Los argentinos que deseen trabajar o estudiar en el Reino Unido deberán aplicar a una visa según su tiempo de estadía o tipo de contrato previo que acrediten.

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