La misa de hoy: las tentaciones y el coronavirus

01 Marzo 2020

“En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre. Y el tentador se le acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Pero él le contestó diciendo: -Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Cristo fue tentado en el desierto. Todo hombre prueba alguna vez la aridez y monotonía del desierto; en su hogar, cuyas tareas pueden cansarle; en el trabajo que puede aburrirle...; la vida misma, que es un regalo y una tarea ilusionante, puede parecerle insípida. Y lo mismo ocurre con la vida cristiana. Es, en alguna medida, la noche oscura de los santos.El Diablo aprovecha el hambre de Jesús para sugerirle que convierta las piedras en pan. Pero Él respondió que “no sólo de pan vive el hombre”. Fue una respuesta magnífica. No sólo de lo que nos ofrece este mundo vive el hombre.

Las tentaciones reflejan la debilidad del hombre frente al mal. La peor tentacion es ya no sentirse tentado y creerse dueño de si mismo en su afan de libertad absoluta sobre lo que consiera bueno o malo. HOY este falso concepto del creerse todo poderoso muestra una vez mas su falacia cuando un virus microscopico como el corona Virus has desmantelado la paz social, economica de la vida global. Este hombre tan dueño de si mismo se ve vencido por un microscopico virus y hace tambalear su existencia, su poder y su señorio de creerse todo poderoso. Las tentaciones nos muestran que no somos tan poderosos como nos creemos por mas tegnologia o saberes cientificos que tengamos y hayamos logrado. De esta circunstancia hay mucho por aprender.

En el orden espiritual también a nosotros, en horas de cansancio o de tedio, nos incita el Diablo a convertir la piedra de la monotonía de los días iguales en pan que calme el hambre de una dicha que parece ausente. Es la tentación, el ofrecimiento para que cambiemos la exigencia de una vida cristiana honrada, por otra más “libre”, más “humana”. Podriamos pensar las tentaciones sobre cuatro niveles existenciales hoy:

1

Nivelar para abajo: es visto como el mal espiritu nos tienta a aflojar en la lucha de la virtud y la fe. Tendemos a nivelar para abajo con tal de no tener problemas, de no generarnos dificultades; la exigencia de crecer disminuye para terminar siendo escalvos de la mediocridad. “Hace lo que puedas” es el lema de esta vida mediocre!.

2

La envidia del talento: es propio y consecuencia de lo anterior el mirar con la envidia al talento,don y virtud de los otros. El mal espiritu nos tienta a mirar con sospecha al bien superior, a la exigencia de lo virtuoso y al bien de la Gracia. Como dira el apostol Santiago, la virtud del otro resulta como “ascuas en la cabeza”. La envidia moderna es no soportar el Bien en el otro.

Un tercer campo de tentanciones son los resentimientos: es el tipico campo del mediocre que mirando con envidia analiza con resentimiento el bien de los otros. Se explota este sentimiento adverso en el corazon de los pueblos, de las instituciones, de los corazones humanos y asi se logra soliviantar el animos social y personal en beneficio de unos pocos.

Un cuarto elemento es la venganza como modo de gobierno de las realidades humanas y sociales. Esta tentacion desbarata la rectitud de intencion porque solo analiza como no dar justicia sino solo el provecho para unos pocos. En este camino solo se producen grietas que se abren y no se saben cuando se cierran. La venganza es el modo miope de mirar y pensar el Bien que el Señor nos da da para compartir.

En estos cuatro pasos el Diablo actua para alejarnos de DIos y de los hermanos. Todo muestra tambien que solo Jesús puede ayudarnos a vencerla en nuestro corazon para ser servir mejor a Dios, al hombre y al mundo que se puso en nuestras manos.

“En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre. Y el tentador se le acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Pero él le contestó diciendo: -Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Cristo fue tentado en el desierto. Todo hombre prueba alguna vez la aridez y monotonía del desierto; en su hogar, cuyas tareas pueden cansarle; en el trabajo que puede aburrirle...; la vida misma, que es un regalo y una tarea ilusionante, puede parecerle insípida. Y lo mismo ocurre con la vida cristiana. Es, en alguna medida, la noche oscura de los santos.El Diablo aprovecha el hambre de Jesús para sugerirle que convierta las piedras en pan. Pero Él respondió que “no sólo de pan vive el hombre”. Fue una respuesta magnífica. No sólo de lo que nos ofrece este mundo vive el hombre.

Las tentaciones reflejan la debilidad del hombre frente al mal. La peor tentacion es ya no sentirse tentado y creerse dueño de si mismo en su afan de libertad absoluta sobre lo que consiera bueno o malo. HOY este falso concepto del creerse todo poderoso muestra una vez mas su falacia cuando un virus microscopico como el corona Virus has desmantelado la paz social, economica de la vida global. Este hombre tan dueño de si mismo se ve vencido por un microscopico virus y hace tambalear su existencia, su poder y su señorio de creerse todo poderoso. Las tentaciones nos muestran que no somos tan poderosos como nos creemos por mas tegnologia o saberes cientificos que tengamos y hayamos logrado. De esta circunstancia hay mucho por aprender.

En el orden espiritual también a nosotros, en horas de cansancio o de tedio, nos incita el Diablo a convertir la piedra de la monotonía de los días iguales en pan que calme el hambre de una dicha que parece ausente. Es la tentación, el ofrecimiento para que cambiemos la exigencia de una vida cristiana honrada, por otra más “libre”, más “humana”. Podriamos pensar las tentaciones sobre cuatro niveles existenciales hoy:

1. Nivelar para abajo: es visto como el mal espiritu nos tienta a aflojar en la lucha de la virtud y la fe. Tendemos a nivelar para abajo con tal de no tener problemas, de no generarnos dificultades; la exigencia de crecer disminuye para terminar siendo escalvos de la mediocridad. “Hace lo que puedas” es el lema de esta vida mediocre!.

2. La envidia del talento: es propio y consecuencia de lo anterior el mirar con la envidia al talento,don y virtud de los otros. El mal espiritu nos tienta a mirar con sospecha al bien superior, a la exigencia de lo virtuoso y al bien de la Gracia. Como dira el apostol Santiago, la virtud del otro resulta como “ascuas en la cabeza”. La envidia moderna es no soportar el Bien en el otro.

3. Un tercer campo de tentanciones son los resentimientos: es el tipico campo del mediocre que mirando con envidia analiza con resentimiento el bien de los otros. Se explota este sentimiento adverso en el corazon de los pueblos, de las instituciones, de los corazones humanos y asi se logra soliviantar el animos social y personal en beneficio de unos pocos.

4. Un cuarto elemento es la venganza como modo de gobierno de las realidades humanas y sociales. Esta tentacion desbarata la rectitud de intencion porque solo analiza como no dar justicia sino solo el provecho para unos pocos. En este camino solo se producen grietas que se abren y no se saben cuando se cierran. La venganza es el modo miope de mirar y pensar el Bien que el Señor nos da da para compartir.

En estos cuatro pasos el Diablo actua para alejarnos de DIos y de los hermanos. Todo muestra tambien que solo Jesús puede ayudarnos a vencerla en nuestro corazon para ser servir mejor a Dios, al hombre y al mundo que se puso en nuestras manos.

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