Un empleado del Ente Cultural tiene coronavirus y perdió a su madre y a su tía

A Rafael Vázquez Rivera, un tucumano por adopción, el destino le jugó de la peor manera, cuando regresaba de Estados Unidos. Ahora está en cuarentena y espera superar la enfermedad.

Federico Artaza (izquierda) y Rafael Vázquez Rivera, en cuarentena. Federico Artaza (izquierda) y Rafael Vázquez Rivera, en cuarentena.

Un empleado del Ente Cultural de Tucumán perdió a su madre y a su tía por el coronavirus en el lapso de una semana y él está en cuarentena obligatoria porque también dio positivo.
Rafael Vázquez Rivera viajó hace seis meses a Los Ángeles, California (Estados Unidos). Su plan era capacitarse en el campo audiovisual y, de paso, visitar a su madre María del Carmen Rivera. Ella es de origen guatemalteco, pero reside en California. Llevaba mucho tiempo sin verla; entonces solicitó permiso laboral y partió a Estados Unidos.

Vázquez Rivera en plena cuarentena obligatoria. Vázquez Rivera en plena cuarentena obligatoria.

Vázquez Rivera fue director de Medios Audiovisuales del Ente Cultural en Tucumán desde 2004 hasta el año pasado. Ahora no es director, pero mantiene su puesto como empleado de planta permanente. El mes pasado, preparó su regreso a Tucumán. Una noche antes del viaje, en Los Ángeles, organizó una reunión familiar. Una suerte de asado con su madre, su tía Angélica Rivera y una prima, Cristina Leyva. Al día siguiente emprendió el viaje con escala en Lima. En esa ciudad empezó a cambiar el destino y su vida dio un vuelco dramático.

El aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima estaba militarizado. Había vuelos suspendidos, demoras, reclamos, y miles de pasajeros perdiendo la paciencia frente a los mostradores de las aerolíneas. Pasaron las horas hasta que Vázquez Rivera logró tomar un vuelo hacia Asunción del Paraguay. El objetivo era salir de Perú, que empezaba las restricciones por el coronavirus. Una vez que llegó a Asunción del Paraguay se hizo un poco más viable el siguiente paso: entrar a Argentina.

En Ezeiza, bajó del avión y en los controles de rigor, Vázquez Rivera dio positivo de covid-19. De inmediato se activó el protocolo correspondiente. Fue aislado y alojado en un hospital de Merlo, en Buenos Aires. En ese edificio hay otras personas infectadas que también cumplen el aislamiento obligatorio. En esa misma semana de aislamiento, Vázquez Rivera recibió la primera mala noticia: en Los Ángeles, su tía Angélica, había muerto por coronavirus.

Angélica Rivera, la tía de Rafael Vázquez Rivera. Angélica Rivera, la tía de Rafael Vázquez Rivera.

Mientras tanto a su propia madre le daba positivo el test. La mujer fue internada inmediatamente. Pero una semana después se agravó su estado de salud. Estaba con respirador artificial. Desde Buenos Aires, a través de una videollamada que le hizo uno de los enfermeros, Vázquez Rivera pudo ver el momento en que le quitaban el respirador a su madre. Solo por teléfono pudo verla. Ni siquiera podía hablar. Solo mirar la partida de su propia madre. 

"Acompañé a mi vieja en sus últimos momentos por videollamada -cuenta Vázquez Rivera, desde Buenos Aires-, le intenté dar tranquilidad, paz, creeme que tuve la sensación de que me hubiera parido de nuevo, como si de nuevo hubiera salido de su vientre, y se fue...".

El covid-19 se había llevado, en una semana trágica, a su tía y a su madre. Vázquez Rivera sigue en cuarentena. Está en el hospital "Héroes de Malvinas" en Merlo. A través de Whatsapp conversa sobre sus dramáticos días desde que salió de Los Ángeles hasta hoy. Mientras tanto, en Estados Unidos, a su prima Cristina también le dio positivo el test de covid-19. Sin embargo, ella parece evolucionar favorablemente.

María del Carmen Rivera, la madre de Rafael Vázquez Rivera. María del Carmen Rivera, la madre de Rafael Vázquez Rivera.

Cristina Leyva, la prima, estuvo internada y entubada. Según los médicos tenía un 5% de posibilidades de salvarse. Lo logró. Ahora sigue en cuarentena. Tiene fuerzas, se siente bien y los síntomas van aminorando. 

"A mi prima le pusieron el  ´Remdesivir' (un medicamento) que se usó para el ébola y funcionó -detalla Vázquez Rivera-; fue algo experimental, pero por suerte funcionó", remarca.

Como si fuera poco todo lo que le sucedió, en el trayecto de vuelo, se perdió la valija de Vázquez Rivera. Nadie sabe si el equipaje quedó en Lima o se perdió en Asunción del Paraguay. Lo cierto es que llegó con lo puesto. En Buenos Aires le alcanzaron una donación de ropa usada para que pudiera pasar los días de encierro. En ese mismo edificio tiene como compañero de piso a otro hombre infectado. Federico Artaza, es paramédico y chofer de ambulancia.

"Como trabajador de la salud bajaba a los domicilios con casos posibles covid-19 y otros sospechosos -relató Federico Artaza en su cuenta de Facebook-, cuando bajamos en equipo nos protegimos lo mejor posible trajes, guantes, barbijos, botas, lentes protectores. Cuando subimos al móvil nos desinfectamos por completo como debe ser: higienizando el móvil y nosotros, llegaba a mi casa y me sacaba la ropa íntegra afuera y entraba al baño directo, así no tener riesgo de contagio a mujer y mi hija de un año, hasta que el día martes 24 de marzo hice algo que está mal y prohibido, si compartí mates con el médico, el cual estaba infectado (el no lo sabía), esa noche llegando a mi casa no me sentí bien, y al otro día al levantarme para volver al trabajo me levanto con 37,8 de temperatura y mucho dolor corporal llamé a mi trabajo para explicar mi situación y ya subió a 38,3 siendo el pico más alto, me vio un médico y eran placas, me aislé en la pieza de mis hijas automáticamente por precaución y el sábado me entero que mi compañero dio positivo y ahí se me cayó el mundo: mi hija de un año, la madre, me sentí muy mal, y el domingo me hicieron el hisopado, el martes 31 me llaman a las 9, que di positivo y a las 9.30 aproximadamente estaba esperando una ambulancia para internarme", relató.

Federico Artaza estuvo en la misma habitación con Rafael Vázquez Rivera en el momento más difícil.  "Gracias a dos enfermeros, él pudo despedir a su mamá, ver cómo le sacaban el respirador y ella partía con Dios, yo estuve en la misma habitación con él y vi su gran dolor -recordó-, no lo pude abrazar, consolar como debía ser, ya que no nos podemos acercar, en el teléfono pudo ver cuando a su madre le sacaron el respirador".

Reunión familiar en Estados Unidos; Cristina Leyva (derecha) también está en cuarentena. Reunión familiar en Estados Unidos; Cristina Leyva (derecha) también está en cuarentena.

Federico y Rafael coinciden en que este duro proceso debe servir para aprender y sacar cosas importantes. "Por más que te cuides a rajatablas y que tomes las medidas extremas por un simple error nos podemos contagiar, eso no dice no protegernos si no tener cuidado en los detalles esto no es broma", dice Artaza.

"En verdad, si te despediste fue por un enfermero, médico que te puede llegar hacer una video llamada no lo vas a poder ir a despedir. Lo que está pasando es muy grave y hay que tomar conciencia cuídate cuida los tuyos y los no tuyos es muy triste todo esto", insistió.

Vázquez Rivera espera su evolución. Dice que no siente dolor corporal como en los días anteriores y confía en la recuperación. "Físicamente estoy bien, tengo que superar mi estado emocional", detalla. Quiere volver a Tucumán, una vez que le gane la batalla al virus y supere la cuarentena. Pero no sabe cómo podría volver. No tiene su valija: solo una mano adelante y la otra atrás.

También asegura que este trance en su vida le deja varias enseñanzas. "Hay que cuidar muy rápido de nuestros viejitos, porque si no se nos van. Al primer síntoma hay que controlarlos, porque se nos van; a mí me pasó -remarca-. La otra es que somos muchos pacientes asintomáticos o que tenemos muy pocos síntomas; el sistema inmunológico tiene memoria: hay que comer bien, dormir bien y eso vale para toda la población. Creo que esta enfermedad nos trae una gran lección, que las cosas más simples como aprender a lavarse las manos siempre las tendríamos que haber sabido. Cuidar de nuestro sistema inmunológico es también eso: comer bien, comer sano, dormir bien, que a mí me está costando, y por eso no puedo salir del todo de esta situación -resalta-; no veo la hora de volver a trabajar como todo el mundo, a mi espacio como gestor cultural y darle a Tucumán todo lo que le pueda dar -afirma-; una de las palabras que más he repetido en estos días es gracias", asegura. 

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