En medio de la pandemia, crece la deforestación en la Amazonia

Impulsan medidas para proteger a las tribus indígenas, las más vulnerables a la propagación del virus covid-19.

15 Abril 2020

MANAOS, Brasil.- La deforestación en la Amazonía brasileña ha aumentado más de un 50% este mes, respecto del mismo mes del año anterior en plena pandemia de coronavirus, según el portal de noticias local G1.

Los datos han sido recabados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) durante los primeros tres meses de 2020 basándose, sobre todo, en imágenes satélite.

Las cifras muestran que 796,08 kilómetros cuadrados de bosque han sido deforestados, lo que supone los números más altos recabados por el INPE para los primeros tres meses del año desde 2016. En 2019 se deforestaron unos 525 kilómetros cuadrados.

Esta previsto que el nivel de deforestación siga aumentando a lo largo del año, lo que ha suscitado críticas por parte de científicos y activistas, que han asegurado que las autoridades han relajado los controles debido a la pandemia de coronavirus.

Muchos han expresado su preocupación por el hecho de que las medidas de distanciamiento y restricción impuestas para frenar el avance del virus no llegue a las regiones más remotas.

Debido a que muchos madereros continúan con sus actividades, el covid-19 ha alcanzado a poblaciones indígenas que viven en las reservas de la Amazonía. A lo largo del fin de semana, las autoridades pusieron en marcha una operación para impedir la entrada de madereros y mineros en áreas habitadas por poblaciones indígenas.

El gobierno distribuirá 1 millón de máscaras y guantes protectores más 6.000 kits de prueba a las tribus indígenas y proporcionará 300.000 canastas de alimentos para que no tengan que abandonar sus tierras buscando el sustento, aseguró la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves.

Hassta junio, dijo, el gobierno empleará 4.700 millones de reales (904 millones de dólares) para proteger a las comunidades tradicionales.

La epidemia hace temer que los 850.000 indígenas de Brasil se vean diezmados. No tienen defensas contra enfermedades traídas del exterior y muchos viven en casas comunales donde no es posible el distanciamiento social.

Hasta ahora, las autoridades de salud informaron tres muertes de indígenas, incluido un joven de 15 años de la gran reserva donde viven 25.000 yanomami, en la frontera con Venezuela.

Se incluye también a población romá y descendientes de esclavos fugitivos que viven en áreas remotas. (Reuters)

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