Los días pasan, la cuarentena continúa y algunos productos comienzan a escasear y a subir sus precios en la provincia. Uno de ellos es la "hoja de coca", algo que muchos tucumanos consumen diariamente. Últimamente, en los sitios en donde habitualmente se comercializa, se ven largas filas de personas esperando poder conseguir la famosa "bolsa verde".
La falta de este producto y de no poder "coquear", práctica tan cotidiana en la provincia como estigmatizada fuera del norte argentino, se da tras una de las medidas de protección sanitaria durante la pandemia por el covid-19, que incluye el cierre de las fronteras con Bolivia, país de donde provienen las hojas de coca. Y esta situación hizo que faltaran, convirtiéndose en una odisea conseguirlas y, además, un lujo poder pagarlas.
Como sucedió con los cigarrillos, por la falta del producto, son muy pocos los que pueden costear el gasto que conlleva. Y las ventas, además, se realizan cada vez en bolsas con menor contenido. En Tucumán, por ejemplo, las de 23 gramos cuestan entre 300 a 600 pesos (algunos llegaron a pagar $1.000), cuando hasta hace unos días salían alrededor de $130.
En el Noa, carísimas
Por ejemplo, en La Quiaca, se consiguen hojas de coca "común", el kilo, a 4 mil pesos; la "hojeada" a 6 mil pesos y la "especial" a 8 y 9 mil pesos el kilo. Según consigna el portal El Tribuno, a raíz de la escasez y la suba del precio, el hábito de comprar por kilo cambió a comprar en menores cantidades como por cuarto kilo que cuesta más caro que por kilo, cerca de 2 mil pesos.
En el noroeste argentino, especialmente, en las provincias de Salta, Tucumán y Jujuy, el consumo y tenencia de hojas de coca está legalizado y el “coquear” es común.