04 Junio 2020
LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
Luego de más de 70 días cerrados por el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por Nación a causa del coronavirus, los templos tucumanos volvieron a abrir sus puertas para recibir a sus fieles.
Según lo establecido por el protocolo, la gente que se acercó hasta las diferentes iglesias debieron conservar una distancia de dos metros entre persona y persona y sólo ingresaron hasta un límite de 20 al edificio.
Además, los bancos -de acuerdo a lo que se observó- estuvieron separados cada dos metros.
Sin embargo, según se anunció, todavía no se podrán oficiar misas con presencia de fieles, por lo que las celebraciones continuarán como venían siendo hasta ahora. Las visitas a los lugares son dentro del horario de 9 a 20.
Ayer, en carta a la feligresía, monseñor Carlos Sánchez, animó a seguir acompañando con “mucha alegría, creatividad y generosidad su vida de fe”.
Qué deberán hacer los tucumanos para poder comulgar y confesarse en las parroquias
- Cada fiel debe comunicarse con el sacerdote de la parroquia más cercana a su domicilio o al trabajo y concertar el día y la hora de atención espiritual. Se sugiere colocar horarios para recibir confesiones.
- El sacerdote y el penitente deben estar a dos metros de distancia, ambos con barbijo y en un lugar ventilado.
- Cada sacerdote podrá organizar los horarios de distribución de la comunión fuera de la misa.
- Los oratorios de adoración de la parroquias permanecerán cerrados. Sin embargo se abrirán el oratorio de avenida Aconquija y el del Hospital del Niño Jesús. Lo harán en ambos casos en horario de 8 a 22. Pero siempre con las siguientes recomendaciones:
- Solamente podrán ingresar hasta cuatro adoradores por turno.
- Dentro del edificio deberán respetar la distancia de dos metros entre persona y persona.- Al ingresar debe colocarse alcohol en gel en las manos.
- Todos los que ingresen al oratorio deben usar barbijos o tapabocas, sin excepción.
- Del oratorio se deben sacar papeles, libros de misa, cuadernos, estampas, folletería y hasta rosarios. Todo debe ser lavado con lavandina.
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