ENCUENTRO. De a poco, sin agruparse, comienzan a llegar para empezar la travesía por los caminos de tierra.
Para un ciclista de montaña, una cosa es volver a pedalear en el asfalto y otra muy distinta es que las ruedas de la bici pasen bruscamente las piedras. Es en los caminos angostos donde se recrea el verdadero espíritu de su deporte. Las sensaciones del regreso a esa naturaleza en el contexto pandémico tuvieron varios matices graduados por los protocolos, por las recomendaciones sanitarias y otras medidas que generó la irrupción de la covid-19 en la sociedad. Haber podido volver a pedalear en la senda es lo que le ganó a cualquier frustración que haya generado la crisis sanitaria. “No estoy para nada conforme con las medidas, son improcedentes. La gente que las planteó no practica el deporte”, sentenció Álvaro Viola. “Pero el regreso fue feliz; muy esperado”, fue de un extremo a otro en su discurso.
“Me parecen justas las medidas de prevención. Lo que no me parece justo es cerrar el acceso a las sierras de San Javier”, opinó Manuel Bazán, que compartió salida con Viola. El biker de 28 años debe estar más desilusionado por estas horas, ya que la comuna emitió una resolución por la que ninguna persona ajena a esa jurisdicción puede practicar actividades físicas y deportivas. No sólo las sendas quedaron vedadas, sino también la ruta 338.
INICIO. El entrenamiento se inicia en fila india y no uno a la par de otro. Luego comenzará a tomarse la distancia preventiva. la gaceta / fotos de Analía Jaramillo
“Ahora sos delincuente”, tituló Federico Ruiz Campo una publicación en Facebook. “Fefo”, polifacético deportista y especialista en ciclismo de montaña, fue crítico con la medida. “Si querés subir te meto en cana, te detengo, mejor andá a robar, matar o vender droga, pero rajá de acá. Al cerro no subís ni en bici, ni moto, ni a pie”, escribió y, al mismo tiempo, sugirió un “contrapiquete”. “No dejo bajar a nadie”, agregó.
Está claro que el equilibrio es difícil de conseguir en la “nueva normalidad”. Adecuarse será una tarea que requerirá mucha educación. “Tuvimos que hacer cambios”, comentó Diego Fort. Vaya que sabe de modificaciones: él fue ganador del premio LA GACETA en squash en 2018 y justamente este año comenzó a practicar mountain bike para reforzar los entrenamientos. “Igual, después de tantos días sin poder salir, lo disfruté como si fuera la primera vez. Los protocolos están bien: saliendo solo es fácil respetarlos para poder seguir y disfrutar de lo que nos gusta”, indicó.
PROBLEMÁTICO. Algunos consideraron que las distancias sociales para disminuir el riesgo de contagio establecidas en los protocolos son excesivas. La inseguridad es uno de los motivos.
Martín Kovacevich, compañero de práctica de Fort, brindó una lista de los cambios. “Antes salíamos y pasábamos por casa de alguno de los amigos que viven cerca. Ahora no, cada uno llega a los puntos de encuentro por sus propios medios. Todo lo que es la previa y el post entrenamiento se perdió. A los grupos tratamos de hacerlos más chicos, como indica el protocolo, pero salir solos en la senda es muy inseguro. De a dos no nos sentimos seguros, por lo menos hay que ser tres”, estimó Kovacevich. Como odontólogo, él también debe aplicar protocolos, así que tiene autoridad para opinar: “en el ciclismo pusieron pautas muy buenas, pero en algunos puntos lo extremaron. Los 20 metros de distanciamiento me parecen descabellados”.
Por su parte, Rodrigo Martínez Pardo consideró que las medidas podrían ser diferentes a las tomadas. “Es muy raro que no nos dejen entrenarnos con normalidad si no hay circulación del virus en nuestra provincia. Además, practicando mountain bike no hay ningún riesgo de contagio. No es un deporte de contacto y además se realiza al aire libre”, sostuvo. “La senda de Horco Molle es hermosa, una de las mejores, pero hoy no podemos practicar allí”, lamentó Franco Rocchio. “Todas las medidas de seguridad son entendibles. Teniendo en cuenta lo que estamos viviendo, no nos podemos quejar. Creo que somos unos privilegiados en poder salir a pedalear”, reflexionó.
En El Mollar es más fácil pedalear
Las cosas marchan bien en El Mollar. “Por suerte ya estamos entrenando en forma normal”, dijo Darío Gasco. El biker, representante olímpico en 2008, está radicado en la villa y tiene una ventaja. “Somos menos de 10 los que salimos a entrenar”, explicó Gasco. Bien sabido es que la covid-19 está más “cómoda” en las aglomeraciones. “No hay ningún tipo de impedimentos, siempre respetando las medidas de seguridad que nos pidieron”, aclaró. Y opinó: “lo más preocupante de las zonas cercanas a San Miguel de Tucumán es la seguridad. Los bikers se sienten desprotegidos”.
