“Ser agentes de retención nos impone un trabajo externo que nos quita tiempo y no nos beneficia”

El presidente de Apronor enumeró algunos de los inconvenientes que le causa al productor actuar como recaudador del impuesto a los Ingresos Brutos.

PROBLEMAS. Según contó Osvaldo Martín, desempeñarse como agentes de retención les ocasiona, entre otros inconvenientes, que muchos proveedores no quieran venderles o les cobren más caro.  PROBLEMAS. Según contó Osvaldo Martín, desempeñarse como agentes de retención les ocasiona, entre otros inconvenientes, que muchos proveedores no quieran venderles o les cobren más caro.
20 Junio 2020

La actividad esencial del productor es la de producir. Puede variar el cultivo o el animal a los cuales se dedique; pero necesariamente sus tareas se circunscriben a la agricultura o a la ganadería.

Sin embargo, en la actualidad están obligados a atender cuestiones que nada tienen que ver con el campo: deben hacerse cargo de cobrarles el impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB) a sus proveedores de productos o de servicios.

Esta condición de agentes de retención de la Dirección General de Rentas de Tucumán no sólo les genera múltiples inconvenientes, ya que se trata de algo a lo que no están habituados, sino que también los distrae de la producción y les genera gastos que no están contemplados en sus presupuestos.

Debido a ello, desde la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor) se solicitó formalmente a las autoridades tributarias de la provincia, que retiren del listado de recaudadores al sector productivo.

“No se sabe por qué se designa a un determinado productor como agente de retención. No hay un parámetro. Incluso, en muchos casos, debido a su volumen de trabajo no tiene sentido designar a un productor, porque no recauda tanto para el Estado. Esta situación produce inequidad”, dijo el presidente de Apronor, Osvaldo Martín.

El directivo enumeró algunos de los problemas que les ocasiona actuar como agente de retención de IIBB. “Resulta normal que nosotros hagamos compras para la siguiente campaña, que pagamos con cheques a 360 días. Esos valores los vamos a cubrir recién el año siguiente; pero en el plazo de una semana debemos depositar la retención de IIBB, ¡y en efectivo! El sistema de Rentas es obsoleto y pasa tiempo hasta que te computan una transferencia. Esto genera problemas financieros”, señaló.

Añadió que en caso de que se dé una mora en el pago, comienza a regir una penalidad, que va en aumento: “si no pago el día del vencimiento, automáticamente se me genera una multa de un 20%; pero a los 30 días, esta ya es del 50%”.

Pero además, la condición de agentes de retención obliga a que los productores se hagan cargo de la situación tributaria de sus proveedores. “Uno debe andar averiguando cómo está la persona a la cual le comprás. A un prestador de servicio tuve que pagarle una penalidad; entonces le debo retener un montón plata, lo que lo perjudica. Entonces, esa persona no quiere trabajar conmigo; buscará alguien que no le retenga o me cobrará mucho más caro”, indicó.

Martín subrayó lo absurdo de obligar a un productor, que en la mayoría de los casos sólo anda con una libreta en la camioneta, a que cumpla la tarea de recaudar tributos. “No tenemos una estructura administrativa. La mayoría paga un servicio básico de contabilidad. Resulta engorroso llevarle la contabilidad al productor; hay estudios que no quieren hacerlo o que cobran más caro. Y nosotros hacemos gratis esa tarea que el Estado nos delega porque es ineficiente. Si Rentas nos saca esa obligación nos aliviaría algo”, afirmó el ruralista.

Señaló que debido a la necesidad de prestar atención al cobro de IIBB terminan desatendiendo su actividad por excelencia. “Nos cargamos de un trabajo externo, que lleva tiempo; hay que ver la situación del proveedor, tener mucho cuidado porque si retenés mal te penalizan. Es una responsabilidad que nos vino de arriba, y que no nos genera ningún beneficio. Porque ni siquiera es que nos hacen pagar menos alícuotas”, dijo.

Martín, finalmente, explicó que el hecho de que los eximan de la obligación de ser agentes de retención no los salvará de los riesgos intrínsecos de su actividad, pero les ayudará a estar más dedicados a esta. “Dejar de cumplir esta función recaudatoria para el Estado nos facilitará nuestra tarea de producir. Y es algo muy sencillo de solucionar: del mismo modo en que nos incluyeron en el listado de agentes de retención, nos deben sacar”, puntualizó.

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