30 Junio 2020
A los fines del programa, cada una de las 25 uniones provinciales debió nombrar un referente para que funcione como interlocutor entre la UAR, Funrepar y los clubes. En el caso de Tucumán, el designado es Juan Emilio Torres, abogado y miembro del Consejo de la URT. “El deporte no es sólo competencia deportiva”, deja en claro Torres. “Dentro del conflicto deportivo tenemos prejuicios y estereotipos discriminadores, como ser el ejercicio del poder sobre otros, el mal manejo de las emociones, la agresividad. Pero el conflicto hoy en día va mas allá de los clubes, alcanza otros lugares”, plantea Torres. “Para poder mejorar esto, se necesitan nuevos modelos de respuesta. Y para ello, necesitamos de otros sistemas como ser la familia, el barrio, la escuela, etcétera”, completa.
A través de los 24 módulos se intenta abordar la problemática desde todas las ópticas posibles. “Para eso necesitamos formar y recordar principios y valores a los jugadores, árbitros, entrenadores, directivos, y todas las personas que forman la comunidad del rugby”, detalla Torres.
“Lo primero es hacer un diagnóstico basado en dónde y de qué tipo son los conflictos. Hay que desarrollar habilidades y estrategias para sensibilizar al jugador, enseñándole a reconocer al otro. Se debe involucrar no sólo a los clubes, sino también a las familias y a las escuelas. Hay que saber cómo es el jugador fuera del club. Además, se debe tener en cuenta que la violencia no sólo se da en los jugadores, sino también en las tribunas”, advierte.
Por último Torres concluye que “el rugby es un deporte de estrecho contacto físico, donde son esenciales la disciplina, la buena fe y el respeto por las reglas. Si a ello le sumamos los principios y valores basados en la educación esencial del ser humano, como ser el respeto al prójimo dentro y fuera de la cancha, el buen comportamiento, cómo asimismo la inclusión y la no discriminación, se evitarían muchos de los conflictos deportivos”.
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