Vuelve el teatro a la capital tucumana, aunque el público deberá esperar todavía un tiempo más para retornar a las salas y presenciar un espectáculo.
La primera etapa de la nueva normalidad estará dada con la reapertura de las escuelas dramáticas para el dictado de sus clases presenciales y para los ensayos de los grupos, que paralizaron toda actividad cuando se decretó la cuarentena sanitaria obligatoria. Para las funciones falta tiempo aún: las voces más optimistas hablan de agosto, pero las más informadas mencionan octubre. Pero cuando llegue, ya estará todo el andamiaje artístico en marcha y listo.
La medida es una decisión propia de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, que se transformará en una resolución. Ya fue adelantada a la Asociación de Salas Independiente de Tucumán (ASIT) y a referentes teatrales por su titular, Beatriz Morán, quien realizó una interpretación de lo dispuesto por el Comité Operativo de Emergencia (COE), cuando aprobó un protocolo para el funcionamiento de las academias de danza, hace un mes.
Ya desde antes, el COE tenía en su mesa de trabajo propuestas del Instituto Nacional de Teatro y de ASIT para volver a abrir los talleres a los alumnos. Sin embargo, el tiempo transcurre sin que ese organismo resuelva los planteos, pese a la insistencia constante de los teatreros y sus quejas y reclamos públicos por una demora en habilitarlos, que consideran injustificada.
Cuando el COE se pronunció a favor de la danza, lo hizo en el marco del “Protocolo de higiene y bioseguridad para actividades en gimnasios, centros de entrenamientos y estudios específicos”, en el que se habilitó además a espacios de pilates, por ejemplo. Morán basó su decisión, justamente, en la segunda idea de ese título. “Al mencionar ‘centro de entrenamiento’ se abarca también a la actividad artística, porque quedaría permitido el entrenamiento actoral. No hay nada que lo prohíba, en tanto se respeten las medidas sanitarias dispuestas en la resolución 37 del COE. Defiendo que se pueda volver a la actividad en la capital, y no hace falta pedir permiso al municipio”, aclara en diálogo con LA GACETA.
La funcionaria puntualiza: “no se contempla ninguna clase de función teatral ni ninguna presencia de público, pero es una forma de poner al Estado municipal de parte de los espacios artísticos que cumplan con las normas sancionadas”.
Su posición va más allá. Del mismo modo en que pueden reabrirse las aulas con distanciamiento de tres metros entre los alumnos, todos mayores de 15 años, para clases de hasta 50 minutos de duración y con específicos requerimientos de higiene y salubridad, Morán entiende que se pueden dictar talleres al aire libre de circo, yoga, pintura y otras expresiones culturales. Eso sí, deberá haber una inscripción previa para no superar la cantidad de personas que participen.
La medida municipal será celebrada hoy, cuando desde las 15 y en El Piletón del parque Avellaneda, se dicten clases públicas y gratuitas de teatro. Por lo pronto, y hasta que los espacios se readecuen a las exigencias de la reapertura, los talleres siguen siendo virtuales y con distintas modalidades.
Diego Bernachi dicta clases personalizadas e individuales, de a un alumno por vez, por videollamadas, en las que pretende desplegar al máximo la dramaturgia propia en la creación de monólogos (se lo contacta por sus cuentas en Instagram y en Facebook); mientras que Raúl Reyes conforma grupos on line. Este docente y director mostró sus dotes anticipatorias para el nuevo tiempo que se viene: tituló al seminario teórico práctico que dictará vía Google Meet desde el lunes 13 “Lo virtual como un puente hacia lo presencial” (informes escribiendo al mail [email protected] o llamando al teléfono fijo 4521488).