Por Jose Ariel Ibañez y Carlos Leonardo Oardi 19 Julio 2020
LA FAMILIA ERBES. “Pichi” tiene en sus brazos a la pequeña Aitana rodeado por Agustina y Benicio.
La vida de un futbolista está llena de desafíos. De los lindos y de los otros. A lo largo de su carrera aparecen obstáculos que deben superarse con habilidad, astucia y perseverancia. Las emociones van y vienen. Un día se celebra un triunfo, un gol, un campeonato. Otro se sufre una derrota, un descenso, una ocasión perdida. Aquellos que optan por esta profesión saben que deben estar mentalmente fuertes y preparados para lo que se presente. Pero lo que nadie puede imaginar ni proyectar en su vida es que un día aparecerá una pandemia que modificará todo lo conocido hasta ahora, incluso la hermosa sensación de ser padre.
El coronavirus detuvo la pelota, pero la vida sigue adelante y hay que acomodarse y acostumbrarse a los cambios que exige el virus para controlar su propagación. En pleno proceso de aislamiento, mientras se entrenaban en su casa gracias a Zoom, Lucas Diarte, futbolista de San Martín, y Cristian Erbes, volante central que renovó hace pocos días su vínculo contractual con Atlético, vivieron una experiencia que unos meses atrás no hubiesen imaginado. Sus hijas nacieron en plena cuarentena y, si bien la felicidad que genera la llegada de un hijo es igual en cualquiera circunstancia, esta vez las sensaciones fueron distintas.
“Lo más difícil es la incertidumbre que se genera a partir de la pandemia. A Martina (nació hace un mes y pesó 3,700 kilos) tuvimos que cuidarla mucho para no exponerla”, le cuenta Diarte a LG Deportiva sobre el nacimiento de su segunda hija.
Si bien nada cambia la hermosa sensación de ser padre, el defensor “santo” admitió que esta experiencia fue muy diferente a lo que vivió con la llegada de Isabella (un año y nueve meses), su primera hija. “En ese momento yo estaba en plena recuperación por la lesión que sufrí en la rodilla. Me habían operado y ella fue el envión anímico que necesitaba para salir adelante”, resaltó.
Diarte acompañó a su esposa Laura en los dos partos. “Esta vez estuvimos solos los dos en el sanatorio. Los que más sufrieron fueron los abuelos y los tíos, que no pudieron conocerla de inmediato. Tuvieron que esperar unos días. Lo mismo la hermana, porque Isabella se quedó con mis suegros hasta que les dieron el alta”, resaltó.
FELICES. Lucas Diarte junto a Laura y las hijas de la pareja: Martina, la bebé, e Isabella, la mayor.
Diarte y Víctor Salazar son compadres. El futbolista de San Martín y su pareja son los padrinos de la hija del oriundo de Tafí Viejo, pero ahora se invertirán los roles. El lateral de San Lorenzo y su señora Xoana serán los padrinos de la pequeña Martina.
Ahora son cuatro
La familia de “Pichi” Erbes también creció en plena cuarentena. El volante de Atlético fue papá después de firmar el contrato por 18 meses. El 1 de julio nació Aitana (3,400 kilos). Si bien pasó gran parte de la cuarentena en Tucumán, el futbolista decidió trasladarse hasta Pilar (Buenos Aires) para que la hermanita de Benicio naciera en esa ciudad.
En los últimos días, Erbes subió varias fotos a las redes sociales en las que se lo ve feliz junto con su esposa y sus hijos, mientras se prepara para retornar a Tucumán ya que se estima que en los próximos días la AFA habilitará los entrenamientos.
Erbes ya vivió la experiencia de ser padre durante la cuarentena y Javier Toledo comparte el proceso de aislamiento con su familia mientras espera el momento del nacimiento de Baltazar. Su esposa tiene fecha de parto para septiembre. “Tal vez sea tucumanito” se ilusiona el goleador, que se encuentra en Córdoba.