Fabricar nuevos Pumas, el desafío de las Academias de la UAR

Álvaro Galindo, a cargo de la región NOA, aborda junto a LG Deportiva, la importante misión de estas factorías de jugadores de alto rendimiento en el contexto actual que les toca vivir.

EXPERIENCIA. Galindo encabeza la Academia UAR del NOA, una de las cinco que están distribuidas por todo el país.  EXPERIENCIA. Galindo encabeza la Academia UAR del NOA, una de las cinco que están distribuidas por todo el país.

Desde hace ya un tiempo no se habla de Pladar, sino de Academia. El cambio de nomenclatura va más allá de lo meramente estético: alude a un objetivo más amplio, que ya no se agota en captar y perfeccionar jóvenes talentos, sino que apunta también a aportarle conocimientos y herramientas a los clubes, la base que sostiene toda la estructura del rugby argentino. No obstante, con este fenómeno de éxodo de figuras de Jaguares a Europa a causa de la neblina que envuelve a la competencia del Hemisferio Sur de cara a 2021, la función de las Academias como factorías de jugadores de alto rendimiento encuentra un nuevo desafío: el de la reconstrucción. Preparar a los próximos Orlando, Matera, Kremer, Moroni, etcétera. “Si pudimos construir un gran equipo, podemos construir otro”, había asegurado Francisco Rubio, gerente de rugby de la UAR, en el ciclo de videocharlas Eden Park. Para ampliar el tema tomó la palabra Álvaro Galindo, cabeza de la Academia del NOA, una de las cinco que existen en el país.


- ¿Cómo está trabajando la Academia con las limitaciones actuales?

- Al compás de lo que ha establecido la Unión (URT). Funcionamos en Los Tarcos, así que avanzamos dentro de lo que se le permite al club. En este momento somos un manager, un preparador físico, un médico y un nutricionista.


- ¿Con cuántos jugadores en forma presencial?

- Con cuatro. Los que están en un listado para una futura convocatoria Puma, que son Gonzalo García, Tomás Albornoz y José Luis González. A ellos se les suma Tomás Vanni, el único de seven, que por ser olímpico está autorizado a entrenarse en forma presencial. Durante la cuarentena, lo vinimos haciendo con todos los jugadores y jugadoras de la Academia en forma remota, entrenando dos o tres veces por semana, no sólo con actividad física sino con diferentes contenidos, para variar.


- ¿Este éxodo de Jaguares les impone un mayor desafío?

- Es algo que iba a pasar de todas formas. Había jugadores que ya tenían varios años en Argentina, en Jaguares, y seguramente iban a querer tener la experiencia de jugar afuera, el año que viene o el siguiente. Hay que aprender de lo que nos pasó. En una época en que se iban muchos jugadores, se formó Pampas XV para competir en la Vodacom, y de ese equipo salió gran parte de los Pumas que jugaron los últimos dos Mundiales. Todo esto crea nuevas oportunidades, y tenemos la suerte de que siempre están saliendo nuevos jugadores en Argentina. Les cuesta un poco adaptarse al profesionalismo, pero lo hacen. Por suerte, la estructura está cada vez mejor armada para que a los chicos les cueste menos dar ese salto.


- ¿Cuánto tiempo demanda formar un jugador para que llegue a su pico de rendimiento? Por ejemplo, un Matías Orlando.

- Es muy variable. Depende del jugador y también del puesto que ocupa. Lo de “Tostao”, por caso, fue laborioso. Él estuvo bastante tiempo en el sistema hasta que se asentó. Y después tenés un Pablo Matera que a los 20 años ya era titular en Los Pumas. Por eso digo que esa maduración es muy variable. Lo bueno es que siempre terminan apareciendo. Está claro que no todos los años vamos a sacar un Matera o un (Marcos) Kremer, pero con que vayan saliendo de a poco, el sistema se irá alimentando. También importa que tengan una buena competencia, como lo es el Súper Rugby, o como en su momento lo era la Vodacom Cup.


- O como podría ser la Superliga Americana en algún momento...

- Exactamente. Un jugador que estuvo en Pumitas y que por algún motivo no llegó a un equipo nacional de mayores, tiene la posibilidad de jugar seis meses en una franquicia sudamericana y seis meses en su club. A mí me parece buenísimo. El tema es que, como se trata de algo muy nuevo, todavía genera incertidumbre, pero cuando agarre fuerza, va a estar genial. Si bien no va ser lo mismo que jugar contra sudafricanos o neozelandeses, sí será mejor que la segunda división de algunos países de Europa, o incluso que la primera de otros. Y el sistema de la UAR los tendrá más cerca.


- Hoy por hoy hay bastantes tucumanos jugando en el exterior.

- De vez en cuando los chicos sienten ganas de irse y probar algo afuera. Varios de mi club están hoy en Europa. El tema es que no crean que una segunda división o tercera división de allá sea mejor para formarse como jugadores que el club o la Academia. Yo he jugado varios años en Francia y puedo decir que no lo es. Por ejemplo, cuando estuve en Beziers, de la segunda división, tuve un entrenador excelente, pero el PF era malísimo. Perdí dos años de preparación física con ese tipo. Y a muchos jugadores les tocó ir a un club donde, por ejemplo, el apertura no pasaba nunca la pelota, y así no tenían oportunidad de jugar, de mostrarse. Entonces, no pudieron aprender nada, por más que hayan jugado en Francia.


- ¿Por qué se le da tan poca relevancia al Argentino M18, cuando marca el corte de ingreso a una Academia?

- Quizás le falta más difusión, pero relevancia sí tiene. Yo vi personalmente los últimos dos Argentinos, y sobre todo en el de 2019, había una cantidad muy importante de entrenadores nacionales en las tribunas. El nivel está siendo cada vez mejor. Puedo decir que el de 2019 fue incluso claramente de mejor nivel técnico que el de 2018. Hubo partidos muy interesantes. Y de hecho, el equipo de Pumitas que fue a Sudáfrica se conformó con mayoría de jugadores que estuvieron en ese torneo. Así que sería bueno que tuviera más difusión.

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