Cartas de lectores
17 Agosto 2020

SOLDADO DE LA PATRIA Y HÉROE

Carlos Páez de la Torre (h), haciendo alusión al testimonio de Félix Frías, cuenta sobre los recuerdos del general San Martín sobre Tucumán: “recordaba con entusiasmo la prodigiosa naturaleza tucumana”. En enero de 1814, el gran estratega reemplaza a Belgrano al frente del Ejército del Norte. Llega con las tropas a la ciudad de Tucumán. Lanza una proclama a los “valientes tucumanos”: que los enemigos, abatidos hace dos años, “recuerdan con horror el nombre tucumano”. Solicita “constancia y unión” porque “unid el ejército de mi mando con vosotros ¿tendrá la patria a quien temer?”. El objetivo inmediato es reorganizar la oficialidad y las tropas. Impulsa la guerra de guerrillas en el norte (Salta y Jujuy). Nombra, para ello, al teniente coronel Martín Güemes quien detiene el avance de Pezuela. Construye la famosa Ciudadela. Un recinto fortificado en forma de pentágono a 12 cuadras de donde se libró la batalla de 1812. Hoy un populoso barrio lleva su nombre junto al estadio de San Martín. El objetivo es que no solo sirva de apoyo y punto de reunión de este ejército en caso de contraste, sino que facilite su organización. Instala una fábrica de monturas y otra de fusiles (composturas). Férrea disciplina para los desertores. Reorganiza el cuerpo de oficiales, obligándolos a participar de la academia militar donde él dicta clases. También la academia de matemáticas. Ejecuta a Landívar, coronel realista, por criminal de guerra (robos, incendios, asesinatos, extorsiones, etc.) y no por luchar contra el enemigo. Había que elevar la moral revolucionaria y establecer los derechos de soldados regulares para los americanos. Impera el “espíritu de cuerpo” integrando al ejército, a libertos, negros y mulatos. Se enferma y es trasladado a la Ramada. Se dispone su traslado a Córdoba sin percatarse que sus mejores años están por venir. Su estadía en Tucumán correspondió a la etapa de dilemas sobre el futuro de la revolución. ¿Qué ruta debe seguir la revolución? ¿Hacia el oeste cruzando los Andes o por el norte adentrándose al Alto Perú? Su estatus, como sabía, era la de un hombre que no tenía el dominio absoluto. Las decisiones no estaban en sus manos. Al final de cuentas, en medio de su campaña, estaban cristalizados, complejamente, los antagonismos entre Buenos Aires, el Litoral y el Interior.

Pedro Pablo Verasaluse

AL GENERAL

Se cumple un nuevo aniversario del deceso del General San Martín, el Padre de la Patria, “El santo de la espada”. Pidamos que nos conceda estos milagros: Que nos dé fuerzas para no ceder y no darnos por vencidos; de tener un país creíble, confiable y seguro, donde se puedan ver de nuevo caras felices, y que más argentinos no se vayan. Que los integrantes de los tres poderes hagan un examen de conciencia, se miren al espejo y se pregunten si realmente son personas de bien. Que este país se pueda librar de aquellos políticos y jueces que no han hecho otra cosa que arruinarlo; que la Justicia logre alguna vez ser realmente justa; que sería importante volver a construir en lugar de destruir; que encontremos fuerzas para afrontar los avatares con que hoy nos golpean, la vida inexorable y los inescrupulosos interminables. Si nos concede estos milagros, podremos mirar nuevamente el sol que se oculta lentamente en un nuevo horizonte; y emocionarnos ante la sonrisa del niño pobre que por fin pudo secar su llanto. José de San Martín dejó su pensamiento grabado como un legado para los futuros patriotas, que tuvieran la responsabilidad de gobernar nuestra patria. Dijo: El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades/ Un buen gobierno no está asegurado por la liberalidad de sus principios, pero sí por la influencia que tiene en la felicidad de los que obedecen/ La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien/ Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla/ En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer/ Hace más ruido un hombre gritando que cien mil que estan callados/ Si somos libres todo nos sobra/ Uno debe saber vivir con el dinero que tiene/ No esperemos recompensas de nuestras fatigas y desvelos/ Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas/ La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder. En 1825, San Martín escribe una lista de consejos para su hija Merceditas, donde vuelca sus ideales educativos; que nos vienen bien a todos: Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira/ Que hable poco y lo preciso/ Dulzura con los criados, pobres y viejos/ inspirarle amor a la patria y a la libertad. ¿Qué pensarán nuestros próceres, después de dar sus vidas y sacrificios en pos de una nación libre, justa y soberana; cuando muchos/chas de los que dirigieron y dirigen nuestra Argentina, van a contramano con todo aquello?

Pablo José Giunta

LAS ENFERMEDADES DE SAN MARTÍN

En 1812 José de San Martín regresa Argentina, a los 34 años de edad, constando en su foja de servicios que contaba con buena salud y en 1814 es designado al mando del Ejército del Norte, en el que vendría a reemplazar a Manuel Belgrano. Ya en Tucumán, experimenta una severa hemoptisis (vómito de sangre de origen gastroduodenal), que lo postra considerablemente, viéndose obligado a pedir licencia y retirarse, primero a La Ramada y luego fuera de la provincia, para recuperar su salud. No habría de volver más a Tucumán. Le esperaba el Plan Continental, la liberación de América y ser la gloria y el artífice de la Independencia de nuestra tierra. A partir de ese momento, empezaría a padecer periódicos episodios de hemorragias, exacerbadas en situaciones de estrés, lo que corrobora la hipótesis de úlcera gastroduodenal y para cuya remisión él conocía perfectamente el remedio, manifestando en una oportunidad: “conozco el remedio, sería la tranquilidad”. Pero su existencia y situación de guerra le impedían tal cosa. Experimentó además episodios de disentería, cólera, esguinces, hemorroides, tifoidea y reumatismo, afecciones comunes en el clima de guerra y privaciones al que se veía sometido en los sucesos de la guerra de emancipación. Falleció dos días después de experimentar un desmayo. Dijo a su hija: “es la fatiga de la muerte”. Con él abandona la escena uno de los genios militares más brillantes de nuestro país y uno de los patriotas más puros.

Armando Pérez de Nucci

Médico e historiador

PANORAMA TUCUMANO

Gracias a LA GACETA por publicar mi carta (13/08) y al economista Walberg contestando mi pedido de fundamentación de su visión de que el Gobierno no sabe qué hacer. En su respuesta (13/08), el economista expone dos acepciones de la expresión “no tener ni idea”: A- estar equivocado. B- No saber. Señalemos que en el caso A hay una idea, aunque se esté equivocado. Por eso puedo calificarla como correcta o incorrecta. Pero la valoración depende de los elementos de juicio con los que se la juzgue. Todo se ve según sea el cristal con que se mire. En el caso B tendríamos que considerar quién es el que califica, su formación y orientación, etc. Cabe aclarar que en el Panorama Tucumano del 05/8 el economista dijo que el Gobierno “no tiene ni la más pálida idea…”. La palabra pálida es importante ya que pálida idea puede significar una idea difusa. Tampoco en este caso una idea difusa implica necesaria y suficientemente inexistencia de idea. El plan del Gobierno esbozado en el discurso de asunción (está en Internet) fija posición sobre qué hará y el rumbo de la actual administración. El plan no es en detalle, pero es un proyecto. Respecto de la deuda explicita la preocupación y decisión gubernamental por buscar una solución a ese problema. No puede haber decisión si no hay idea. Parte ya se hizo. Queda otra etapa por transcurrir. Se puede no compartir los enunciados del discurso o lo ya hecho sobre la deuda u otros tópicos contenidos en el mismo, los resultados alcanzados o por lograr etc. El disenso y su exteriorización es saludable para la República. Pero sostener que el Gobierno no sabe qué hacer es harina de otro costal.

Eduardo Nieto

ESTUDIANTES DE LA UTN

Buenas tardes. Primero queríamos agradecerles por haber publicado la carta que enviamos los días pasados (“Queremos soluciones en la UTN”), para que de esta manera pueda ser visibilizado el reclamo y la lucha que tenemos la mayoría de los estudiantes que formamos parte de la UTN. La publicación se hizo el sábado 15/08. Queremos destacar y aclarar que las imágenes que publicaron con la nota no forman parte de la misma, ya que desde nuestro lugar nos hacemos cargo de lo expresado en la nota y damos nuestro consentimiento para que nuestros nombres figuren en la publicación, específicamente el mío, pero no estamos de acuerdo de exponer la imagen de los estudiantes que no hayan dado su consentimiento para ello. Estaría bueno que a futuro se aclaren estos temas porque lejos está desde nuestro lugar perjudicar a cualquier compañero de nuestra facultad. Desde ya muchas gracias.

Sergio Martín Salvatierra

N. de la R.: En efecto, el firmante no envió las imágenes, sino que fueron aportadas a LGWhatsapp por un lector que registró la manifestación pública realizada el miércoles pasado en la sede de la UTN, como se puede apreciar en las fotografías publicadas. Se trata del mismo reclamo de estudiantes en procura de que les tomen exámenes virtuales.

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