Historias de vida: movilizado por la pandemia, empezó a practicar running a los 61 años

Salió a correr para buscar la luz y en un mes completó dos distancias.

CUMPLIÓ. Rodríguez, con la medalla que recibió de parte de su entrenador. CUMPLIÓ. Rodríguez, con la medalla que recibió de parte de su entrenador.

“Hay un momento en el que, o tomás una decisión o seguís sentado en el sillón con el control remoto recibiendo la información nefasta de la pandemia. Estamos en el infierno y ahí nos podemos quedar o salimos a buscar la luz. Yo tomé la decisión de salir a correr”, explicó Antonio Rodríguez. Zapatillas de por medio, él eligió iluminarse.

“Eso fue en este último mes”, aclaró. “Al principio de la pandemia estaba deprimido mal por toda la mala onda, la muerte. No me voy a poner a hablar a favor o en contra del Gobierno, pero los mensajes desaniman y bajan la autoestima”, agregó. Con todo eso es que Rodríguez empezó a entrenar con un grupo de running y en poco más de 30 días logró completar 10 y 12 kilómetros, las distancias que se propuso cubrir bajo las directivas de Aldo Divarvaro. “En la foto estoy mucho más delgado. Bajé de peso e hice todo lo posible para llegar a esta etapa”, reconoció el hombre, que el 20 de octubre cumplirá 61 años.

Rodríguez se puso a correr con lo puesto. No se compró ninguna zapatilla ni short especial, menos remera. “Los 10 kilómetros los hice con una del Barcelona”, remarcó sobre su indumentaria. Además de querer seguir mejorando sus marcas, también uno de los aspectos a fortalecer para perfeccionar su rendimiento será el equipamiento. “Lo que me pasó es que el roce de la ropa me lastimaba. Le pregunté a Aldo qué podía usar y me recomendó vaselina. No tenía, así que me puse aceite Johnson de bebé y resultó de 10 para terminar. Mi ropa no es la adecuada y, generalmente, lastima”, compartió el tip Antonio, que sirve también para que ningún principiante ponga de excusa alguna incomodidad por no tener la ropa específica.

Ni la indumentaria ni un portón trabado iban a interferir entre al novato runner y su objetivo. “El día que corrí los 10, resulta que no podía abrir el portón para sacar el auto. Me agarró la desesperación, había cinco personas y ninguna lo podía abrir. Esperábamos al administrador y me corría el horario. La cuestión fue que me di cuenta que no cerraba completo. Como será el entusiasmo que tenía por correr que lo levanté, lo hice cerrar bien y ahí se pudo abrir. No había nada en el mundo que me hubiera detenido porque estaba mentalmente preparado”, relató el episodio en el que puso a prueba su fuerza física.

Rodríguez se sorprendió de sí mismo. No esperaba que, casi pasando las seis décadas, se generase un vínculo deportivo. Un ejemplo más de que la pandemia puso a la humanidad en situaciones impensadas. “La vida es un logro de pulgadas”, contó sobre su filosofía de existencia. “Vas sumando pulgada tras pulgada y eso es lo que te da el triunfo final. Si yo quería conseguir el triunfo final, tenía que sumar esa ‘pulgada tras pulgada’. No falté ningún día y fui siempre a tomar las clases prácticas. Una hora tres veces a la semana en el parque”, comentó Rodríguez.

Y concluyó: “no es un premio el que te pongan una medalla, es un reconocimiento al esfuerzo. Ese esfuerzo comienza desde el día que te vestís para hacer las prácticas. Para mí, correr es una satisfacción”.

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