León Ferrari: nadie pudo cooptarlo

Un artista políticamente incorrecto.

León Ferrari: nadie pudo cooptarlo

El sistema de arte intentó cooptarlo pero no pudo. Con sus potentes obras, ocurrentes e ingeniosas, fue políticamente incorrecto mucho antes que ese estado se pusiera de moda, por así decirlo. Desde los 60 estuvo en la primera línea contra el sistema; cuando participó en el Instituto Di Tella, un espacio de experimentación artística, se ubicó no en una posición celebratoria y festiva, sino en el sector comprometido con cambios revolucionarios.

León Ferrari, por su coherencia, es sinónimo de vanguardia artística y militancia comprometida. Elaboró textos tan enérgicos como lo fueron sus imágenes. El Cristo crucificado sobre un bombardero estadounidense (hecho en 1965) era otra forma de escribir que “el arte no será la belleza ni la novedad, sino la perturbación...”. Quedó claro cuando le pidieron que retire aquella obra del espacio más liberal que existía en el país, justamente el Di Tella.

Aunque su vida fue trágica, nunca perdió el buen humor (como tampoco la indignación y su lucha) ni la generosidad. Tuvo que batallar por la salud de su hija, y uno de sus hijos fue asesinado en la ESMA.

Unos pocos recortes periodísticos fueron suficientes para retratar la hipocresía y complicidad de un sector de la sociedad con la dictadura: “Nosotros no sabíamos” fue una serie que desde el título proponía una gran potencia. ¿Y los collages del “Nunca Más”, donde generales y marinos se exponen como verdugos?

Escultor, grabador, dibujante, ceramista y pintor, sus collages e instalaciones y libros de arte lo hicieron un artista multidisciplinario. También rompió la división entre los géneros; están allí sus esculturas sonoras y sus ensamblajes; sus construcciones con alambres y textos; sus caligrafías que bien podrían fundamentar cuánto de imagen tiene la escritura, que semejan caligramas. Las heliografías y sus planos arquitectónicos (realizados en su exilio en San Pablo, Brasil) parecen diseños de construcciones que, incluso, pueden asociarse a espacios de la actualidad.

Artista y luchador, se dio tiempo para militar en organismos de derechos humanos y en colaborar en causas de los oprimidos.

A pesar de todo, de que sus obras figuren en los libros de historia y estén en coquetas galerías, el León no fue domesticado. Le entregaron el León de Oro al mejor artista en la Bienal de Venecia, pero no dejó de rugir.

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