Por Federico Espósito
18 Noviembre 2020
UNA FIJA. Desde la llegada de Scaloni a la Selección, Nicolás González es uno de los preferidos por el DT. ARCHIVO
De Scaloni podrán criticarse muchas cosas: que nadie sabe cómo llegó ahí, que no tiene pergaminos para dirigir a la Selección o que su idea de juego todavía no está del todo clara, pero hay que reconocerle algo: la convocatoria de Nicolás González es un pleno acierto suyo. Con toda seguridad, el delantero de Stuttgart no hubiese estado ni entre las 20 primeras opciones de delanteros pedidos para la Selección en una eventual encuesta pública, no por falta de capacidad sino por la simple razón de que casi nadie lo registraba. Está bien, puede que lo común de su apellido dificulte su retención en la memoria colectiva (menos cuando jugó apenas una temporada en Primera), y que la Bundesliga no sea la mayor de las vidrieras, pero “Nico” solucionó ese problema en apenas dos partidos, mostrándose como la mejor aparición de esta fecha doble de Eliminatorias.
No sólo por sus goles, ambos de buena factura e importantes para sacar cuatro puntos de seis ante Paraguay y Perú, sino también porque mostró un grado de entendimiento con el resto impropio de un recién llegado. Se asoció bien con Tagliafico, con Messi y también con Lautaro Martínez, pese a que en el fútbol, 9 y 9 no suele dar 18. Y quizás lo más importante, además de su eficacia de cara al gol, es su versatilidad: ante Paraguay jugó de lateral y ayer de delantero. Y en los dos casos la rompió.
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