“Los investigados trabajaban en el gremio de ATSA”

El ex jefe de Personal del Departamento Operativo móvil del Siprosa contó sobre las supuestas irregularidades que se habrían cometido allí. Las cuestiones gremiales y laborales.

“De la investigación sobre el tráfico de drogas no puedo decir nada, sí puedo denunciar todas las irregularidades que se cometieron en el Departamento de Operativo Móvil del Siprosa, como lo hice ante las autoridades que correspondían, en el Tribunal de Cuentas y en la Justicia”, comentó Juan Carlos Flores (67 años), el ex jefe de Personal de la repartición que quedó en el centro de la escena al trascender que un grupo de empleados podrían haberla utilizado como centro de acopio y distribución de cocaína.

El hombre, que se jubiló el año pasado y cuenta con la asistencia legal de Carlos López, por las manifestaciones que realizó durante varios años fue sancionado. Lo trasladaron de su puesto de trabajo y perdió todos los beneficios que había cosechado durante 30 años de servicio. “Como funcionario público tenía la obligación de denunciar las irregularidades”, agregó Flores en la entrevista que se emitió anoche en Panorama Tucumano.


- ¿De qué tipo de irregularidades está hablando?

- Hubo varias. Se pagaban reemplazos que no se hacían, se abonaban disponibilidades horarias sin que se realizaran y se vendían nombramientos.


- ¿Los conocía a “Liro” Andrade, “Hombre Lobo” Cardozo y a “Leke” Suárez que son las personas mencionadas en las causa por droga?

- Ellos ingresaron de la mano de Oscar Heredia, que era el director de la repartición. Presentaron los papeles como cualquier otro empleado y como tenían sellos oficiales, se los recibía de buena fe.


- ¿Cómo fueron sus desempeños de estos hombres en el departamento?

- No desempeñaban el papel o el rol con las que originalmente se los había hecho ingresar al Departamento.


- ¿Iban a trabajar todos los días?

- No siempre. Casi dos años estuvieron sin ir porque trabajaban en ATSA. Le hice el planteo dos veces a Heredia porque no había ninguna autorización que respalde esa comisión de servicio. No había ninguna resolución del Siprosa ni una interna que los habilitara a realizarla. Una vez le pregunté al señor Heredia sobre su situación y me dijo que ellos marcaban tarjeta en el gremio.


- ¿Ellos trabajaban en ATSA, pero cobraban sueldo del Estado?

- Correcto. Y según el rumor que me llegaba a mí,  ellos tenían otro sueldo en el gremio.


- Pero se informó que no tenían vínculos con ATSA…

- Sí los tenían. No se puede negar la realidad. Cada vez que uno iba a ATSA a ellos se los veía trabajando como porteros o como guardaespaldas de los dirigentes.


- ¿Cómo era la vida de Ramírez antes de ser electo legislador?

- Trabajaba como enfermero en el hospital Obarrio. Me acuerdo que concurría en una bicicleta de esas viejas, pesadas. Pero después cambió todo. Lo más increíble es que después de haber asumido como legislador, cobró al menos dos meses de sueldo del Siprosa.


- ¿Y la de Coronel?

- Lo mismo. Tenía un auto destartalado de color verde que estaba atado con alambre. Pero a los tres meses ya se presentó a trabajar en una cuatro por cuatro.


- ¿Comparte que sigan siendo gremialistas...?

- Creo que es incompatible. Ellos, por los cargos que ocupan, no tienen la menor idea de los salarios paupérrimos de los trabajadores. Ellos son aliados de la patronal. En la vida no todo es color negro o blanco y no se puede ser Dios y el diablo al mismo tiempo.


- ¿Tuvo problemas con los del sindicato?

- Sí. En una reunión donde se informaría el balance pedí hablar. No sólo nunca me dieron la palabra, sino que además me agredieron entre varios. No me tiraron por el hueco de la escalera porque me agarré de unos barrotes. Es curioso, pero las reuniones de balance se hacen a libro cerrado, cuando en realidad el estatuto dice que deben ser a libros abierto para que todos los afiliados puedan despejar sus dudas.


- ¿Hubo muchos nombramientos de estas características en esa repartición del Siprosa?

- En el caso de Heredia, por ejemplo, debe haber nombrado 50 familiares en la repartición. En la gestión de Coronel hubo otros ingresos más. El hermano de Ramírez fue nombrado como chofer de ambulancias, pero nunca asumió. Lo mismo sucedió con Daniel Agustín Castro que ocuparía un cargo en ATSA. En este último caso el Tribunal de Cuentas hizo una investigación, pero analizaron el legajo de un señor Daniel Enrique Castro, que no tenía nada que ver. Me cuesta creer que abogados especializados cometan este tipo de error.


- ¿Denunció todas estas irregularidades?

- Me trasladaron porque justamente pedí a las autoridades que realicen auditorías para que investiguen esos hechos. Después me quitaron los beneficios de 30 años de carrera y la condición jerárquica. La dejaron sin trabajo a una sobrina y hasta me balearon el frente de la casa. Soporté la furia vengativa de algunos funcionarios del Siprosa.


- ¿Vivió otras situaciones extrañas por sus denuncias?

- Sí. A mí me avisaron el 6 de mayo que me trasladaban y me suspendían por 45 días por una supuesta irregularidad. Entonces, me sancionaron primero y después me hicieron un sumario. Todo al revés.


- ¿Y qué sucedió con esa medida administrativa?

- Después de un tiempo, la Fiscalía de Estado concluyó que no había pruebas para sostener ese sumario y pidió que me restituyeran el cargo y los beneficios. Luego, en el Boletín Oficial se publicó un decreto del gobernador Manzur avalando esa decisión y ordenando que se cumpla esa medida. Algo que nunca sucedió.


- ¿Está diciendo que no se cumplió con una orden del Gobernador?

- Efectivamente. Así fue, las autoridades del Siprosa no cumplieron con ese decreto.


- ¿Por qué cree que pasó esto?

- Porque el que debía cumplir esa orden era José Gandur, que en esos tiempos era secretario Ejecutivo del Siprosa, que era una de las personas que denuncié por las irregularidades que se estaban cometiendo.


- ¿Sus denuncias no son por venganza?

- No. Me considero una luchador que sigue creyendo que se puede vivir en una provincia y en un país mejor. Muchos aseguran que hay fiscales y jueces corruptos, pero también hay gente de bien que pelea para que se sepa la verdad. Creo en la Justicia.


En silencio

A través de mensajes, LA GACETA intentó comunicarse con el legislador Reneé Ramírez para brindarle la posibilidad de que cuente su versión sobre la denuncia que hizo en su contra el ex jefe de Personal de la repartición del Siprosa, pero nunca contestó. Al mismo tiempo, periodistas de nuestro diario se comunicaron con el encargado de prensa de ATSA y de una allegada del gremio para conseguir declaraciones del parlamentario, pero hasta el cierre de esta edición, ni siquiera contestaron los mensajes. Ramírez no responde los llamados de LA GACETA desde que estalló la polémica por el caso.

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