¿Qué pasó con el empleo durante la pandemia?

Se percibe una recuperación muy lenta, en un año difícil, marcado por la cuarentena estricta que exigió la pandemia.

¿Qué pasó con el empleo durante la pandemia? ARCHIVO (LA GACETA).

La pandemia del coronavirus ha golpeado con fuerza a la actividad económica argentina. La caída en abril, debido al inicio de una cuarentena estricta; la recuperación de mayo y, posteriormente, una recuperación muy lenta caracterizaron un año difícil en el que se estima que el Producto Bruto Interno (PBI) caerá entre un 12% y un 14%. La menor actividad, a su vez, ha golpeado al mercado laboral argentino. ¿Qué pasó con el empleo?, interroga Invecq Consultores en su último informe.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), al segundo trimestre del año hubo una destrucción de casi cuatro millones de empleos en comparación con el mismo período de 2019. "Esta magnitud configura el peor registro histórico e implica que más del 20% de los trabajadores que se encontraban empleados el año pasado estuvieron sin empleo entre  abril y junio de 2020", señala el reporte privado. 

En términos internacionales, Argentina se ubicó entre los peores países del mundo y en la región solo fue superado por Perú en destrucción de empleo. El shock en el mercado laboral no fue homogéneo. De los casi 4 millones de trabajadores que perdieron su empleo, 2,53 millones eran empleados asalariados y 1,45 millones eran trabajadores independientes no asalariados (autónomos, monotributistas, trabajadores familiares, etc.). A su vez, dentro del universo de asalariados, se encuentra una gran disparidad entre los registrados y los no registrados. Mientras que los asalariados registrados solo disminuyeron en unos 400.000, los asalariados informales cayeron en más de 2 millones, detalla Invecq.

A la luz de estos números, que los trabajadores que sufrieron el mayor impacto son los informales y es justamente por ello que las estadísticas del Ministerio de Trabajo (que miden solo el empleo “en blanco”) no mostraron una caída tan drástica. De esta manera, solo será posible saber en qué magnitud el empleo se ha recuperado en los últimos meses cuando estén disponibles las estadísticas del Indec. Sin embargo, los números del Ministerio de Trabajo (una foto parcial) nos sirven transitoriamente para “tantear” cómo viene respondiendo el mercado laboral a la reactivación de la actividad económica agregada. 

La caída del empleo registrado privado se verifica a partir de marzo, cuando iniciaron las restricciones a la movilidad. El empleo no asalariado tocó en mayo un mínimo y a partir de allí comenzó a recuperarse a un ritmo bastante fuerte. Sin embargo, advierte la consultora, el empleo asalariado privado continuó cayendo hasta el mes de agosto y en septiembre mostró indicios de iniciar una muy tenue estabilización y recuperación. Desde inicios del año hasta mayo, se habían perdido unos 180.000 empleos asalariados privados, y alcanzaron los 201.000 empleos en septiembre. Por su parte, los trabajadores no asalariados del sector privado cayeron en 150.000 hasta mayo y hoy se ubican solamente 20.000 por debajo de diciembre de 2019. 

En conjunto, todo el empleo privado registrado tocó un mínimo, destruyendo más de 330.000 empleos en mayo en relación a diciembre pasado y hoy se encuentra en un nivel de 220.000 trabajadores menos. La pregunta central que determinará la verdadera evolución del mercado laboral en los últimos meses es si el empleo informal (que no vemos en las estadísticas del ministerio) se comportó más parecido al empleo asalariado registrado o al empleo no asalariado registrado.

Dada la mayor flexibilidad de este último tiempo, es esperable que el empleo no registrado haya mostrado un comportamiento similar, señala la firma dirigida por el economista Esteban Domecq. De todas maneras, difícilmente se haya podido recuperar todo el empleo destruido en el segundo trimestre, lo que seguramente quedará expuesto con un crecimiento de la tasa de desempleo en el próximo informe del Indec al pasar a registrar a muchas personas “inactivas” como “desempleadas”. 

Más allá de esto, y volviendo a analizar la dinámica de las dos series del mercado laboral registrado, lo que puede concluirse es que la fuerte recesión producto de la pandemia y la cuarentena generó un importante cambio en la composición de empleo: la recuperación del empleo agregado desde junio se está dando con una menor cantidad de empleos asalariados y una mayor participación del empleo no asalariado o independiente. Recuperar los niveles previos del empleo asalariado requerirá de una recuperación económica que sea percibida como sostenible por parte del sector privado, lo cual hoy parece lejano, finaliza el informe.

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