La vacuna rusa: “Putin dijo que se probó en adultos menores de 60”

Mateo Martínez aclaró que no se informó que la Sputnik V no esté indicada para mayores, y se refiere a una guerra comercial.

La vacuna rusa: “Putin dijo que se probó en adultos menores de 60”

El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Mateo Martínez, analizó lo expresado ayer por el presidente ruso Vladimir Putin respecto a la aplicación de las vacunas Sputnik V en mayores de 60 años. En una primera lectura de esas declaraciones advirtió que lo que manifestado el mandatario no significa que no se deba aplicar las dosis a los adultos mayores. “No es que no estén indicadas en mayores de 60 años. Lo que está diciendo es que han sido probadas en individuos menores de 60 años. Eso es otra cosa”, explicó a LA GACETA.

El médico desarrolló que casi todos los productos farmacéuticos las pruebas clínicas (que cuentan con tres fases, la última con grandes volúmenes de personas) se practican con adultos jóvenes, principalmente de sexo masculino. Se busca comprobar la seguridad y la eficacia de la sustancia, pero puede producir algún daño colateral aceptable (fiebre con una vacuna contra la gripe, por ejemplo). Por este motivo -dijo- es que en el 90% de los prospectos se aclara que las pruebas se hicieron en adultos y se hacen advertencias respecto a su uso en embarazadas, niños y mayores. “Quedan fuera de consideración, lo que no quiere decir que no esté indicados en ellos. Lo que se está diciendo es que ha sido probado en adultos jóvenes. Eso es otra cosa”, remarcó.

El responsable académico de Medicina consideró, entonces, que a eso se refirió Putin (68 años) cuando, al ser consultado por la prensa si se había inoculado, respondió: “yo atiendo a las recomendaciones de nuestros especialistas, y por eso por ahora no me he puesto la vacuna, pero lo haré sin falta cuando sea posible; a la gente como yo la vacuna todavía no llega”.

Tras los dichos de Putin, el asesor principal del ministro de Salud de la Federación Rusa, Alexey Kuznetsov, aclaró a la prensa que el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya está realizando un estudio clínico adicional con la participación de 100 voluntarios mayores de 60 años para acceder a vacunarlos. “Preliminarmente muestra buenos resultados”, afirmó. Advirtió, además, que los resultados estarían disponibles en los próximos días.

De acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos, realizada en 2012 en base al Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas que llevó a cabo el Indec en 2010, casi el 19% de la población de Tucumán tiene 60 años o más. Es decir, unas 320.000 personas.

Prejuicios y guerra

Martínez, por su parte, se refirió a la ola de prejuicios e información discutible en torno a la Sputnik V, que en la última fase de pruebas clínicas alcanzó un 91,4% de eficacia tras la aplicación de dos dosis. “A veces no tiene que ver con cuestiones científicas o académicas, sino que es parte de la guerra comercial de una industria que mueve miles de millones de dólares. Todos querríamos que esto fuera limpio, transparente y que se piense en el bien común; no descarto que esto sea parte de la guerra comercial entre un producto norteamericano (Pfizer) y uno ruso.

La jefa de Epidemiología del Hospital de Niños de Buenos Aires y miembro de la Comisión Asesora de Inmunizaciones de la Nación, Ángela Gentile, explicó ayer al canal Todo Noticias que los datos de las vacunas se van liberando a medida que se van teniendo resultados. Advirtió que aunque en algunos países como Inglaterra se haya iniciado la inoculación (Pfizer), ninguna de las vacunas ha concluido su fase 3 de estudio. “Son autorizaciones de usos de emergencias. Son datos interinos o intermedios. Estamos en un momento complicado, con recepción de información que va a permitir hacer las cosas como corresponde”, expresó.

Gentile también explicó que en el caso de Reino Unido sí se está inoculando a mayores de 60 años porque hay artículos con información y porque Pfizer presentó un subgrupo con buena respuesta inmune para pacientes de ese grupo etario.

Compromiso social

El decano de la Facultad de Medicina también fue consultado respecto a las medidas implementadas por el Gobierno de Alberto Fernández durante la pandemia y dijo que, en principio, son “razonablemente aceptables”. De todos modos, apeló a una analogía para graficar la situación actual del país.

“Supongamos que un paciente llegue a mi guardia. La mayor responsabilidad de resolver es mía: debo ver cómo resolverla y qué hacer para tratar de proteger su vida. Ahora, cuando la enfermedad aguda se transforma en crónica, ya la solución no pasa tanto por mí sino por el paciente, en un sentido de responsabilidad individual. De cómo el paciente tiene adherencia al tratamiento y respeta las indicaciones terapéuticas. Pasa por aceptar, creer y seguir las indicaciones”, dijo Martínez. Y continuó: “en las epidemias pasa lo mismo. Nosotros tuvimos una primera etapa aguda, crítica, con cuarentena general, con policías en las calles y retenes. Es una respuesta razonable a algo poco conocido, para proteger la vida de los ciudadanos. Pero cuando ese fenómeno se prolonga, cuando llega a lesionar al aparato productivo y cercena libertades individuales, hace falta un nuevo contrato social. Hace falta que el paciente -la sociedad- acuerde con el poder coercitivo que tiene el Estado qué cosas va a permitir y qué cosas no. Estamos en una etapa en la que hace falta un nuevo compromiso entre la sociedad y el Estado”, resumió.

En cuanto a las idas y vueltas de la Nación respecto a las vacunas (se informa por separado), opinó que el Gobierno oscila entre sus deseos de cumplir con la sociedad, pero que termina quedando preso de una guerra comercial. Manifestó también que toda crisis saca lo mejor y lo peor de las personas, y que en las sociedades ahonda las diferencias. Por eso, según consideró, Estados Unidos o Canadá, que tienen capacidad de pago, están acaparando la compra de vacunas (el segundo informó la compra para inmunizar a 152 millones de personas, pese a que su población es de 38 millones). Señaló también que ya hay estudios que indican que un quinto de la población mundial, estimada en unos 7.700 millones de personas, no podrá acceder a alguna vacuna contra la covid-19 durante 2021.

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