Denuncian transgresiones a la restricción de construir en el cerro El Pelao

Ante el avance descontrolado de las urbanizaciones, en febrero la Legislatura decidió proteger por primera vez el cerro El Pelao de Tafí del Valle. En esencia, una ley declaró la emergencia ambiental y ecológica de esta montaña que administrativamente pertenece a la comuna de El Mollar. Además, suspendió el fraccionamiento y la construcción de obras en la zona. Tras idas y vueltas legales, que incluyeron un veto parcial del Ejecutivo provincial, en junio los legisladores sancionaron el nuevo texto que regirá por lo menos hasta mediados de 2021. Se trata de la Ley 9.261, que incluyó cuantiosas multas para quienes infringieran las restricciones.

La agrupación de vecinos que visibilizó el deterioro del cerro a principios de este año denuncia que la norma es prácticamente letra muerta. “Tenemos dos casos comprobados de violación. Hay una casa en un barranco que puede desmoronarse en cualquier momento. Además, los alambres dejaron apenas un camino angosto de acceso al arroyo Los Morales”, describió a LA GACETA Rita Zabala, una de las primeras habitantes de El Pelao (reside allí desde hace 22 años).

¿Qué ha sucedido en todos estos meses con las disposiciones de la ley que fue promovida por el oficialista Regino Amado? Según propietarios del área, casi no ha habido modificaciones de la situación. “En julio vino gente de la comuna y clausuró un conjunto de bloques, pero luego avanzaron las obras en los terrenos. Los políticos no se hicieron presente y nosotros tememos que se forme un alud”, expresó Zabala con preocupación.

La vecina también manifestó que ha sufrido amenazas por sus denuncias y que teme represalias en su contra. “Nosotros no somos los responsables de que no se pueda trabajar en El Pelao, como nos han acusado. Lo que queremos es evitar males mayores y que haya una reglamentación clara así todos podamos disfrutar del río sin que haya paredes de bloques que impidan el acceso”, aclaró.

Los habitantes de esta emblemática montaña, ubicada en el corazón del Valle de Tafí, reniegan por la división administrativa del territorio. “Es un disparate que pertenezcamos a El Mollar, que está a kilómetros. Yo voto y me manejo en Tafí del Valle, pero no sabemos qué somos al final. Así nadie controla nada y termina siendo tierra de nadie”, dijo Zabala.

La llegada del verano y de las tormentas recurrentes generan inquietud en los habitantes del cerro.  Especialistas ya han advertido sobre las peculiaridades geológicas de El Pelao y los riesgos de que avancen más construcciones irregulares, que serían desarrolladas por veraneantes. Además, el área cuenta con riquezas arqueológicas que demandan una adecuada preservación. “Hay obras peligrosas en el corazón del cerro. Necesitamos que se cuide el lugar. Queremos saber qué pasa con la ley”, concluyó la referente vecinal.