La pregunta se esparce como un rumor: ¿habrá rugby en Tucumán este año? A estas alturas, ya nadie teme ser demasiado pesimista, amparado por el antecedente de una temporada 2020 cuyo inicio debía dilatarse brevemente y que al final debió ser cancelada por completo a causa de la pandemia. Los clubes tucumanos ya comenzaron la pretemporada sin la certeza de saber cuándo volverá la actividad, pero con la esperanza de que volverá. No obstante, las dudas persisten en muchos jugadores y jugadoras, que todavía no deciden si volver o no. Al fin y al cabo, a nadie le gusta entrenarse para no jugar.
En ese sentido, el presidente de la URT, Marcelo Corbalán Costilla, se mostró optimista en las declaraciones que brindó al ciclo Eden Park. “Tengo fe en que pronto se dará la apertura de la competencia. ¿En qué me baso? Primero, en la aparición de la vacuna. Si bien no habrá una vacunación masiva hasta dentro de cierto tiempo, ya la está recibiendo personal de salud y grupos de riesgo. Además, en Tucumán se observó un descenso en el número de casos. Otro dato alentador es que, si bien tiene una realidad distinta, en Mendoza se autorizó la práctica deportiva con hasta 250 espectadores. Por otro lado, ya se hizo efectiva en Tucumán la vuelta del fútbol amateur, lo que nos hace pensar en un 2021 mejor que 2020”, resumió el dirigente, quien el lunes mantuvo una reunión junto con su par de hockey, Rafael Pirlo, con la ministra de Gobierno, Carolina Vargas Aignasse, para presentar los protocolos del regreso a la competencia oficial.
La documentación, complementaria a la que se presentó en noviembre para el inicio de los entrenamientos, será analizada por el COE. De mediar aprobación, tanto el rugby como el hockey podrán planificar la vuelta con mayores certezas. En el caso del óvalo, Corbalán Costilla prende velas para que haya competencia oficial a fines de marzo o principios de abril. Por lo pronto, este fin de semana habrá una apertura simbólica con el torneo de rugby playa en Famaillá, autorizado por la Municipalidad de dicha ciudad. “Queremos mostrar que, de manera prolija y responsable, podemos desarrollar un torneo de rugby de 15 a partir de abril”, señaló el de Universtario. Lógicamente, habrá una progresión hacia la versión full de la disciplina, materializada en modalidades más light durante los torneos de pretemporada.
El sueño de la SLAR
En otras uniones provinciales, como la de Córdoba, el terreno se va allanando para volver durante febrero bajo modalidad tag (es decir, con contacto mínimo). Otras lo harán más adelante. Así las cosas, la única competencia de rugby plena con fecha cierta es la Superliga Americana (SLAR), cuya segunda edición se jugará desde el 16 de marzo en dos burbujas sanitarias: Chile (primera fase) y Uruguay (definición). Nuevamente, habrá varios tucumanos repartidos en varios equipos, entre ellos el de Argentina, Jaguares XV, que reemplazará a Ceibos. Si bien el certamen aún se encuentra en una etapa embrionaria de desarrollo y aprendizaje, su futuro pinta promisorio y con un mayor número de franquicias. ¿Podría haber alguna eventualmente alguna de Tucumán? Corbalán Costilla confía en que sí. “La idea de un equipo semiprofesional ronda por nuestra cabeza. De todos modos, nuestra prioridad es seguir peleando porque vuelva el Campeonato Argentino, o en su defecto el Centro de la República. Hay uniones como la de Tucumán, la de Córdoba, la de Salta o la de Rosario, que se identifican mucho con su seleccionado y a través de él pueden conseguir fondos que son necesarios para gerenciarlas. No obstante, si no se puede seguir por ese camino, veremos la viabilidad de ingresar a la SLAR con una franquicia. Porque también hay que contemplar la situación del jugador que no tiene la posibilidad de ingresar al sistema UAR y que busca un mayor nivel de competencia o algun rédito económico. Antes que ese jugador emigre a alguna liga europea, sería bueno ofrecerle alguna competencia acá, en la que pueda ganar algo de dinero y luego volver a su club y seguir con su formación educativa o laboral”, explicó el directivo.
En realidad, aclara, fue bastante más que una mera fantasía lejana. “Las intenciones de tener una franquicia fueron serias y nos sentamos a hacer números, pero en ese momento no nos dieron. Cualquier persona que pone plata, necesita tener cierta certeza de cómo y cuándo la va a recuperar, o cuáles serán las posibilidad de reinvertir, y en la Superliga aún no estaba muy claro eso. Por eso no avanzamos. Además, se hablaba de un millón de dólares en un proyecto a cinco años, y quien tiene ese dinero, lo más seguro es que prefiera invertirlo en otra cosa antes que en una franquicia de rugby en un torneo que recién comienza. Pero bueno, ya con la experiencia de 2020, por breve que haya sido, se aclararon algunos números y eso me hace pensar que en el futuro será mucho más viable esa idea”, agregó.
Visiones
Como paso previo a todo eso, será necesario un cambio de mentalidad, más abierto al profesionalismo que hoy encuentra tanta resistencia en el sector más conservador del rugby. Corbalán Costilla explicó: “esa etapa es muy nueva todavía, lleva poco más de 12 años en Argentina, mientras que el amateurismo lleva como 120. Lo nuevo genera respeto, pero seguramente iremos aggiornándonos. Hay que darle tiempo. Sin ir más lejos, no digo hace 15 años, digo hace cinco, alguien pensaba que podríamos tener una liga profesional en Sudamérica? Creo que nadie. O casi nadie”.