“Los adultos debemos ser más responsables con la vuelta a clases”

La psicóloga Maritchu Seitún dialogó con LA GACETA sobre la importancia de la vuelta a clases y el rol de los adultos en el contexto de la pandemia por covid-19.

“Los adultos debemos ser más responsables con la vuelta a clases”

A veces parece que no quedara claro que la responsabilidad y el compromiso de todos nos hará modificar las rutinas en el contexto de la pandemia. “Tengo la esperanza de que sea diferente al año pasado porque si circulamos con mucha responsabilidad, podremos tener menos restricciones este año”, analiza la psicóloga Maritchu Seitún en diálogo con LA GACETA.

Seitún se especializó en crianza y trabaja con niños, adolescentes y familias en general. Lleva publicados cuatro libros sobre crianza en familia, el apego y las emociones. En marzo, a través de la editorial Grijalbo presentará su quinto libro: “Criar con empatía”.

“Si pudimos hacerlo el año pasado, podremos hacerlo este”, repite optimista la especialista que afirma que es “importante” hacer lo posible para que los niños y jóvenes vuelvan las escuelas.

¿Cuáles fueron las consecuencias psicológicas de todo lo que se vivió en 2020?

- Es difícil saberlo porque todavía no los vimos a los chicos. Lo que yo fui viendo a lo largo del año pasado fueron chicos muy desanimados, echados, metidos en su cuarto, para adentro, sin buen humor, con horarios cambiados. Mientras que los más chiquitos estuvieron con mucho mal humor, no querían hacer cosas, porque en ellos la depresión se ve en la conducta. Un niño no se deprime o, en realidad, cuando se deprime se porta mal. También vimos aumentados los miedos: los que son naturales en los chicos y otros trasladados por sus papás. Pero en todos, adultos y niños, creció muchísimo la ansiedad. Para los chicos, la manera de procesar lo vivido es charlar, salir, jugar, andar en bici, estar con otros y, al verse impedidos de eso, vimos en todas las edades mucha ansiedad. Los chicos se quedaron muy metidos en sus casas.

¿Y cómo se puede trabajar esa ansiedad?

- La ansiedad implica que hay temas que no fueron muy bien procesados hacia adentro: vemos que se come las uñas, que no se queda quieto, no para de hablar. Como papá y mamá podemos conversar sobre todo lo que pasa: sobre esa llamada que me preocupó y qué sintieron o pensaron ellos, sobre qué siente cuando mamá está trabajando y no puede ocuparse de uno. Hay que volver para atrás, sobre todo lo que pasó, conversarlo y con las explicaciones hacer que baje ese nivel de ansiedad. Eso pueden hacerlo los padres pero si ven que no alcanza, hay que consultar a un profesional. Hubo muchos síntomas durante la pandemia, pesadillas, tics; por eso hay que observar mucho a los chicos.

¿Hubo algún grupo etario más perjudicado en cuestión de salud mental durante la cuarentena?

- Fueron varios los perjudicados pero, antes que nada, los niveles socioeconómicos más bajos: aquellos chicos que no pudieron tener conexión con lo escolar porque no solo perdieron aprender cosas, sino de estar con un adulto que tiene un vocabulario más amplio que sus padres y hasta el alimento en algunos casos. Se perdió el recreo y educación física en donde se procesan y se aprenden un montón de cosas. Esas clases son mucho más que hacer gimnasia. Los adultos mayores también se vieron perjudicados pero, por otro lado, no se enfermaron. Los chicos más chiquitos que no tenían manera de escolarizarse porque era difícil motivarlos e interesarlos a través de la pantalla, también. Y por último, para los adolescentes fue difícil estar en su casa porque están en una etapa en la que ya deben salir al mundo.

En este contexto, ¿es necesario el retorno a las aulas?

- Me parece que es importante tratar de que vuelvan al aula los chicos porque los beneficios son enormes: aprenden a trabajar los protocolos, se estimulan unos a otros, tener a un docente -otro adulto ajeno a la familia- con quien interactuar es muy rico. Sino son papá, mamá y nosotros solos en casa. Hay miles de razones por las que vale la pena volver pero tenemos que tener cuidado en la vuelta.

¿Cuál es el rol de los adultos en esto?

Los adultos debemos ser hiper responsables. Muchas veces somos muy tramposos porque mandamos al colegio a un chico con tos o dolor de cabeza y eso hoy sería muy irresponsable. Si hay síntomas de cualquier enfermedad tengo que avisar que no va a ir y no salir de casa el tiempo que recomienden los médicos. Todos estamos comprometidos con todos y eso es lo más importante. Una persona que lleve a un chico enfermo a la escuela arruina una burbuja entera en donde hay mucha gente comprometida. Creo que si hay que trabajar con los padres organizados para que vuelvan las clases, pero hay que trabajar muy bien las responsabilidades de los adultos en este proceso. Es preferible que sean cuidadosos de más que de menos.

Si bien se desconoce hasta el momento cómo será el regreso a las aulas, ¿vale la pena movilizar el retorno a clases y volver a una cuarentena en caso de que aumenten los casos?

- Sí, creo igual vale la pena, porque el dolor de dos años enteros seguidos sin colegio es mucho. Aunque vayan quince días creo que es necesario. Personalmente creo que irán más de quince días, espero que sean uno o dos meses. Si nos comportamos civilizadamente, no van a tener que cerrar las escuelas. En todo caso habrá que poner en cuarentena a algunas burbujas si pasa algo y después van a volver. En Europa no hubo cierre total sino que se fueron aislando a distintos grupos a medida que surgían casos, no a toda la escuela.

A muchas familias se les complica la logística familiar con los horarios de padres e hijos, trabajo dentro y fuera de casa: ¿con qué herramientas puede contar una familia o hasta qué punto una familia puede organizarse sin dejar algo de lado?

- Como creo que a los chicos les beneficia mucho volver a la escuela, creo que los padres tendrán que hacer su máximo esfuerzo aunque es cierto que es un esfuerzo enorme que se les agrega a los papás. Hay que tratar de que los chicos vayan aunque sea un día por semana a la escuela. Con un día los chicos ya van a tener un olorcito a todo: la maestra me va a ver y yo a ella y eso hará la diferencia para los chicos.

Hay muchas personas que conviven actualmente con miedo a la pandemia y les cuesta salir, relacionarse: ¿qué se hace con esos casos?

- Hay dos grupos de riesgo que son igualmente peligrosos: los que se asustan mucho y los que se asustan poco, que son más insensatos. Creo que en cada familia hay que medir con una cuota de realidad el tema de las salidas: si hay alguien de riesgo en la familia hay que conversarlo. Por eso también va a estar bueno que vayan al colegio y se hagan ahí las consultas porque si el miedo es excesivo y no hay razones, la escuela te va a mostrar eso. Con la vuelta a clases vamos a tener una foto, un panorama de cómo está cada familia y se podrá trabajar las familias que están por demás asustadas porque puede ser patológico.

La vida sujeta a protocolos, especialmente para los chicos, ¿es saludable?

Los chicos son más flexibles que los adultos. Ellos se van a acomodar a los protocolos y van a estar contentos de estar con sus amigos. Cuando la consigna era compartir los juguetes, lo hacían. Y ahora, que quizás no puedan compartir tantas cosas se van a adaptar y van a aprender a divertirse de esa manera. Si la cuarentena durase mucho tiempo dejaría secuelas, pero no durará años por lo que pronto volverán al viejo sistema de compartir y jugar entre amigos.

Con tanta incertidumbre sobre lo que se podrá hacer o no en 2021, ¿cómo conversar con los chicos sobre esto?

- Tengo una imagen que me gusta utilizar que resume todo esto: cuando estamos en una ruta y vemos una curva, no sabemos con qué nos vamos a encontrar a la vuelta. A los chicos hay que hablarles así, por etapas. ´Ahora estamos en esta etapa y es lo que sabemos. Cuando hable el Presidente o manden un mail del colegio vamos a saber más y ahí veremos qué sucede. Cuando lleguemos a la curva sabremos cómo será la próxima etapa y te la voy a explicar´. Si yo estoy angustiado porque soy muy controlador y quiero saber todo lo que sucederá hasta diciembre, estaré en problemas. Pero si estoy tranquilo voy a transmitir eso. Nadie puede en un camino con curvas saber qué verá en los próximos 5 kilómetros. Hay que mantener la calma y transmitir esa idea de que vamos paso a paso.

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