¿Sirve el radar para levantar el pie del acelerador?

Los cinemómetros sí son útiles para bajar la alta velocidad, presente en uno de cada tres choques. Pero los aparatos y los operativos deben reunir ciertos requisitos.

LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI

Apretar demasiado el acelerador es un factor determinante en el 30% de los accidentes mortales, aseguran los médicos de emergencias. También aumenta la probabilidad de sufrir lesiones de carácter grave. En los últimos días, movilizados por el choque en el que perdió la vida un joven de 23 años en Yerba Buena, los funcionarios de esa localidad anunciaron que usarán radares para controlar la velocidad.

Siempre que aparecen en escena levantan polémica. Los cinemómetros son una herramienta muy utilizada para tratar de poner freno a los que manejan demasiado rápido. Sin embargo, según los expertos, estos dispositivos no pueden resolver por sí solos el problema de las conductas temerarias. Para empezar, porque deben cumplir con ciertos requisitos. Entrevistamos a Alfredo Linares, abogado especialista en Tránsito de la Defensoría del Pueblo, quien nos dio detalles sobre los radares. ¿Sirven o no sirven? ¿Cómo saber si están autorizados? Hay que tener en cuenta estos tres puntos:

1- El debido proceso

Lo correcto es que después de ser detectada la transgresión con un radar, unos metros o kilómetros posteriores al puesto de medición, un agente o inspector detenga al infractor y lo notifique de la falta que ha cometido. Debe acreditar su nombre y repartición a la que pertenece y darte el acta de infracción.

“Este es uno de los puntos más importantes porque estaría cumpliendo con el espíritu de la ley nacional de tránsito, que es el de prevenir. De otra manera, si no se le avisa al conductor que debe bajar la velocidad porque está en infracción y este ni siquiera sabe que ha pasado por un radar, no cambiará de actitud y seguirá conduciendo demasiado rápido, con la posibilidad de causar un incidente más adelante”, explica.

Linares sostiene que los radares sí son útiles, pero está en contra de los cinemómetros ocultos: “lo mejor es que todo sea visible; esta no debe ser una medida con fines meramente recaudatorios, sino para hacer cumplir lo que dice la ley y bajar los accidentes ocasionados por el exceso de velocidad”, explicó. En la avenida Aconquija, por ejemplo, se debe conducir hasta 60 km/h. En muchas rutas se permite hasta 100 km/h y en autopistas nacionales, hasta 130 km/h.

2- Autorización

Ya sean fijos o móviles, los radares deben estar homologados y verificados por el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). Este organismo, además, debe certificar la calibración de los aparatos cada seis meses. “Para saber si un cinemómetro está homologado, debemos chequear en el acta de infracción. Esta debe incluir marca, número de serie, el modelo y el sello del INTI. También debe tener la firma de la autoridad pública interviniente en la infracción y el contacto del Juzgado o Tribunal de Faltas.

3- Autoridad competente

“Este es un punto también importante. Quien controla y labra las infracciones debe ser competente: si es en una ruta nacional, un organismo nacional; si es ruta provincial, la Provincia. Hay casos en que los municipios hacen estos controles en rutas, pero sin un convenio de delegación de facultades, lo cual hace que sea ilegal”, precisó. En muchos casos, se ha visto que en las rutas del país algunos municipios usan radares -por fuera de consenso con la provincia y, según el caso, con la Nación- para intentar controlar la velocidad. Muchos de esos procedimientos terminan chocando con la nulidad de lo actuado.

Aumentan los choques

Claudio Artaza Saade, miembro del Comité Consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y de la Fundación Alerta en el Camino, señaló que urge tomar una decisión para frenar los accidentes por exceso de velocidad en Yerba Buena y en muchos otros municipios y rutas tucumanas.

“Desde 2017 vienen anunciando que pondrán radares y no lo hacen. Después de que alguien fallece, vuelven las promesas. Nosotros notamos que una vez pasada la cuarentena los choques violentos aumentaron mucho en la provincia”, explicó. Y dio cifras que demuestran lo que está pasando.

“El último informe de Seguridad Vial, que hace el Ministerio de Transporte de la Nación, ubica a Tucumán en el preocupante cuarto puesto de provincias con más accidentes fatales. En todo 2020, según este estudio, hubo 225 muertos en choques”, detalló.

“Junto al alcohol, el exceso de velocidad es una de las principales causas de accidentes. Le siguen la somnolencia y la falta de atención. Pienso que los radares sí son positivos, pero no todos. Ayudan a reducir los accidentes aquellos cinemómetros que están visibles y que le muestran al conductor cuando está excedido. Los aparatos que están ocultos y que registran una infracción que le llega días o meses después al dueño del rodado no tienen ninguna influencia sobre las conductas temerarias que ocurren principalmente por las noches. Es necesario poner más controles nocturnos a la vista de la inseguridad vial que vemos a esa hora y que se cobra la vida de muchos jóvenes. En nuestra provincia, el 44% de las víctimas fatales tienen entre 14 y 35 años”, puntualizó.

Sostuvo que se necesitan más educación vial, controles y sanciones para revertir la situación actual: Tucumán duplica la tasa media nacional de mortalidad en accidentes de tránsito.

Yerba Buena empieza a controlar

Yerba Buena comenzará mañana a realizar controles de velocidad con radares móviles. Según las autoridades, la mayoría de los accidentes ocurren por falta de conciencia y de responsabilidad. Pese a los semáforos y a los reductores de velocidad, los siniestros no ceden en la “Ciudad Jardín”.

‘’Somos el municipio que más realiza controles en el norte argentino. Los accidentes graves que suceden- y que hace mucho no ocurrían- son porque desgraciadamente la sociedad no internaliza las normas’’, aseguró Mauricio Argiró, secretario de Seguridad.

A raíz del choque que terminó con la vida de un joven en la madrugada del sábado, el Concejo Deliberante de Yerba Buena retomó el proyecto para poner radares fijos de control de velocidad, que había sido presentado en 2018 y que había quedado en stand by. Con la afirmativa de los ediles, se estima que la medida estaría lista para ser aplicada dentro de seis meses cuando todos los factores para llevarla a cabo, incluido el presupuesto, estén resueltos. Mientras tanto, mañana la Municipalidad desplegará un operativo con radares móviles -de asistencia humana- en sitios donde las máximas de velocidad son habitualmente transgredidas. Las avenidas Aconquija, Perón y Solano Vera; el camino de sirga y el Camino del Perú son los trayectos elegidos para hacer estos controles. Los cinemómetros serán disparados por agentes municipales a medida que los vehículos circulen en diferentes horarios del día, y en cuanto marquen una violación a los límites de velocidad, los conductores serán detenidos y avisados sobre su infracción. Las sanciones dependerán de la gravedad de cada caso; en algunos solo se hará una advertencia.

Según el Director de Tránsito, Martín Aráoz, en estas zonas críticas de Yerba Buena se pusieron reductores de velocidad y semáforos. “Se pueden poner controles de todo tipo, pero lo esencial es la conciencia del ciudadano. Poner en marcha una campaña de educación vial será indispensable. Queremos que la gente entienda que esto de los radares no es con un fin recaudatorio. Los agentes no están para hacer una multa; están para evitar accidentes y educar’’, concluyó.

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