Dos sondeos de boca de urna ofrecen resultados contradictorios que confirmaron el pronóstico parejo para el balotaje presidencial en Ecuador: según la encuestadora Clima Social, el candidato Andrés Arauz -del sector del ex presidente Rafael Correa- ganaría por 50,8% a 49,2% al ex banquero Guillermo Lasso. La firma Cedatos, por el contrario, puso primero al líder de derecha con un posible 53,24% frente al potencial 46,76% del joven economista de centroizquierda.
En plena crisis económica y epidemiológica, los ecuatorianos votaron hoy en balotaje a su próximo presidente, en una contienda ajustada que se desarrolló con orden y tranquilidad. No obstante, se espera un largo y tenso escrutinio.
Tras los cuestionamientos de la publicación del conteo rápido oficial en primera vuelta, las autoridades electorales ecuatorianas ya anunciaron que no repetirán este sistema provisorio y temprano, y recién darán un resultado parcial cuando una parte significativa del país haya sido escrutado.
"La jornada fue más bien tranquila, mucho más que la primera vuelta porque se modificaron protocolos, como que la gente pueda entrar y hacer fila dentro de los establecimientos. Eso aflojó mucho las largas colas que hubo antes. Hubo una alta participación aunque aún no conocemos la cifra final y la verdad se vio mucha gente votando", contó la coordinadora del equipo de observación electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), la argentina Dolores Gandulfo.
"Los datos oficiales se estima que van a empezar a cargarse a las 19 -las 21 hora de la Argentina- con una expectativa de llegar a un 50% a las 22 -las 24 hora de nuestro país-. Como se espera una ajustada elección, lo más seguro es que no haya un ganador esta noche y haya que esperar a que se termine con todas las actas", adelantó Gandulfo.
Si bien Arauz no votó porque está empadronado en México, sí lo hizo su compañero de fórmula, el candidato a vicepresidente Carlos Rabascall.
"En esta elección se juega la paz, la tranquilidad y la estabilidad de las familias ecuatorianas ¡Vamos a ganar porque así lo ha decidido el pueblo!", tuiteó Rabascall a la salida del recinto.
Arauz, por su parte, acompañó a la comerciante María Cusco a sufragar en la Academia Mayor Pedro Traversari, en el sur de Quito.
Unas horas después, emitió su voto Lasso en la Unidad del Milenio Ileana Espinel Cedeño, en el norte de Guayaquil.
"Estos 11 años, cada encuentro, recorrido y conversación, todas las propuesta que construimos juntos y la lucha diaria por un mejor país, son por ustedes. ¡Gracias! Estoy eternamente agradecido por su apoyo. El cambio viene", tuiteó el ex banquero.
"Es una mañana y un día de fiesta democrática, donde todos los ecuatorianos nos encontramos para que, por el poder del voto, podamos escoger el futuro que vivirán nuestros hijos", dijo Lasso, acompañado por su mujer y sus hijos.
Con 36 años, Arauz, un economista formado en Estados Unidos, podría convertirse en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso, un ex banquero de 65 años, se juega quizá su última chance tras perder las elecciones en 2013 y 2017.
Arauz es reconocido por ser el delfín de Correa, presidente entre 2007-2017, figura gravitante en esta contienda, pese a que lleva cuatro años fuera de Ecuador y arrastra una condena por corrupción que él tacha de persecución política.
En cambio Lasso encarna al anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y a los desencantados con el "socialismo del siglo XXI" que pregonó el exjefe de Estado.
Quien venza tomará las riendas de este país de 17,4 millones de habitantes a partir del 24 de mayo en reemplazo del impopular Lenín Moreno, quien se va del cargo acosado por las críticas al manejo del coronavirus y su efecto económico.
El año pasado la dolarizada economía retrocedió un 7,8% y la deuda pública (interna y externa) aumentó hasta alcanzar un 63% del PIB.
Los indígenas, que quedaron a las puertas del balotaje con su candidato Yaku Pérez -un anticorreísta de izquierda, que alegó un supuesto robo de elecciones-, aparecen como una fuerza determinante en los comicios.
Sin embargo su voto se fraccionó camino a la segunda vuelta entre el nulo -que alienta Pérez- y el apoyo a Arauz y en menor medida a Lasso.
Ninguno de los dos finalistas contará con mayoría legislativa y tendrá que negociar con Pachakutik, el partido indígena que logró la segunda votación para la Asamblea detrás de Unión por la Esperanza (Unes), el movimiento de Arauz.
Creando Oportunidades (Creo), la fuerza de Lasso, tendrá una representación mínima.
Muy activo en la primera vuelta, Correa apareció mucho menos en la recta final, en un intento por proteger a su delfín de las fuerzas que lo repelen.