Cómo golpea el horario al comercio

Los hombres de negocios señalan que la resolución del COE afecta las horas de mayor venta. Confusión entre los clientes. Los empresarios piden que se debata cómo sostener la actividad.

Cómo golpea el horario al comercio

Los comerciantes del microcentro están más que preocupados. No sólo por las airadas protestas del SEOC, sino también por los efectos que la resolución del Comité Operativo de Emergencia (COE) ha causado entre los clientes. Algunos locales han decidido abrir de 10 a 19, tal como lo establece la resolución de ese organismo, en el marco de la pandemia de la Covid-19, con el fin de disminuir la circulación de personas. Sin embargo, otros optaron por mantener el horario cortado, pero hasta las 20,30, bajo el estricto cumplimiento del protocolo sanitario en la atención a sus clientes. Sucede que, además de los efectos de la pandemia, la recesión ha causado que las ventas cayeran en torno de un 30% y prácticamente los márgenes de rentabilidad se han reducido a la mínima expresión.

La supervivencia de los negocios está dada por la omnicanalidad: las empresas más grandes rediseñaron sus estrategias de ventas sumando clientes a sus plataformas digitales. “Hay un nuevo público que demanda la atención on line o ingresan a las páginas para adquirir los productos que desean y sin moverse de sus casas. Para un empresario puede resultarle muy cómodo subirse a esas plataformas y vender desde allí, pero esa modalidad atenta contra la labor de nuestros vendedores, que esperan a sus clientes en el salón”, admite a LA GACETA Oscar Castillo, empresario de amplia trayectoria en la provincia.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo, el comercio en Tucumán genera unos 31.000 puestos directos de trabajo, pero esa cifra puede llegar a triplicarse si se toman en cuenta otras actividades vinculadas a al actividad, como el transporte, la logística y la distribución. La mitad de esa dotación, registrada por sus empleadores, se dedica al comercio minorista. El 70% de los comercios radicados en territorio provincial son microempresas que están con mayores riesgos de desaparecer si persiste la crisis y las restricciones para ejercer la actividad.

En los últimos días, los clientes que acuden al microcentro para efectuar sus compras terminaron efectuándolas a media, por la confusión que les genera que unos locales sigan abierto durante la siesta (y hasta las 19), mientras que otros bajan sus persianas desde las 13 y hasta las 16.30. Propietarios de pequeños locales instalados en el corazón de la ciudad indicaron a LA GACETA que los horarios de mayor venta suelen ser entre las 11 y las 13, mientras que por la tarde entre las 19 y las 20,30, sobre todo en rubros de textiles, calzados y jugueterías. Según los cálculos de la Federación Económica de Tucumán (FET) y de la Cámara de Comerciantes del Microcentro capitalino, la pérdida de ventas por el horario corrido roza el 30%. Para que las operaciones no se reduzcan de manera estrepitosa, varios de los comerciantes han decido descentralizar las ventas en otras zonas más alejadas del centro. “Sólo queremos libertad de trabajo, porque estamos cumpliendo la ley. Hay un decreto municipal que nos autoriza a atender al público hasta las 21, bajo el estricto protocolo sanitario”, señala Gabriela Coronel, presidenta de la Cámara de Comerciantes del Microcentro.  “Los comercios no son focos de contagio y si persiste la idea de recortar el horario de atención, tal vez muchos de nosotros tengamos que cerrar nuestros locales porque trabajamos con escaso margen de rentabilidad”, puntualiza.

Los últimos hechos de violencia protagonizados en las peatonales por referentes identificados con el SEOC causaron zozobra no sólo entre los comerciantes y los empleados, sino también entre la población que asiste a realizar sus compras. “Hubo una caída importante de las ventas, del orden del 30%, pero más allá de debatir acerca del horario de atención, lo esencial pasa por buscar la manera de sostener los puestos de trabajo y de evitar que los negocios cierren de forma permanente”, indica Héctor Viñuales, presidente de la FET. “En estos momentos de segunda ola de contagios de Covid, el horario es secundario; hay que discutir qué estamos dispuestos a hacer para levantar las ventas”, enfatiza.

Los empresarios coinciden en que, a la hora de tomar decisiones, el Gobierno debería escuchar más a todas las partes para evitar que más negocios bajen sus persianas, lo que implicará menos recaudación impositiva.

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