Pellerano se transformó en una voz de mando en el vestuario de San Martín

El experimentado defensor es consejero de los chicos.

CON GANAS DE REVERTIR EL MOMENTO. Pellerano está feliz en Tucumán, pero espera que el “Santo” comience a ganar. CON GANAS DE REVERTIR EL MOMENTO. Pellerano está feliz en Tucumán, pero espera que el “Santo” comience a ganar.

El momento no es el que todos soñaban antes del comienzo del torneo. San Martín sufrió el inicio, estuvo varios juegos sin poder ganar, perdió al cuerpo técnico que inició el proceso y, ahora, intenta encarrilar el rumbo de la mano de Pablo De Muner y su equipo de trabajo.

Mientras “Tomate” y compañía trabajan con el objetivo que el equipo encuentre una identidad y el estilo de juego que pregona la nueva conducción, el grupo se apoya en los futbolistas con más experiencia. “Los más grandes somos fundamentales para llevar adelante este tipo de situaciones porque la experiencia son momentos vividos. Y en base a eso, tratamos de quitarle presión a los más chicos”, asegura Hernán Pellerano, el central que arribó hace unos meses a Tucumán y fue uno de los que se puso el plantel al hombro.

Tras dos años de jugar en las ligas de Ecuador y Perú y de pasarla mal a fines de 2020 debido a un cuadro de covid-19, el central decidió aceptar la propuesta “santa”. Lo sedujo la idea de ser parte de un equipo que quiere volver a jugar en la elite del fútbol argentino; por eso se puso el overol y se transformó en una voz de mando dentro del vestuario. “No la pasé nada bien cuando tuve covid, pero hoy trabajo para recuperar mi mejor versión. Obviamente me gustaría estar mejor en todos los aspectos. Pero a mi edad, todo cuesta un poco más. Sin embargo cada día me siento mejor. Apunto a llegar bien a cada partido y a aportarle experiencia al equipo”, afirma.

Pellerano está feliz de haberse sumado al “Santo”. Desde un primer momento sabía que iba a firmar para uno de los grandes del interior del país, pero la realidad superó cualquier expectativa. “Estoy muy contento. Nunca pensé que iba a adaptarme tan rápido al club y a la ciudad. Con mi familia estamos muy cómodos. San Martín es un club de primera; tiene muy buena infraestructura, un gran cuerpo técnico, excelentes médicos, kinesiólogos, masajistas, nutricionistas... Estamos muy bien, sólo falta que comiencen a acompañarnos los resultados”, dice, confiando en que tras el parate por la fecha libre todo cambiará para bien. “Todo jugador quiere llegar a un equipo que gane desde el principio. Pero siempre todos los equipos pasan por este tipo de situaciones en las que quizás la suerte no acompaña o no hay resultados. Pero debemos seguir por este camino del trabajo a conciencia; las buenas ya van a llegar”.

Día a día, es uno de los que más habla puertas adentro. Trata de llevar tranquilidad al grupo y aconseja a los más chicos para que no bajen la guardia nunca. “Les digo que sigan trabajando con tranquilidad porque venimos haciéndolo bien. Salvo el segundo tiempo contra Atlanta, nadie nos superó en el juego en este torneo. No debemos apartarnos del rumbo, sí mejorar un poco para que los resultados comiencen a llegar”, cierra el central, que pone su experiencia al servicio del grupo.

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