16 Mayo 2021
¿Qué se puede concluir de un encuentro de menos de media hora entre un presidente (Alberto Fernández) y el Papa Francisco? La pregunta sigue boyando en los ámbitos políticos, por la multiplicidad de respuestas que se esgrimieron desde el jueves cuando en El Vaticano, el Sumo Pontífice recibió al jefe de Estado argentino y a su comitiva.
El politólogo Claudio Fantini tiene su impresión respecto de esa cumbre. No cree que el Presidente haya usado esos 25 minutos para pedirle al Papa que medie o lo ayude a convencer a las potencias europeas y a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Giorgieva -dictó un seminario esta semana en El Vaticano- que acuerden con la Argentina por la deuda.
“Para pedirle eso, no es necesario que asista a El Vaticano, ya que hay canales diplomáticos por los que se pueden canalizar esos planteos. Además, creo que a esa gestión, el Papa Francisco la debe hacer naturalmente, sin que nadie se lo pida, al tratarse de su país de nacimiento”, indicó el analista a LA GACETA.
Fantini cree que la solicitud de Alberto Fernández al Pontífice puede estar más ligada a las cuestiones netamente políticas. “Más que una ayuda para que el FMI acuerde con la Argentina, el Presidente le debe haber pedido que intervenga frente a la disidencia, dentro de su propio gobierno, respecto del acuerdo que se quiere alcanzar con el Fondo”, señaló. “Una parte de la coalición, la más poderosa, el kirchnerismo, se opone abiertamente a ese acuerdo y critica la gestión que realiza el ministro de Economía Martín Guzmán. “Yo no sé si el Papa está en condiciones de actuar, pero siendo argentino y teniendo visiblemente alguna gravitación en la interna del oficialismo, tiene sentido pensar que le hayan pedido que ayude a resolver el frente interno del problema de la deuda”, afirmó.
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