Por Gustavo Rodríguez
27 Mayo 2021
LAS PRIMERAS MEDIDAS. Los policías se encargaron de preservar la esquina de avenida Siria y España, donde fue herido mortalmente el joven. LA GACETA / JOSÉ NUNO
“Me dieron, me dieron”, gritó desesperadamente Darío Brito Chia, el joven de 24 años que murió después de haber recibido al menos tres disparos por parte de motochorros que intentaron asaltarlo cuando se desplazaba en un auto en la esquina de avenida Siria y España. El hecho generó conmoción en la zona, ya que se produjo a plena luz del día y en una esquina muy transitada.
Pasadas las 16.20, José Luis Morales (24 años) conducía el Renault Clio acompañado por Luciano Giudice (25) y Brito Chia. Transitaban por Siria y, al llegar a la intersección con España, según relataron los sobrevivientes del ataque, una moto con dos personas se les puso a la par.
De acuerdo a las primeras versiones, los motochorros de un culatazo rompieron la ventanilla del acompañante donde se encontraba Giudice. “¡Dénme todo! ¡Dénme todo!”, les gritó el asaltante que estaba en la parte trasera del rodado. Como no les entregaban las pertenencias, el delincuente efectuó un disparo que impactó en la ventanilla de atrás del rodado.
Por esa razón, el conductor aceleró la marcha y dobló por España. Los delincuentes, según lo que declararon los compañeros de la víctima, realizaron al menos siete disparos. A los segundos, por sus quejidos, descubrieron que Brito Chia, que ocupaba el asiento trasero, había sido herido mortalmente.
Morales, al darse cuenta de la situación, decidió dirigirse de manera inmediata al Centro de Salud para que atendieran a su amigo. Llegó a las 16.40, gravemente herido, pero falleció tres horas después cuando era intervenido quirúrgicamente.
Las dudas
El centro asistencial se llenó de policías tratando de averiguar lo que había sucedido. Las dudas de los investigadores comenzaron a surgir cuando descubrieron que Giudice tenía antecedentes, cuando en un primer momento habían asegurado que no habían tenido problemas con la ley.
También habrían dicho que, en el momento del ataque no llevaban objetos de valor, pero después reconocieron que la víctima tenía una suma de dinero en efectivo. Luego, los pesquisas sumaron indicios con los que elaboraron una teoría. Al parecer, podrían haber ido a comprar flores de marihuana y el vendedor brindó los datos para que los asaltaran sabiendo que llevaban dinero.
El fiscal de Homicidios II Carlos Sale, junto a los investigadores de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, analizaban las imágenes de la cámara de seguridad de particulares para despejar todas las dudas del caso.
La reacción
“Escuchamos los disparos, pero cuando salimos a la calle no observamos nada. Después se escucharon comentarios de que los delincuentes habrían hechos disparos para obligar al auto que se detuviera. Cuando comenzaron a llegar los Policías y los peritos nos dimos cuenta de que algo malo había pasado”, explicó Juan Carlos Herrera, empleado de comercio de la zona.
Su compañero Eduardo Rodríguez no terminaba de asimilar la noticia. “Vive en el barrio Alejandro Heredia donde es común que se registren crímenes. Y con mi mujer siempre hablamos de que tengo la suerte de trabajar en un lugar más o menos tranquilo. Pero ahora me doy cuenta de que no es tan así. Que ya no hay una zona que pueda ser tranquila”, dijo.
“No nos podemos recuperar de un golpe y ya recibimos otro”, señaló Mariana Fernández. La vecina se refirió así al homicidio de la enfermera Luisa Susana Mansilla, registrado en febrero pasado a unas 10 cuadras de distancia en un intento de robo. “Estamos espantados en el vecindario. La Policía, ahora que tiene más camionetas, sí patrullan la zona, pero evidentemente no dan abasto. La inseguridad les gana”; concluyó.
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