Rossana Chahla: “hay circulación comunitaria de distintas cepas”

¿Cuál es la situación sanitaria actual de la provincia?

Actualmente estamos atravesando el momento más complejo de la pandemia, con una notificación diaria de alrededor de 1.200 casos y un aparente cambio en la dinámica de la enfermedad. Se observan cuadros severos en personas más jóvenes, con rápida progresión de la enfermedad. Hay circulación comunitaria de distintas cepas, mayor virulencia de las variantes nuevas y estamos acercándonos al invierno. Todo esto requiere que se extreme al máximo el cumplimiento de las restricciones y de los protocolos para poder contener el aumento de casos.

¿Cómo es la situación en los hospitales? ¿Cuántas camas para pacientes críticos hay y cuántas están ocupadas?

Desde el punto de vista de la infraestructura, se duplicaron camas no críticas tanto hospitalarias como extrahospitalarias, se cuadriplicaron las camas críticas en los hospitales. El sistema cuenta con 436 camas críticas, con la posibilidad de ampliar 50 más, pero debe considerarse que, a pesar de contar con toda la infraestructura y equipamiento para hacerlo, el recurso humano especializado, como en todo el mundo, es limitante. Por eso se recurrió a la capacitación de especialistas de base clínica, quienes se sumaron a los médicos intensivistas para permitir toda esta reconversión.

Pero hay que reconocer y advertir que estamos llegando al límite de nuestro sistema. En cuanto a la ocupación de estas camas, presenta mucha variación incluso dentro de un mismo día, dada por los ingresos y egresos que se producen, incluidos los fallecimientos en esto último. En el transcurso de la semana, esa oscilación diaria estuvo entre el 80 y el 85 %. Es importante tener en cuenta que también se asisten a pacientes con otras patologías que no son covid.

¿Teme que en algún momento no se pueda atender a los pacientes críticos, como se vio en otras partes del mundo?

La capacidad de respuesta del Sistema de Salud es directamente proporcional a la cantidad de casos que requieran asistencia, por lo tanto, es muy difícil predecir qué demanda tendremos. Tucumán no está exento de vivir todas las situaciones que se vivieron en otras partes del mundo. El control de esta enfermedad, a diferencia de otras, no depende tan solo de la estructura sanitaria ni de las medidas que se implementen desde la Salud Pública sino también, en este caso es fundamental la responsabilidad de todos los integrantes de la sociedad.

¿Qué pasa con el tema de la falta de medicamentos de sedación que denuncian los sanatorios?

El año pasado el mundo enfrentó un escenario potencial de falta de insumos y medicación. En nuestro caso, pudimos enfrentar la primera ola sin faltantes y, ni bien finalizó la misma, se planificaron nuevas compras ya que algunos países empezaban a enfrentar su segunda ola y quisimos anticiparnos. Aunque actualmente no tenemos faltantes, nuestros profesionales prepararon protocolos y se capacitaron en el uso de esquemas alternativos de sedación que pueden aplicarse en caso de necesidad. Hemos entablado conversaciones con el sector privado para colaborar ante esta situación.

¿Cree que nos benefició el aislamiento que termina hoy? ¿Cree que se debe extender?

Considero que, de no haberse tomado esta decisión del aislamiento, la situación sería peor. Está demostrado que las medidas de restricción impactan en el descenso de la propagación de la enfermedad, pero el efecto no se observa en lo inmediato; por otro lado, la adherencia de las personas va determinar el real impacto en la curva de notificación de casos. En las próximas dos semanas se podrá valorar el impacto en función del descenso de la notificación de casos y de la disponibilidad de camas en efectores de salud.

¿Cuál es la diferencia más notoria que ve entre la primera y la segunda ola?

El número de casos es mayor en la segunda ola. La duración de la segunda ola es más prolongada. Se observa mayor incidencia en personas jóvenes. Mayor afectación en poblaciones del interior de la provincia. Menor acompañamiento de la población para cumplir con las restricciones. Se ha observado a nivel nacional y provincial un descenso en la letalidad en 2021, principalmente a expensas de edades más avanzadas. Por otro lado, mirando aspectos positivos, ahora contamos con la vacuna, lo que nos permite pensar en un futuro alentador una vez que superemos la situación actual.

¿Cómo está el personal de salud? ¿Cree usted que se les debe un reconocimiento por el trabajo que vienen haciendo desde hace más de un año? ¿Qué les dice a los médicos que protestan y que incluso hicieron paros?

Si bien está cansado, el personal de salud sigue comprometido  con su tarea diaria. Es evidente el desgaste emocional, propio de la persona que se preparó para salvar vidas y ve que todos los días alguna se le escapa. Claramente el reconocimiento es merecido y se trabajó en esquemas de remuneraciones acordes a la tarea, el sector  de trabajo y la carga horaria. Que los médicos deben ganar más no es objeto de discusión y por supuesto deben cobrar salarios acorde a su trabajo, pero es un tema que trasciende al Ministerio de Salud y que debe contextualizarse en una pandemia. Tal vez la mejor forma de reconocer este esfuerzo es el de la sociedad cumpliendo con los protocolos y el de más colegas aunando esfuerzos y dejando las protestas para otro momento.

¿Cómo analiza el proceso de vacunación? ¿Cuántas dosis llegaron a la provincia y cuántas se colocaron? ¿Alguno de los sectores de riesgo ya completó la vacunación?

Estamos llevando a cabo un proceso exitoso, considerando tanto el ritmo de vacunación como el momento al que hemos llegado. Poder avanzar haciendo cortes de edad, es algo que no muchas provincias están haciendo. Fuimos los primeros del país en vacunar a las personas trasplantadas. Pero lo más exitoso de esta campaña de vacunación es el compromiso y dedicación del personal. El objetivo principal fue que la vacunación sea una experiencia agradable tanto para el usuario como para nuestro personal, basada en la calidad de cada etapa del proceso. Los numerosos aplausos, sonrisas y expresiones de agradecimiento que se repiten diariamente en cada nodo nos permiten afirmar que acertamos y vamos por buen camino. Nuestra provincia recibió 531.324 dosis y se colocaron 417.314. Hay que destacar que tenemos reservadas vacunas Sinopharm para emplear como segundas dosis y que ya se repartieron 53.000 dosis de Sputnik y Sinopharm para ser aplicadas esta semana. Hay que recordar que la vacunación es voluntaria y, por lo tanto, es probable que no se vacune al 100 % de cada sector. Pero si consideramos aquellos que manifestaron su voluntad de vacunarse, hemos finalizado con los empleados del Siprosa, los mayores de 60 y 70 años, los geriátricos de la provincia y pacientes trasplantados. Y, en todos los grupos, se reciben solicitudes diarias de personas que no querían vacunarse en su momento y deciden hacerlo ahora.

¿Cuánto nos falta para tener una población inmunizada?

Se requiere en general entre 70% a 80% de la población vacunada para lograr la llamada inmunidad comunitaria. Eso dependerá del ritmo de llegada de vacunas al país y a la provincia.

¿Cómo estamos con la campaña de inmunización contra las otras enfermedades respiratorias?

La vacunación antigripal se está realizando desde abril y ya aplicamos 100.400 dosis a los grupos de riesgo, con muy buenas coberturas en embarazadas y niños de 6 a 24 meses. También estamos inmunizando con la vacuna Antineumocócica Conjugada 13 Valente y la vacuna Antineumocócica Polisacárido 23 Valente, en las edades correspondientes con buenos resultados. Como consecuencia de la pandemia se observó una disminución en las coberturas de 5 a 11 años ya que no se pudo vacunar masivamente en las escuelas y también por la menor concurrencia a los centros de atención primaria.

¿Cuáles cree usted que fueron los aciertos y los errores que tuvimos en la gestión de la pandemia en Tucumán?

Más que acierto me gustaría hablar de fortaleza, ya que el acierto es algo casual. La fortaleza más importante fue la planificación y el sentido de anticipación para hacer las cosas. Una de esas fortalezas fue la inmediatez de respuesta del sistema de salud para adaptarse al escenario de pandemia y refuncionalizar su RRHH. Fueron múltiples estrategias en paralelo que se implementaron en muy corto tiempo para ganarle a la llegada del virus a la provincia: sanidad de fronteras, laboratorio de salud pública, fortalecimiento de la capacidad estructural y funcional, adquisición de tecnología, implementación de guías clínicas para abordaje asistencial. Otra fortaleza fue el trabajo intersectorial a través del COE, lo que facilitó el compromiso de las distintas áreas gubernamentales y de otras organizaciones que fortalecieron las estrategias de contención del virus. La intrasectorialidad, desde las diferentes áreas del sistema de salud, tanto epidemiológicas, asistenciales, de investigación, con una marcada rectoría y compromiso de los responsables y referentes de cada una. La comunicación desde el Ministerio de Salud, que permitió instalar las normas de bioseguridad en la rutina del ciudadano, de las empresas, el comercio, los medios de transporte. En realidad, se trabajó sobre un escenario de alto desconocimiento e incertidumbre. Esta pandemia es absolutamente nueva para la ciencia, no tiene precedentes en la historia sanitaria, por lo tanto, se hizo camino al andar en muchos aspectos, y en ese camino seguramente se cometieron errores.

¿Cuál es la proporción de gente que fallece y estaba vacunada en comparación de los que no estaban vacunados?

Por la bibliografía sabemos que la efectividad de la vacuna puede ir de un 85% a un 95%, por lo tanto hay un 5% a 15% de la población que su sistema inmune no va a responder a la vacuna y esas personas son las susceptibles de enfermar grave y fallecer. También es importante tener en cuenta que hay otros factores en juego, la edad, las patologías previas, las comorbilidades.

¿Qué significa que ya haya circulación comunitaria de la cepa de Manaos?

La circulación de cepas variantes de SARS-CoV-2 en la región significa mayor posibilidad y velocidad de contagios. Es posible que sea un componente gravitante de la situación en el país de la segunda ola. Significa que el cuidado y la prevención deben ser mayores que cuando fue la primera ola.

¿Está de acuerdo con la posición que tomaron algunos países de dar un pasaporte a los vacunados para que tengan más accesibilidad a distintas actividades?

Estoy de acuerdo en que las personas se vacunen y que la vacunación haga accesible las actividades comerciales, turísticas, productivas, educativas. Ahora bien, si ese pasaporte es un incentivo para que todos se vacunen, me parece importante su implementación. A pesar de tener este pasaporte, estar vacunado no significa que no me puedo contagiar y que no puedo contagiar a los demás, por lo tanto, debemos seguir cumpliendo con las recomendaciones.

¿Qué siente cuando ve que muchos comerciantes resisten las medidas del gobierno para frenar el virus, argumentando que si cierran las puertas no comen?

Todas las situaciones sanitarias, económicas y sociales son dolorosas cuando se transita por una situación de pandemia. La pandemia pone en tensión el futuro de las personas y de la comunidad completa. Es entendible que cada uno desde su lugar sufra por sostener su trabajo, su hogar, la educación de los hijos, sin embargo, creo que todos entienden que los riesgos de vida exceden a la voluntad de los gobiernos. Este virus mata sin preguntar condición laboral o social. Es una tragedia para todos, para los gobernantes que debemos tomar decisiones como para el ciudadano que necesita trabajar. A mí me atraviesan las emociones, la desazón, el desconcierto de tan dura realidad que vive el país, nuestra provincia y nuestra gente y sufro por las situaciones de cada uno, pero el riesgo de enfermar y morir está presente en cada momento y tenemos que tratar de defender la salud y la vida de todos los ciudadanos.