Cómo enfrentar una posible tercera ola de covid-19

El virus muta y genera nuevas variantes poniendo en riesgo la efectividad de las vacunas que además, no han sido distribuidas en forma equitativa. El desafío de gobiernos y científicos.

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La velocidad de contagio del virus, su capacidad de generar nuevas variantes de la cepa original, la globalización, los conglomerados urbanos, el comportamiento social, la conducta de cada una de las personas, la inequidad en la distribución y la efectividad de las vacunas y las restricciones establecidas por los gobiernos. Ese es el escenario que se ha vivido en el último año y medio, con la pandemia de la covid-19. Según Gonzalo Martín Lecuona, presidente de GEO (una organización de la Sociedad Civil dedicada a la Generación de Estudio y Opinión), las personas no resisten más las restricciones por cuestiones emocionales o económicas y ante la menor señal de mejora de la situación tienden a dejar de cuidarse, se desprenden del tapabocas y participan de reuniones sociales con gran cantidad de personas y vuelven a conductas de cuidado e higiene personal previas a la pandemia.

Al mismo tiempo, los gobiernos presionados por la demanda social no encuentran espacio para extender las restricciones y deben ceder, por lo que, aumenta el tránsito de personas con un virus que se potencia en los conglomerados urbanos. Mientras todo esto sucede, el virus muta y genera nuevas variantes poniendo en riesgo la efectividad de las vacunas que además, no han sido distribuidas en forma equitativa en todo el planeta y mientras en algunos países las dosis aplicadas superan a su población total, en otros casi no hay aplicaciones y el virus se expande con su habitual velocidad, contagiando y generando nuevas variantes que afectarían una vez más a este mundo globalizado e hiperconectado, puntualiza.

Frente al contexto global, ¿qué pasó en la Argentina? 

El especialista en administración financiera pública y docente de grado y posgrado en varias universidades del país plantea los siguientes escenarios:

- La vacunación no parece ser suficiente para contener el avance del virus.

- Los gobiernos deben sostener altos niveles de restricciones, incluso en aquellos casos que la población haya accedido a un alto nivel de dosis de vacunas aplicadas.

-El inicio de la reducción de la curva de muertes y contagios en Europa muestra el posible final de la “segunda ola” pero no confirma que haya terminado la pandemia.

- Hay que prestar atención a la evolución de la posible “tercera ola” en Europa y América del Norte hacia fines del segundo semestre de este año.

¿Qué hacer frente a una tercera ola de contagios?

A partir de la experiencia adquirida en estos 18 meses, GEO, integrado por expertos de distintas disciplinas, plantea algunas cuestiones a tener en cuenta para afrontarla:

Nuevas variantes de la cepa y vacunación. El virus avanza, muta y genera nuevas variantes poniendo otra vez en vilo al mundo y desafiando a la comunidad científica en un recorrido que no parece tener final en el corto plazo. La vacunación es fundamental pero no es suficiente y hay muestras claras de países que con altos niveles de vacunación ya están preparándose para la “tercera ola” en medio de altos niveles de contagios y muertes generados por la “segunda ola”.

Restricciones condicionadas. Las necesidades sociales asociadas a los aspectos culturales y económicos presionan a los gobiernos para reducir las restricciones en un momento que dada la incertidumbre no parecería ser lo más razonable desde el enfoque estrictamente sanitario. El virus se prepara para volver a trasladarse en la misma forma que lo hizo al principio aprovechando la globalización de las comunicaciones, los grandes conglomerados urbanos y las comunidades más vulnerables. Es una gran incógnita tanto la peligrosidad de las nuevas variantes como el nivel de protección que las vacunas han otorgado haciendo difícil anticipar lo que podría ocurrir.

El comportamiento social indispensable. Se hace evidente una vez más la necesidad de tomar conciencia y apelar a lo más básico. Es imprescindible que cada uno de nosotros tome todas las medidas sanitarias que hoy ya conocemos y no relaje los cuidados ni por un instante. El comportamiento social parece ser sin duda la clave central para la erradicación del virus dado que ni las medidas tomadas por los gobiernos ni las vacunas parecen alcanzar para contenerlo.

El valor de lo simple. Por otro lado, si bien el virus ha generado situaciones extremadamente dolorosas también nos ha puesto en jaque y nos ha hecho reflexionar acerca de las cuestiones más elementales y la importancia de los vínculos familiares y personales por encima de las cuestiones materiales, poniendo en valor aspectos en los que no se prestaba tanta atención antes de la pandemia y desafiándonos no sólo a enfrentar al virus sino a modificar nuestros hábitos para reformular nuestras prioridades y focalizar en aquellas pequeñas cosas que tanto valor tienen para el desarrollo del ser humano.

Nuestra conducta. Lo importante es no esperar que el resultado deseado por todos ocurra a partir de lo que hagan otros (la ciencia con las vacunas y los gobiernos con las medidas), sino que es altamente probable que el éxito esté asociado a las pequeñas e imperceptibles decisiones de cuidado sanitario y personal que cada uno de nosotros tome en nuestras actividades cotidianas y que impactan con efecto dominó en el comportamiento social.

Para la contención exitosa de la tercera ola no parecería alcanzar con las vacunas y las restricciones establecidas por los gobiernos y dependerá en forma superlativa de la disciplina social y el autocontrol, ambos condicionados por las raíces culturales de cada país y la escala de valores comunitarios. Viene la “tercera ola” y estamos mucho mejor preparados para enfrentarla, según Lecuona.

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