Las buenas noticias en el campo de la cultura

03 Julio 2021

Son difíciles de encontrar, pero siempre las hay, aunque parezcan un granito de arena en una realidad plagada de problemas, muchos reales, otros magnificados o inventados. Las buenas noticias en el campo de la cultura son particularmente bienvenidas porque es una de los sectores que más ha padecido los efectos perniciosos de la pandemia y de la cuarentena. La puesta en marcha de una nueva edición del Julio Cultural Universitario (JCU) es auspiciosa desde todo punto de vista.

La muestra artística, creada en 1998, fue adquiriendo cada vez mayor importancia hasta convertirse en uno de los momentos más esperados por el público, que podía aprovechar mejor los diferentes espectáculos, así como los talleres, los cursos, las conferencias y las exposiciones de artes plásticas durante las vacaciones de julio. El año pasado, se anunció sorpresivamente su cancelación. En esa oportunidad, la directora del Museo de la UNT dijo que había sido una decisión consensuada entre el rector y el secretario de Extensión, debido a motivos financieros y a las condiciones de aislamiento impedían hacer un JCU tradicional, que no fuera más de la sobreoferta de opciones online que había. Señaló además que se requería de un equipo técnico y creativo, de plataformas y de tiempo que no había para realizarlo. La medida causó preocupación en el ambiente cultural porque se pensó que seguiría el camino del Megaconcierto de Navidad que dejó de hacer, pese a su popularidad y a su larga tradición.

En esta ocasión, el JCU en su programación cobijará a artistas tucumanos en un 98% y los espectáculos que cuenten con una presencialidad acotada por los protocolos sanitarios, tendrán entrada gratuita, y se aceptarán donaciones de leche en polvo o larga vida para una campaña solidaria impulsada por la casa de estudios. Otra novedad es la reapertura del Centro Cultural Virla, que contemplará además de las funciones en su auditorio, espectáculos al aire libre. Se han programado hasta el momento 29 shows, que podrán también apreciase por las redes institucionales. La cartelera estará sujeta a hechos inesperados como la enfermedad de algunos de los participantes por contagios.

La otra novedad, no menos importante, es el convenio que la UNT ha firmado con el Ente Cultural para que los principales espectáculos del JCU, incluyendo la presentación de la Sinfónica Universitaria, se realicen en el teatro San Martín. Tal vez ese sea un punto de partida para que la casa de altos estudios y la Provincia puedan realizar otras colaboraciones conjuntas en el futuro. En otras oportunidades, hemos señalado justamente la necesidad de coordinación entre ambos organismos, por ejemplo, durante el Septiembre Musical, para evitar la superposición de espectáculos, que obliguen al público a elegir uno u otro, restándole la asistencia ideal a ambos.

Esta pandemia ha puesto en evidencia la desprotección en que se hallaban los artistas, así como las salas independientes que por las restricciones tomadas el año pasado para evitar la propagación del coronavirus, quedaron si ingresos económicos. Los subsidios otorgados por el Estado no fueron suficientes, como tampoco los recitales y talleres artísticos vía internet, para subsistir. A comienzo de 2020, nadie pensó que una catástrofe de esta magnitud podía ocurrir poniendo en jaque las economías y sistemas de salud mundiales. Ello significa que, a partir de esta experiencia y en medio de la incertidumbre de no saber aún cuándo nos dará una tregua o concluirá esta penuria, a pensar la producción cultural independiente de un modo distinto, de manera que en un futuro, si otra calamidad nos sucediera, no quedara con una desprotección social inusitada. Sería cuestión de que de echar a rodar un debate profundo en el que participen los hacedores culturales, las instituciones y la clase dirigente.

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