Cartas de lectores II: Biocombustibles, el zorro al cuidado del gallinero

Estos legisladores que se congratulan y pavonean de ser los artífices de la nueva ley de biocombustibles están poniendo al zorro al cuidado del gallinero. Una vez promulgada, lo que menos valor tendrá es su voluntad, ya que están delegando expresamente en la Autoridad de Aplicación (Art.3°-m) la facultad de interpretarla y aclararla. Autoridad que se ha caracterizado por sus ataques sistemáticos a la cadena bioenergética: Secretaría de Energía históricamente a cargo de petroleros; dependiente del Ministerio de Economía, cuya prioridad siempre fue maximizar la recaudación o pisar precios para contener la inflación. ¿Qué directivas impartirá el ministro a su secretario si el precio del azúcar sube a valores que le disgustan? ¿Cómo se interpretará lo relativo a escasez general y comprobada (Art.12 - apartado a / 2° párrafo) que lo habilitan para realizar recortes por debajo del mínimo obligatorio establecido por la ley? Ingenuamente están dejando las puertas abiertas a futuros chantajes (fabriquen más azúcar y menos bioetanol). Por otro lado, ¿qué predisposición puede tener para ampliar el mínimo obligatorio un ministro de Economía que debe privilegiar sus objetivos fiscales o un secretario de Energía generalmente de raigambre petrolera? Los derechos adquiridos quedaban a mejor resguardo con solo prorrogar la ley anterior dando espacio a un amplio debate tendiente a compatibilizar políticas energéticas y ambientales. Los tiempos ameritan apuntar a objetivos más ambiciosos, como promover la rápida expansión de los biocombustibles de carbono neutro en un momento en que el mundo exige alcanzar la neutralidad de carbono en un lapso de 30 años. En su lugar, se está optando por retroceder respecto a avances ya logrados e imponer un cepo virtual al crecimiento para los cruciales próximos 10 o 15 años.

Santiago José Paz-Brühl

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