En Amaicha, la radio reemplazó a la clase virtual

La experiencia comenzó con la cuarentena. Ahora los vecinos también escuchan y aprenden.

LA SEÑO. La maestra de Lengua, Mirian Lera, desde su aula radial.  LA SEÑO. La maestra de Lengua, Mirian Lera, desde su aula radial.

Lo que parecía una experiencia aplicable solo a la cuarentena y a los chicos de una escuela de Amaicha del Valle terminó instalada y apoyada por toda la comunidad. Las clases de Lengua y Ciencias Sociales de la señorita Mirian Lera, de 3° grado, se han convertido en el programa radial obligado de la siesta. A las 15, después de lavar los platos del almuerzo, chicos de escuela N°10 “Claudia Vélez de Cano” - y a menudo también sus abuelos, madres o hermanos - se acomodan frente a la radio para disfrutar de las clases devenidas en espacios culturales. De no ser por la feliz idea de su “seño” Mirian y de la emisora “Los Amaicha” (88.7 Mhz) que le dio calce, los chicos deberían recibir sus clases remotas por WhatsApp o copiar de un cuadernillo general, como tantos otros niños de la provincia.

Entre música, historias, cuentos y acertijos hilvanados por la voz de la maestra, la hora y media que dura el programa pasa rápido. Para los chicos la experiencia de aprender por radio es mucho más significativa que en una clase normal. La docente los hace participar, graba sus voces dando lección o leyendo un cuento y después los emite en el programa que se escucha por el 88.7 Mhz del dial, que pertenece a la comunidad indígena, de la que ella también forma parte.

La idea surgió a principios del año pasado. “Me daba cuenta de que el WhatsApp no era muy provechoso porque no todos los alumnos tienen celular ni conectividad. Los padres trabajan al día. En cambio la radio llega a todos”, cuenta la docente que no es locutora y que el año pasado enseñaba en 2° grado. Gracias al apoyo del cacique y del operador Ramón Ayala, que falleció por covid, ella pudo dar sus clases mientras duró la cuarentena. La acompañaron otras dos docentes, una de matemática y otra de inglés, que este año no pudieron estar.

En 2021, con el regreso a la presencialidad, en forma alternada con la virtualidad, ni los chicos ni la comunidad querían que su maestra dejara sus clases radiales. “A la gente mayor le encanta escuchar, sobre todo los actos patrios y las poesías. Ahora también grabo las clases y las subo a Youtube”, cuenta entusiasmada.

La escuela n° 10 es de jornada completa. En tiempos normales los alumnos ingresan a las 8.30 y salen a las 16.40. Pero por la pandemia, cambió la organización. La señorita Mirian tiene cuatro burbujas en su aula de 10 alumnos cada una. Cada una tiene clases presenciales dos días a la semana, de 8.30 a 12.30. Por las tardes, de lunes a viernes, de 15 a 16.30, reciben clases radiales, incluso los miércoles, que están dedicados a la sanitización del establecimiento.

El programa

La clase por radio comienza con el Himno Nacional o la Aurora, para delimitar el clima escolar. Sigue un Padrenuestro cantado, para rogar por los enfermos por covid de la comunidad, y a continuación ella lee un cuento corto o una poesía para trabajar sobre eso. El grupo cultural Tucucuentos hace valiosos aportes. La pausa es un recreo musical con temas elegidos por los niños o sus parientes. En el medio suele haber una parte de explicación o dictado de tareas que los chicos deben presentar al día siguiente cuando vayan a la escuela. También hay un espacio de interculturalidad bilingüe, por ejemplo, sobre el perdido idioma cacán.

A la comunidad el programa le encanta y, coincidencia o no, la escuela N° 10 tiene ahora más matrícula que cuando comenzó la pandemia.

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