¿Qué pasará si Manzur no abre la lista al jaldismo?

La Casa de Gobierno ya tiene la nomina de partidos que integraran la coalición. Jaldo insiste con la unidad, más allá de las diferencias.

¿Qué pasará  si Manzur no abre la lista al jaldismo?

“Más política, más debate, más unidad: eso es lo que necesitamos. Eso es lo que vamos a hacer. Yo les pido a todos que, con esa vocación, sigamos juntos”. El clamor que hizo público Alberto Fernández el 22 de marzo pasado en el Club Defensores de Belgrano, al asumir como presidente del PJ Nacional, resulta una quimera en el distrito Tucumán. La realidad de la relación política e institucional entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo muestra cuatro meses de distanciamiento que puede llevar a una ruptura interna si hasta el próximo miércoles no llegan a un acuerdo para presentar un solo frente con vistas a las elecciones de medio turno.

La visita presidencial del viernes pasado marcó solo un impasse en la puja de poder. Este fin de semana, el binomio gubernamental se tomó un respiro. Anoche, Manzur veía la coronación de la Argentina en la Copa América en un Country de Yerba Buena; Jaldo, en su residencia de Trancas. La tregua acabará mañana mismo.

El presidente de la Legislatura sigue pregonando la unidad. La incorporación de Gladys Medina en la nómina de postulantes para la Cámara de Diputados parece ser la prenda de aquella unidad. Jaldo avisó hace algunos días que no se quedaría en su casa si es que la Casa de Gobierno deja a Peronismo Verdadero fuera de la oferta electoral que el Frente de Todos de Tucumán presentará en las elecciones parlamentarias del 14 de noviembre (quiere evitar las PASO). Medina es esposa de uno de los aliados más fuertes del jaldismo, el intendente de Banda del Río Salí, Darío Monteros, y va en busca de continuar en la Cámara Baja. Jaldo terminó satisfecho la jornada patria del viernes, con la charla que mantuvo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que le comunicó que bregará por la unidad del peronismo en Tucumán. El compañero de fórmula de Manzur le indicó que trabajará activamente para que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner logre el triunfo en las elecciones de medio turno.

El gobernador, por su parte, señala a sus allegados que se manejará dentro de los cánones del peronismo y que seguirá firme a la par del jefe de Estado y presidente del PJ Nacional y de la vicepresidenta de la Nación, para garantizar la gobernabilidad hasta 2023. Los apoderados del Frente de Todos ya le adelantaron al mandatario que la coalición se integrará con las mismas fuerzas que la integraron en 2019: Partido Tucumán Innovador; Partido del Trabajo y la Equidad (PaRTE); Partido Justicialista (PJ); Partido Frente; Partido Frente Renovador; Partido Tucumán Avanza y Partido de la Victoria. Esa es la nómina que se presentará el miércoles a la Justicia Federal con Competencia Electoral. Para las candidaturas todavía hay tiempo, hasta el 24. La lista de posibles postulantes abarca a la ministra de Salud, Rossana Chahla, al diputado Pablo Yedlin, al gerente regional de la Anses, Marcelo Santillán y a la legisladora Sandra Mendoza, entre otros.

Jaldo, en tanto, esperará hasta último momento para que la Casa de Gobierno reflexione sobre la necesidad de ir unidos a los comicios. De otro modo, sus referentes advirtieron que no se quedarán en casa y que se puede llegar a armar un frente con algunos partidos con los que están en conversaciones como Pueblo Unido o Acuerdo Federal. Hay una idea que está en ciernes: analizar lo que el peronismo hizo en Córdoba, con la confederación de partidos liderada por el fallecido dirigente Jose Manuel de la Sota (Unión por Córdoba).

Esa coalición le permitió al peronismo convertirse en una respuesta adaptada al paladar de los electores de la provincia mediterránea, con una impronta distinta al PJ tradicional, pensada mas como una herramienta socialdemócrata que revolucionaria, aprovechando el desencanto de la sociedad. Esa idea flota en el jaldismo como una manera de seducir al electorado tucumano, diferenciándose de la gestión de Manzur, pero no de la conducción nacional. Aun mas, en Tucumán se esta dando un escenario casi similar al del final de la década de 1990 en Córdoba, con una oposición atomizada que daba lugar a otra fuerza no alineada al oficialismo.

En el oficialismo, las horas pasan volando. La unidad sigue ausente, al igual que el debate que pregonó Fernández al asumir como presidente del Partido Justicialista Nacional.

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