Norma Iglesias: “obligar a trabajar con presión puede generar errores”

La directora del Departamento de Enfermería apunta que la pandemia les enseñó que hay que trabajar tranquilos.

Estamos sentados en la mesa rectangular donde generalmente se llevan a cabo las reuniones de organización y planeamiento de las diferentes áreas operativas del departamento de Enfermería del Siprosa. Sobre la mesa, un premio hace mención a la directora Norma Iglesias, cuya espalda está protegida por un cuadro con alto valor sentimental para ella. Fue un regalo de un colega que estuvo al borde de la muerte, pero que sigue entre nosotros.

Su gestión comenzó hace dos años, meses antes de que se desatara la pandemia de coronavirus y los miedos de sus subordinados porque, quiérase o no, del covid-19 nadie sabía nada. Pasó de que hubo personal que se negó a trabajar, por razones obvias: “no querían enfermar o contagiar a sus familiares”.

¿En algún momento hubo presión para que nadie abandonara sus puestos? “No, no. Si obligamos a trabajar bajo presión, eso puede generar errores. Y esta pandemia nos enseñó a trabajar tranquilos, acompañar al personal y brindarles conocimientos para que trabajen seguros”, explica quien próximamente sumará poco más de 500 nuevos enfermeros a su cargo.

En la provincia, según dijo, son 5.865 los enfermeros en acción, de los cuales casi 450 dieron positivo de covid. Lamentablemente, 12 perdieron la vida.

Desde su posición, recalca que lo importante es hablar, no ordenar u obligar. “Recuerdo que en el interior retiramos dos enfermeras obesas por precaución. Era tanta la necesidad de ellas de volver, cuando estábamos en el pico, que nos pedían trabajar. ‘No nos discriminen, licenciada’, me decían. Bueno, ves, enfermería es ciencia y arte”, asegura Norma, que perdió a su padre en plena pandemia. “No fue por covid, pero siento mucho su partida. Fue quien me enseñó mis valores”.

Dos de sus hijas, Emilia, de 11, y Carla, de 16, viven con papá en San Pedro. “Carlita tiene lupus, está inmunocomprometida, así que se fue para allá con la menor. Estamos en contacto vía videollamada. A veces es dura la distancia”, asume.

En Tucumán la acompañan Marta (22), que trabaja en febriles y Francisco (19). “Está recién vacunado, es una alegría para mí”.

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