La interna justicialista está que arde en Tucumán

Las llamadas desde Buenos Aires llueven, pero no han logrado el objetivo: la unidad para evitar las PASO en el Frente de Todos.

OTROS TIEMPOS. Manzur y Jaldo, antes de la pelea. FOTO DE ARCHIVO, LA GACETA. OTROS TIEMPOS. Manzur y Jaldo, antes de la pelea. FOTO DE ARCHIVO, LA GACETA.

No hay tiempo para el descanso. En la atmósfera del poder sólo se respira tensión. La interna justicialista está que arde y la ansiedad carcome en los sectores en pugna. Las llamadas desde Buenos Aires llueven, pero no han logrado el objetivo: la unidad para evitar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

El temor que existe es que, independientemente de llegar o no a la interna, la relación institucional puede resentirse después del 14 de noviembre. O, más acá, ¿cómo trabajarán el manzurismo y el jaldismo para retener las bancas en juego o lograr un triunfo más holgado que le permita aspirar a más lugares propios en el Congreso?

En uno y otro lado de la vereda oficialista esa pregunta resuena en la cabeza de los dirigentes apasionados  y también entre los más racionales; en aquellos que pueden integrar una lista y en los otros que están obligados a acompañar.

Juan Manzur viene realizando cenas con dirigentes de los cuatro puntos cardinales en  su residencia privada. En algunas de ellas, según pudo establecer LAGACETA.COM, viene diciendo a sus referentes que es la hora de contar con senadores propios, que respondan a su estructura y que no sea imposiciones partidarias ni díscolos. No dio nombres; tampoco indicios acerca de algunas "sugerencias" para incluir a tal o cual persona. De allí su insistencia por nominar a Pablo Yedlin, el actual diputado que es resistido por parte de la dirigencia peronista. Hoy, en la Casa de Gobierno hubo una cumbre en la que el gobernador volvió a arengar a su tropa y a decirle que no descuiden la gestión, que es la que se pondrá a prueba en el test electoral del 14 de noviembre, más allá de la renovación de las bancas de diputados y senadores nacionales. En esa cumbre, realizada en el Salón Blanco del Palacio de Gobierno, hubo dos mensajes de sus principales dirigentes que han delineado lo que quiere el mandatario en estas elecciones:

1.- Los candidatos de la lista del Frente de Todos deben ser los que decida el gobernador, que además es el presidente del distrito Tucumán del Partido Justicialista. La idea va en el sentido de que su liderazgo no está en discusión y que él necesita tranquilidad para gobernar hasta 2023. En el mientras tanto se definirá qué pasará con su futuro político.

2.- En línea con lo anterior, otro referente dejó en claro que los partidos se ganan con goles, pero que un campeonato se logra con un equipo. La metáfora tiene múltiples lecturas, pero casi todas llevan a una idea: nadie debe sacar los pies del plato, ni hacer puchero cuando no le toca la varita mágica de las candidaturas. Aún más, el propio Manzur ha escuchado reproches respecto de la falta de contención a la dirigencia. Él ha pedido que se exterioricen, que no se desparramen como versiones, para que encuentren una respuesta frontal ante el planteo concreto.

El estado de ansiedad también se percibe en la Legislatura. Osvaldo Jaldo esperará hasta el último momento antes de difundir una nómina de precandidatos que, según sus allegados, será abarcativa para todos los sectores de la vida política. En las reuniones que realizó hoy el vicegobernador, éste repitió las mismas frases que viene lanzando en sus apariciones públicas: bregar por la unidad porque el rival no está dentro del peronismo, sino en la oposición. Si eso no es posible, el titular de la Cámara tiene toda la estructura aceitada para arrancar la campaña apenas el calendario electoral lo permita. De hecho, hoy encabezará un encuentro político en el estadio de All Boys y mañana tiene previsto concurrir a un acto en Famaillá, el corazón del poder de los mellizos José y Enrique Orellana. Sus dirigentes no se quedarán atrás. Para la próxima semana se organiza una cumbre en el club Ñuñorco con la dirigencia de Monteros y sus alrededores y también en la zona Este donde los intendentes Darío Monteros (Banda del Río Salí) y Aldo Salomón (Alderetes) deben definir día, hora y lugar del encuentro jaldista. "Osvaldo tiene la paciencia de un monje franciscano, pero no admite las puteadas internas de ciertos dirigentes que le faltan el respeto; nosotros no hacemos lo mismo con el gobernador", indicó uno de los principales dirigentes de Peronismo Verdadero.

Desde ayer hubo un cambio de estrategia en el jaldismo. Según comentaron sus referentes, el vicegobernador recibió varias llamadas desde Buenos Aires, invitándolos a la unidad partidaria. El titular de la Legislatura no se apartó de su discurso: la habrá en la medida que la Casa de Gobierno le asigne el lugar que le corresponde a Peronismo Verdadero en las listas de precandidatos. Los celulares seguirán abiertos hasta el último minuto. De otra manera, el jaldismo presentará la nómina propia.

Manzur, en tanto, espera el resultado de las encuestas cualitativas que encargó al sociólogo Hugo Haime. Esa puede ser la llave que defina las postulaciones. Jaldo, a su vez, tiene las suyas y, con los resultados que le acercaron, espera los llamados a una cumbre para la unidad o, inexorablemente, ir a internas.

El Frente de Todos vive los momentos más tensos desde que se constituyó como espacio de poder en territorio tucumano. El Partido Justicialista, en particular, está en un proceso de división inédito para lo que fue la gestión de Manzur-Jaldo de los últimos seis años. Como dijo un conspicuo dirigente peronista, la hora de la verdad está más cerca; puede ser el tiempo del gran acuerdo entre peronistas o el de la gran batalla interna.

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