Las pintadas y una prohibición que no se cumple

27 Julio 2021

El 12 de mayo de este año los tucumanos fuimos testigos de un hecho bochornoso de la política local. Se difundieron videos tomados con celulares donde podían verse a punteros que respondían al gobernador Juan Manzur y al vicegobernador Osvaldo Jaldo enfrentándose a las trompadas por una pintada.

Seguidores de Jaldo habían escrito en una pared de la esquina de las avenidas Coronel Suárez y Gobernador del Campo, uno de los vértices del parque 9 de Julio, “Alberto/Cristina/Jaldo”, cuando llegaron militantes manzuristas e intentaron borrar la frase. Se suponía que por ese sector iban a pasar cuatro ministros nacionales que visitaban la provincia ese día.

Hechos que se repiten, lamentablemente, cada año electoral y que se multiplican a medida que se acerca la fecha de los comicios.

Las pintadas políticas y los pasacalles están prohibidos en casi todas las ciudades y pueblos de la provincia, pero sobre todo no están autorizados dentro de los límites de la “Ciudad Histórica”. La Ordenanza 2114/93 y sus decretos reglamentarios, el 471/94 y el 1144/01, son muy claro al respecto y no permiten ninguna publicidad, oficial o privada, que actúe en detrimento del paisaje urbano que debe preservarse como “Patrimonio de la Ciudad”. Sólo están autorizadas ciertas propagandas, de determinadas características, diseño y tamaño (es extensa esta descripción en la ordenanza), y siempre que cuente con la previa autorización del municipio.

En ningún caso están permitidos los anuncios en cementerios, edificios públicos, escuelas, hospitales, templos, monumentos históricos y edificios declarados “Bienes de Interés Municipal” y “Componentes del Patrimonio”. También está prohibida cualquier tipo de publicidad, pública o particular y de cualquier índole en parcelas frentistas a Plaza Independencia, a calle Congreso, desde 24 de Septiembre hasta General Paz, como así también en parcelas frentistas a calle 24 de Septiembre, desde avenida Brígido Terán-avenida Soldati hasta José Colombres-Marco Avellaneda, en calle San Martín, desde Virgen de la Merced hasta Salta; en 25 de Mayo-9 de Julio, desde Santiago hasta General Paz; y en ningún frente sin el retiro obligatorio de la línea municipal materializado (retranqueo).

Fuera de estas excepciones de ubicaciones específicas, en el resto de la capital sólo están autorizados murales o sobrerrelieves artísticos en paredes cuya finalidad sea “el embellecimiento del paisaje urbano” y en ningún caso estas obras podrán contener publicidad de cualquier tipo.

Sabemos -y vemos- que a las claras esta norma se viola sistemática y masivamente. Más grave aún es que es transgredida mayoritariamente por quienes deberían hacerla cumplir: los políticos, devenidos en candidatos.

Nunca hay sanciones, aún cuando estas violaciones al patrimonio público y estas agresiones al paisaje urbano llevan la firma del culpable en el propio grafiti.

Ya estamos en plena campaña electoral y vemos con tristeza cómo comienzan a poblarse las paredes de horribles leyendas electorales, sin respetar incluso si antes había un mural artístico o si se trata de edificios públicos, monumentos o áreas históricas o céntricas. Es hora de que las autoridades, ejecutivas, judiciales o policiales, hagan cumplir esta norma. Y, principalmente, que las autoridades, sean o no candidatos, comiencen a bregar con el ejemplo.

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