“No hay que destruir lo hecho durante este ciclo si no nos clasificamos a los cuartos de final”, advertía Sergio Hernández. Luka Doncic había arrollado a la Selección en el inicio de la ruta olímpica y en el horizonte aparecía el duelo con España. No pudo ser más complejo el fixture y Hernández tenía claro, ya desde los amistosos previos en Las Vegas, que su equipo no lucía tan enfocado como en sus mejores momentos. Se notó esta mañana en la revancha de aquella final mundialista que España le ganó a Argentina en China. En un partido deslucido, con más errores que brillo, la caída por 81-71 puso a la Selección contra las cuerdas.
El primer cuarto le abrió una ventanita a la ilusión, pero el resto fue todo de España, cuya victoria jamás corrió riesgo. Si Argentina se mantuvo en partido fue gracias a los aciertos de Laprovíttola y a la actitud defensiva. Para superar a un rival superior, lleno de talento y de experiencia, se necesitaba una actuación descomunal, y la Selección luce lejos de esas posibilidades en Tokio. Hernández es consciente de esto y, más allá de no poner sobre la mesa su continuidad, se está ocupando de señalar el bosque, mientras el árbol del que cuelgan estas derrotas puede hacer más ruido del que merece.
Es como dice Hernández: prohibido tocar este ciclo, a estos jugadores –más allá de lo que decida Luis Scola para su futuro-, a esta selecta Selección que mantiene al básquet argentino en un lugar privilegiado. Ahora viene Japón, con todo lo que implica enfrentar al local en los Juegos. “Hay que cuidar a nuestro básquet, defenderlo”, recalcó el entrenador. Todos los ajustes que sean imprescindibles, de aquí al futuro, deberían pensarse en función de lo que suma, no de un empezar de cero. Cuidado con esto.
Las Leonas necesitarán mejorar la efectividad en los córners cortos si aspiran a superar los cruces a partir de los cuartos de final. A las japonesas les ganaron 2 a 1 gracias a un gol de Majo Granatto en un momento clave del partido, cuando el arco rival parecía cerrado. Tras la derrota inicial contra las neocelandesas el equipo de Carlos Retegui se solidificó, luce tácticamente prolijo y físicamente no da ventajas. Le está faltando chispa en ataque.
Para Los Leones, la caída a manos de India complicó las cosas. Parecía empate, pero en los últimos cinco minutos los asiáticos golpearon por duplicado y sellaron un 3-1 merecido. La defensa del oro conseguido en Río de Janeiro se hizo tan cuesta arriba que ahora depende de un triunfo sobre Nueva Zelanda pero, sobre todo, de la mejora de un rendimiento que es de lo más irregular.
De las siete tripulaciones en acción hay dos que mantienen posibilidades concretas de medalla. Facundo Olezza subió un puesto en la clasificación general de la clase Finn y está cuarto, mientras los campeones vigentes Lange-Carranza también marchan cuartos, en su caso en Nacra 17. Es un clásico del olimpismo argentino el protagonismo de la vela, que en Tokio se mantiene fiel a la tradición.
Para Delfina Pignatiello será tiempo de encontrar tranquilidad y planificar lo que viene. El debut olímpico ya es historia, se sacó la mochila pesadísima que le representaba el objetivo de ingresar a una final, meta demasiado lejana para la realidad de la natación argentina. Perdió en la competencia consigo misma, con sus marcas y con sus rendimientos en los 1.500 y los 800 metros. Esa debería ser su mayor preocupación, no las críticas o el escepticismo de un medio que de natación conoce poco y nada. Habrá que ver cómo redefinen Pignatiello y su equipo la ruta hacia los Panamericanos de 2023 y los Olímpicos de 2024. Lo que le sobra es juventud y talento, a eso le sumó la experiencia de una competencia superlativa.
Además de perder todos los partidos, Las Panteras no consiguieron ganar ni un set. Nada fuera de lo previsible, aunque es cierto que se esperaba un salto de calidad que hasta aquí el equipo no ha entregado. Para el voley femenino la clasificación olímpica fue un impacto, aunque lo que viene no será sencillo. Por un lado está la necesidad de acortar las gigantescas distancias con la elite; por el otro, defender el segundo puesto sudamericano ante los inminentes embates de colombianas y peruanas. Que Tokio no sea una anomalía histórica para el voley femenino argentino es todo un desafío.
Lo de las duplas de beach voley, también fuera de combate sin ganar partidos, se ajusta estrictamente a la realidad del ranking mundial. Lo positivo es haber clasificado por primera vez a los Juegos representantes en varones y en mujeres, eso marca un crecimiento. En la cancha, a este nivel, las chances son escasas contra adversarios tan calificados.
Fue debut y despedida para Santiago Grassi en los 100 metros mariposa, fuera de la clasificación más allá de haber ganado su serie. También le dijo adiós a Tokio el boxeador Francisco Cedeño, quien reaccionó en el último round pero fue insuficiente ante un púgil de llamativas condiciones técnicas como el dominicano Cedeño Martínez. Queda para esta noche la presentación de Exequiel Torres, quien accedió a las semifinales en el ciclismo BMX. Está lejos de ser candidato a una medalla, en este caso sí va por un batacazo que sería histórico.