Un germen de resistencia a una hora de Kabul

Los primeros signos de oposición armada a los talibanes provienen de un estrecho valle con una historia de repeler invasores.

27 Agosto 2021

PANJSHIR, Afganistán.- Un grupo de resistencia antitalibán en Afganistán asegura que tiene miles de militantes listos para combatir. El Frente de Resistencia Nacional de Afganistán (FRN), cuyo jefe de Relaciones Exteriores es Ali Nazary, busca lograr una negociación pacífica, pero está dispuesto a batallar para evitar la ocupación. “No vamos a aceptar ninguna forma de agresión”, dijo Nazary.

Las perspectivas no son alentadoras, aunque la historia esté de su lado. El valle de Panjshir es el único territorio que resiste al avance del Talibán, y que el grupo tampoco controló en los 90.

En la región ubicada al noreste de la capital, Kabul, se refugió Amrullah Saleh, quien fue vicepresidente del gobierno derrocado por el Talibán. En el valle también se encuentra Bismillah Khan Mohammadi, quien se desempeñaba como ministro de Defensa del último gobierno. Saleh, de 48 años, se declaró presidente encargado de Afganistán y en rebeldía contra los talibanes.

El valle de Panjshir tiene fama de haber resistido invasiones, incluyendo la soviética entre 1979 y 1989, así como la del Talibán en los 90. La región aún se encuentra bajo control del FRN, fundado por Ahmad Massoud, hijo del héroe de la resistencia Ahmad Shah Massoud.

Nazary, en una entrevista por radio con la cadena británica BBC dijo que había llegado un reciente flujo de fuerzas de resistencia de varias partes del país, que se han unido a los combatientes locales que ya han entrenado. Contó que el grupo tiene “miles de fuerzas listas para la resistencia”. “El poderoso Ejército Rojo no pudo derrotarnos. Tampoco el Talibán, 25 años atrás”, recordó Nazary.

El largo, profundo y polvoriento valle se extiende por unos 120 kilómetros, de sudeste a noreste, por la zona norte de la capital afgana. Está protegido montañas con picos de 3.000 metros sobre el niivel del mar, que hacen de barrera natural para quienes viven allí. Una ruta estrecha que serpentea entre las paredes rocosas que flanquean al río Panjshir es el único camino de ingreso. “Hay un aspecto mítico sobre toda esta área. No es un solo valle: una vez que se ingresa, hay 21 subvalles conectados”, explica Shakib Sharifi, refugiado en el extranjero una vez que el Talibán tomó el poder. (Reuters)

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