Si existen dos personas para hablar “de” y retratar a la perfección “a” Nueva York, esas dos personas son el realizador Martin Scorsese y la escritora y comediante Fran Lebowitz. Alguien sin dudas lo pensó y así nació esa serie-documental llamada Pretend It’s a City, que puede verse a través de Netflix, y en la que se los ve a ambos recorriendo “la gran manzana” con una mirada llena de ironía, humor mordaz y sin concesiones. Así descubrimos que Nueva York tiene las grandes luces, el encanto de los folletos de turismo, pero también claroscuros y la letra chica de esos folletos. Buena parte de ese recorrido que incluye los hábitos y costumbres de su gente: el arte; el transporte público; la comida; el deporte o la tecnología, Lebowitz ya lo había realizado con una serie de narraciones (que bien podrían emparentarse con las Aguafuertes porteñas de Roberto Arlt) desde principios de los 80. Todos esos escritos reunidos en distintos libros y algunos sueltos por ahí fueron reunidos ahora por Tusquets en un único volumen: Un día en Nueva York.
Esa prosa divertida e incisiva que nos ofrece la escritora aparece en el libro divida en dos grandes partes: “Vida metropolitana” y “Ciencias sociales”, que a su vez están divididas en varios subtemas que tienen que ver con esas dos grandes etiquetas. Eso sí, en cada uno de esos textos hay una primera persona -la de esa observadora voyeur- sobre la que también recae la mirada irónica carente de contemplaciones.
Así descubriremos sus hábitos nocturnos, su hábito de amanecer bastante después del mediodía (“15:40. Considero la idea de levantarme de la cama. La rechazo por excesivamente tajante. Leo y fumo un rato más”) y sus periodos de facturas de teléfono impagas y sus negociaciones infructuosas con la compañía telefónica (“Lo que quieren son 148 dólares con 10 centavos. Les doy la razón en que, efectivamente, es una preferencia razonable, pero les advierto de lo soso que resulta vivir dedicada a la búsqueda del dinero”).
Universalidad
Claro que hay temas que parecen exceder a la ciudad de Nueva York y a sus habitantes, y nos llevan a pensar en la universalidad que poseen las grandes urbes. Por caso, Fran Lebowitz escribe alrededor de “Niños: ¿a favor o en contra” y analiza en ese texto, la presencia de los niños (hijos) en las reuniones de adultos.
Un día en Nueva York nos permite acercarnos a esa ciudad, a sus usos y costumbres, desde esa mirada llena de humor e ironía, que al mostrarnos el lado B de la trama, en definitiva lo que hace es mostrarnos sus calles al derecho. A nadie se le ocurriría observar en Fran Lebowitz antipatía o enseñamiento para con NY. Pocas personas pueden jactarse de tener un espíritu o pasaporte neoyorquino como ella, que llegó a sus calles hace más de 50 años, la recorrió como taxista, limpió sus pisos, vendió cinturones, supo trabajar en la revista Interview bajo la batuta de Andy Warhol, y también se dio el gusto de interpretar a la jueza Janice Goldberg en la serie televisiva “La ley y el orden”, que como no podía ser de otra manera tiene a esas calles y callejones como escenario de los delitos.
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PERFIL
Fran Lebowitz nació en Morristown, Nueva Jersey, en 1950. Se mudó a los 18 años a Nueva York, donde trabajó de taxista, limpiando pisos y vendiendo cinturones. Empezó publicando en la revista Changes y después en Interview (bajo la batuta de Andy Warhol) y en Mademoiselle. Participó intensamente en la vida neoyorquina. Durante años tuvo una columna en Vanity Fair. Grabó en HBO, en 2010 la serie Supongamos que Nueva York es una ciudad, con Martin Scorsese, y, también con este último, Pretend It’s a City (Netflix), estrenada en enero de 2021. “A una dosis de Huck Finn agréguesele un poco de Lenny Bruce, Oscar Wilde y Alexis de Tocqueville, una pizca de taxista, juegos de palabras variados y un picadillo de jerga, y remátese con un toque de sabelotodo.” Así calificó The New York Times a Lebowitz..