La cartelera de los cines tucumanos sintetiza la nueva era de las grandes producciones de Marvel y DC, referentes de los superhéroes de exportación. La convivencia entre “El Escuadrón Suicida” (mañana llega a HBO Max) y “Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos” es la expresión acabada de que la nueva generación de personajes con poderes especiales y destrezas inigualables llegó para quedarse en un fenómeno que no es nuevo (se remonta a décadas atrás), pero que ahora ocupa la totalidad de las pantallas.
Lejos, muy lejos, quedaron los superhéroes impolutos, que no dudaban a la hora de actuar y cuya integridad moral resistía hasta la peor carga de kriptonita que se le pusiese enfrente. Ahora es tiempo de los antihéroes, como esos villanos criminales condenados a una celda a perpetuidad, que para compensar algo de su deuda con la sociedad deben participar en misiones donde difícilmente salgan con vida, con jefes de dudosa legitimidad y peores intereses que les dan órdenes. O quienes disfrutan del anonimato de trabajar estacionando autos, que se enfrentan con situaciones irresueltas de su pasado, y encima deben enfrentarse con su padre. Así se pueden resumir los argumentos de los filmes que están aún en exhibición, en un género que (como si fuese poco) se abre a la cultura asiática y deja de mirar el espejo occidental como único reflejo.
Todo indica que nada será como antes, que se encaró definitivamente un camino sin retorno. La humanización de los personajes centrales y la exposición de sus contradicciones y dudas morales los acerca a un público que pedía verse más reflejado en pantalla. La eterna juventud del Hombre Araña (con su multiverso de distintas etnias y sexualidades) apunta a atender esas necesidades, muy alejada de la imagen de los salvadores de Estados Unidos de la era de la Guerra Fría. Y el próximo “Spider-Man: No Way Home”, con estreno anunciado para diciembre, abunda en esa línea, con un protagonista con más preguntas que respuestas.
Opiniones calificadas
“Todos los géneros llegan a un punto de agotamiento y se rebasan. No sólo está ‘El Escuadrón Suicida’, sino también muchas series en esa línea como ‘The boys’ en Amazon Prime, con protagonistas con debilidades humanas, ambiciones, egoísmos y sed de venganza desde un plano de superioridad. Consiguen lo que quieren con solo desearlo. Se insertan en el mundo, pero no de una manera heroica sino provechosa económicamente para ellos”, ejemplifica Gustavo Calleja.
Conocedor acabado de este universo, menciona también “Invencible” (nuevamente en Amazon) como referencia, con un Superman asesino, que mata a sus rivales desde su rol de antagonista; un personajes al que, recuerda, en otro tiempo y en un programa de radio en EEUU lo hicieron combatir al Club de la Cruz de Fuego, en clara referencia al KKK. “Es momento de otros enfoques, por fuera de los tradicionales. Marvel, por ejemplo, llegó al tope de lo que puede producir en espectacularidad visual y personajes políticamente correctos y esto hace que el público exija otras maneras de contar historias; además, la repetición de las mismas tramas las termina haciendo ridículas, como se puede comprobar en ‘Iron Man’ o ‘El Hombre Araña’. Cuando agotan las fórmulas, hay que actualizarlas y relanzarlas”, asevera (ver “Historias disruptivas”).
Especialista y fanático del noveno arte (como se conoce al universo de las historietas y sus derivados), el tucumano Sebastián Aguilera afirma que “en el cine, al igual que en los cómics, el público está ávido de nuevas propuestas y de una evolución tanto en el género como en los personajes”.
“Por supuesto, la base de todo está en cumplir dos requisitos fundamentales: divertir y que los protagonistas tengan el carisma suficiente como para que dejen una marca en los espectadores. Hoy la tendencia está en los antihéroes; hay que ver hacia dónde nos llevan las exigencias del público y cómo responden los estudios cinematográficos”, advierte el experto (ver su Punto de Vista en página 2).
“El público prefiere lo que esté bien contado, sean héroes o antihéroes”, sintetiza a su vez el dibujante e historietista tucumano César Carrizo, en diálogo con LA GACETA.
- ¿Por qué están de moda los antihéroes?
- “Soy el mejor en lo que hago, pero lo que hago no es nada agradable” es una frase de Wolverine que resume de alguna manera este concepto de antihéroe que hoy predomina en distintos filmes, que son adaptaciones de historietas. Antihéroes llevados al cine como los personajes de “Watchmen”, representan un quiebre ante los clásicos superhéroes buenos o malos, porque aquí se consideran los grises.
- ¿Dónde quedan las figuras arquetípicas clásicas?
- Siguen estando allí como buenos clásicos, con esa mirada casi absoluta de lo que es bueno y lo que es malo. Héroes y villanos bien definidos en una secuencia narrativa, necesaria, diría hasta simbiótica.
- ¿Qué nos está diciendo este cambio?
- No lo veo como un cambio, sino más bien como una alternativa que se suma y que será perdurable si está bien escrita, dibujada o filmada. De origen soy dibujante, pero con el tiempo aprendí que la solidez de un buen guión lo es todo. Desde allí se construyen las grandes historias con personajes tortuosos, grotescos que defienden el interés común... o no. Y la pregunta vuelve: ¿quién vigila a los vigilantes?