Cristina está en el ocaso de su carrera política

18 Septiembre 2021

Eduardo Fidanza

Sociólogo - Director de Poliarquía

Si uno advierte la forma en la que está organizando el gobierno y distribuido el poder, hubo una tensión disimulada desde hace tiempo entre el presidente y la vice. Ante una derrota muy dura se dio un conflicto previsible. Lo que se está disputando es la responsabilidad por un traspié tan importante, que nos llevó al borde de una crisis institucional. Ahora parece haber una tregua o un principio de acuerdo, pero en las últimas horas corrimos el riesgo de un abismo del que no hay antecedentes desde la democracia. Lo de (Julio) Cobos fue distinto. Tuvo otra naturaleza. Cobos no tenía el poder que hoy tiene Cristina. Ella es una vicepresidente que es la jefa política de su coalición, con el peso político que eso conlleva. No comparto la idea de que uno de los rasgos del peronismo sea sus conflictos internos. En la UCR una de las cosas que los radicales prefieren son sus disputas internas. El peronismo tiene no solo complejidad política, sino también sociológica y geográfica, con distintas expresiones ideológicas conviviendo. Hay muchas complejidades, pero claro que si uno mira la historia del peronismo, uno de sus rasgos fundamentales es la fortaleza del líder que la conduce. Y hoy Cristina está en el ocaso de su carrera política, es una líder en estado menguante. No tiene capacidad para alinear a todo el partido. Sabemos que la palabra del líder es ordenadora, y aquí no lo hay. Hay una disputa de poder con una paradoja: recién hoy, en su momento de máxima debilidad, Alberto se le planta a Cristina. Pero gran parte de la derrota, de la caída de imagen es responsabilidad de Alberto por el Olivos-gate. Cristina, por su parte, sabe que con el caudal electoral del 30% que ella sostiene no le alcanza para ganar las próximas elecciones. Necesita los votos de Alberto y los de Massa. Esta derrota electoral prematura deja al gobierno no solo con una gran incertidumbre frente a las próximas elecciones sino al resto del tiempo que le falta gobernar en un contexto socioeconómico difícil. Por otro lado, la oposición está sorprendida porque no esperaba semejante triunfo, por eso se siente fortalecida, pero debe ordenar su listas. Visto así es muy difícil que el gobierno pueda ganar las generales de noviembre. Tal vez recupere votos, pero no lo va a hacer si sigue como esta semana. En cambio, si se renovara el gabinete, si se acertara con políticas económicas, podría ser que el peronismo acortara la ventana. Hay que tener en cuenta que la gente fue a votar fue con mucho desencanto y mucha frustración. La oposición fue depositaria de un voto castigo, pero acecha el voto bronca, que sería contra todo el sistema. La gente está viendo destruida su vida cotidiana. En esas condiciones, los políticos no deben pensar en festejar sino en reconstruir el sistema.

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