Caminar por Tucumán se ha vuelto una actividad arriesgada debido al estado de sus veredas, que ya han provocado múltiples accidentes, particularmente entre la población de adultos mayores.
En un artículo publicado ayer en LA GACETA se conoció el caso de una médica de 64 años a quien una caída en una vereda de Barrio Sur le significó un esguince de tobillo, además de traumatismo de rodilla y de tórax. Le sucedió la semana pasada, cuando volvía de trabajar por Lavalle al 800 y trastabilló a causa de que faltaban varias baldosas en esa cuadra.
Un médico traumatólogo acotó, en la misma nota periodística, que ya atendió innumerables casos de personas se cayeron o tropezaron porque no vieron un bache en la vereda. Resaltó que en la mayoría de los casos se trata de gente mayor que ya presentaba problemas de osteoporosis y que, por un tropezón, terminaron quebrándose la cadera o la muñeca.
“El estado en el que dejaron las veredas las empresas que hacen arreglos es incomprensible; son verdaderas trampas, en especial de noche”, señaló el traumatólogo, en referencia a la zona céntrica de la ciudad y a Barrio Sur. Otras lesiones comunes de los peatones que se accidentan en las veredas son los esguinces de tobillo o los traumatismos de rodilla.
El problema se presenta especialmente dentro de las cuatro avenidas, donde además de las roturas de baldosas se observan faltas de tapas y rejillas en algunos sectores, desniveles o restos de material sobresaliendo en puntos donde hay obras en construcción y pisos levantados por raíces de árboles.
El secretario municipal de Obras Públicas reconoció que reciben “muchísimos reclamos. En más del 90% de los casos, estas quejas se deben a obras que han realizado empresas de servicios, las cuales rompen las veredas para hacer un arreglo y no las vuelven a dejar en condiciones óptimas. Barrio Sur es un claro ejemplo. Se cambiaron todas las cañerías en muchas cuadras, lo cual es bueno, pero las aceras quedaron destruidas”.
El funcionario contó que están elaborando un proyecto de ordenanza para unificar las baldosas en ese sector de la Capital. La idea, apuntó, es buscar un tipo de piso que siempre se pueda conseguir y fabricar. En algunos casos, a las obras las hará la Municipalidad y en otros (cuando se trate de roturas realizadas por empresas) deberá hacerlo la firma que rompió la vereda.
Dentro de las cuatro avenidas de la capital hay 78 manzanas. Se calcula que en la mitad de ellas hay veredas con desperfectos. “Si nuestro gran objetivo es desalentar el uso del auto particular y promover que los vecinos caminen más por la ciudad y la disfruten, arreglar las veredas debe ser prioridad”, evaluó Toscano. Y agregó que la idea es hacer aceras inclusivas con baldosas podotáctiles que ayuden en su desplazamiento a las personas con baja o nula visión y con rampas para discapacitados en todas las esquinas.
La solución que propone el funcionario es viable, pero resuelve solo una parte del problema. ¿Y qué pasa en los barrios de la periferia, donde abundan los terrenos irregulares? El mismo caso se presenta en municipios como Yerba Buena. Que la Municipalidad disponga de un área dedicada exclusivamente al mantenimiento de las veredas en todos los sectores de la ciudad contribuiría no solo a unificarlas visualmente sino también, y sobre todo, a evitar que los peatones digan sufriendo caídas, torceduras y tropezones de manera reiterada.