Caso Facundo Ferreira: “Las víctimas no los agredieron; no hubo legítima defensa”

La fiscalía y la querella pidieron la pena de prisión perpetua para los policías acusados por el crimen de Facundo. La acción civil reclama una indemnización de $ 6 millones para la familia Ferreira.

IMPUTADOS. Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca podrían ser condenados a perpetua. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO IMPUTADOS. Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca podrían ser condenados a perpetua. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Todo giró en torno a una sola cosa durante los alegatos: ¿Facundo y J. A. dispararon? Para los acusadores quedó demostrado que no. Para los defensores, no hay ninguna duda de que los adolescentes también efectuaron tiros desde su motocicleta. La fiscalía y la querella pidieron la prisión perpetua para los policías Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca. Sus representantes legales pidieron el sobreseimiento por considerar que todo se trató de una legítima defensa.

Según la acusación, el 8 de marzo de 2018, Facundo Ferreira, de 12 años, fue ultimado de un tiro en la nuca por los imputados durante un procedimiento aparentemente irregular. El niño, que cayó muerto en la esquina de avenida Avellaneda y pasaje Río de Janeiro, iba en una moto junto a J. A., de 14 años.

La investigación de la fiscala Adriana Giannoni sostiene que entre González y Díaz Cáceres realizaron al menos nueve disparos y que tras el homicidio, alteraron la escena del crimen y demoraron en dar aviso a sus superiores y a la Justicia.

Alegatos finales

La fiscala de cámara, Marta Jerez fue contundente: “Ferreira no disparó, eso está demostrado con pericias y tampoco se probó que J. haya disparado, como dijo la Policía. En cambio, Díaz Cáceres realizó seis tiros y su compañero tres. Los acusados reconocen el hecho y justifican su accionar como una legítima defensa, pero acá no la hubo, porque las víctimas no los agredieron”. Y la acusadora agregó: “ellos huían para que los policías no les secuestraran la moto, J. dijo que si hubiese tenido un arma la habría usado para defenderse”.

El representante de la querella, Carlos Garmendia, destacó la investigación de Giannoni. “La fiscala detectó la maniobra policial que hubo para encubrir este hecho, porque hasta habían difundido información falsa a la prensa para mostrar a Facundo como un delincuente”, sostuvo. También agregó que para la querella J. tampoco disparó. “Creemos que la pistola calibre 22 fue plantada por el testigo (subcomisario) Diego Darío Lescano”, agregó, y solicitó que ese efectivo sea investigado por encubrimiento. Garmendia además expuso un mapa para intentar derribar la coartada que dieron los acusados para justificar por qué habían empezado a seguir a las víctimas. Fiscala y querellante remarcaron que J. estuvo cerca de morir por la misma bala que mató a Facundo.

La acción civil pidió, entre otras cosas, que el Estado y los acusados paguen una reparación a la familia Ferreira de $ 6 millones.

“El homicidio de Facundo está justificado desde lo técnico, y que no se enoje el público. Facundo no era delincuente, era menor, pero sí capaz de cometer uno, y esas situaciones también dan derecho a la legítima defensa”, dijo el codefensor de González, Macario Santamarina. “El mejor testigo aquí fue J., que contó que todo empezó con chicos comunes que iban en moto haciendo tiros, y que los seguía la Policía. Es muy probable que Facundo también haya disparado, hay un dermotest positivo (luego otro estudio dio negativo). El lamentable disparo de Díaz Cáceres fue a la distancia, no tuvo intención de matar”, agregó.

“Una fatalidad”

Aurora Díaz Argañaraz, codefensora de Díaz Cáceres, destacó a su cliente como un policía que recibió honores en su corta carrera. “En este caso, tuvo que repeler un ataque con postas de goma. Su compañero ni siquiera disparó. Dijeron ‘tiros, tiros’ por radio para pedir refuerzos porque los motociclistas los superaban 8 a 2 en número. Es cierto que marcaron las vainas, pero nunca mintieron, vinieron aquí y reconocieron los errores cometidos. No hubo nunca intención de matar a un niño ¿Con qué fin? Díaz Cáceres se topó con esta fatalidad. Hay muchos casos que lamentablemente terminaron así, y no son homicidios agravados”, dijo.

¿Dónde los alojarían? La eterna Crisis carcelaria y La fuga de Roberto Rejas dejaron abierto el interrogante

Ayer, la fiscal de cámara Marta Jerez pidió la pena de prisión perpetua para los policías Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca, acusados del crimen de Facundo Ferreira. La acusadora pidió además, por la expectativa de pena tan alta, que ambos queden detenidos con prisión preventiva para garantizar que no se fuguen. El jueves 23 de septiembre, el guardiacárcel Roberto Rejas fue condenado a perpetua por los crímenes de Milagros Avellaneda y de su hijo Benicio. Las leyes establecen que los miembros de las fuerzas de seguridad no pueden ir a las mismas celdas que un preso común, y por eso, la dirección de Bomberos era, hasta este martes, el lugar de arresto (preventivo) de los uniformados procesados. Pero la fuga de Rejas, ocurrida este lunes, cambió todo. Aún no se informó a donde iría a parar a partir de ahora esta clase de presos. El Comando Radioeléctrico es otra dependencia que se usó para estos casos, pero, al igual que en Bomberos, el edificio no tiene calabozos ni personal idóneo para cuidar reos.

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