Ciberacoso: los peligros detrás de las redes

12 Noviembre 2021

El acceso a internet es un arma de doble filo. Y eso ha quedado demostrado en esta pandemia. Aprender en 2020 y parte del 2021 estuvo sujeto a las posibilidades de tener una computadora o un celular e internet para acceder a clases virtuales. Con las escuelas cerradas, el tiempo en que los chicos estuvieron en contacto con la tecnología fue mayor y de la misma manera, creció el riesgo de convertirse en víctimas de ciberacoso.

“Ciberacoso es acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Puede ocurrir en las redes sociales, en las plataformas de mensajería, plataformas de juegos y en los teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas”, describe Unicef en su página web.

Esta semana los datos proporcionados por un informe de la Unesco alertaron a los expertos: Argentina se encuentra entre los dos países con mayor cantidad de delitos de ciberacoso infantil en toda América Latina. Antes está México.

A lo largo del último año, nuestro país fue uno de los más afectados y son cerca de 25.000 las causas abiertas por día.

Otro aspecto llamativo del asunto es que las niñas representan el 80 por ciento de los casos. Cuando la tecnología está de por medio, las víctimas suelen ser las mujeres. El panorama cambia cuando el acoso es presencial ya que el bullying, en un 60 por ciento, se ejerce sobre los varones.

WhatsApp lleva la punta, pero Instagram, Facebook, Twitter, Zoom y Telegram son las redes elegidas para perpetrar el delito.

A menudo aquello que sucede en línea queda fuera del alcance de padres o adultos responsables. Muchos de los niños y adolescentes encuestados en este trabajo asumen que el contacto con el acosador (y potencial victimario) se inicia mucho tiempo antes de que lo noten, perdura en el tiempo y no son denunciados en el debido momento. Por eso resulta clave estar atentos a ciertas manifestaciones en las conductas.

Cuando ocurre el acoso en las redes o de manera virtual, la conducta de quien lo padece cambia. Y suele manifestarse de muchas maneras. Emocional y hasta físicamente.

En Argentina hay una Ley de Grooming que busca prevenir y sensibilizar a la población sobre la temática. Fue sancionada en 2020 y apunta a anticiparse a episodios más graves.

El acoso en línea puede iniciarse con formas simples, como una broma, hasta convertirse en un verdadero calvario. El límite es cuando la salud y la integridad de quien lo padece se ve afectada.

Esta semana se realizaron jornadas de capacitación en nuestra provincia destinadas a docentes de distintas localidades. Ciberacoso, sexting y grooming fueron las áreas en las que los maestros recibieron información.

Como responsables es importante que las áreas competentes se ocupen de esta temática a tiempo. Trabajar en un protocolo general que resguarde a niños, niñas y adolescentes de los delitos relacionados a la tecnología es prioritario. Y las familias deberían estar involucradas en ese proceso.

Hernán Navarro, director de la organización “Grooming Argentina”, recomienda que la mejor forma de control que pueden ejercer los padres es el diálogo.

“El adulto tiene una falsa percepción de seguridad, concibe que si su hijo permanece en el mismo espacio físico que ellos está seguro. Pero los chicos cierran la puerta de su habitación y desde allí pueden entrar a un boliche desde su teléfono” reflexiona el especialista.

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