Crónica de una renuncia anunciada

JUNTOS. Roberto Sánchez, Germán Alfaro y Beatriz Ávila, durante los festejos en el búnker de Juntos por el Cambio. JUNTOS. Roberto Sánchez, Germán Alfaro y Beatriz Ávila, durante los festejos en el búnker de Juntos por el Cambio.

En Tucumán no vale escandalizarse por algunos sucesos políticos que en otros lares parecen infrecuentes. Menos con las candidaturas testimoniales, ¡si prácticamente parecen un invento de la política comarcana! Todos lo apuntaron desde el mismo instante en el que Germán Alfaro se postuló para senador: es testimonial. Incluso hasta desde Juntos por el Cambio. No fue ilegal su postulación, está habilitado a hacerlo, como Osvaldo Jaldo -que luego renunció- o Juan Manzur -senador suplente-, sí, en cambio, fue engañosa. O puro pragmatismo político. Aprovechó para instalarse en todo el territorio provincial de cara al 23. 

Desde que dijo que aspiraba a ser gobernador quedó claro que su postulación no tenía como destino final el Congreso, sino ampliar su imagen fuera de las fronteras capitalinas. Todos lo sabían. Ahora unos más que otros. 

El Concejo Deliberante le dio la excusa que necesitaba para justificar su renuncia a la candidatura, por lo menos para que pudiese explicar mejor en términos políticos por qué lo hace. 

¿Es suficiente para frenar los reproches y los cuestionamientos que está recibiendo, incluso ahora desde su propio espacio? O más aún, ¿con esta acción se desdibujará su imagen al punto de afectar sus pretensiones de llegar a la Casa de Gobierno? 

Seguramente, como político que es -algunos le dicen el zorro, otros el pícaro-, habrá merituado los riesgos. En términos políticos obtuvo lo que quería desde un principio: que su esposa, la diputada nacional Beatriz Ávila, llegue a la Cámara Alta. 

A partir del 10 de diciembre, sobre ella más que sobre él se depositarán las miradas de los socios de Juntos por el Cambio, seguirán sus acciones frente a las dudas sembradas por su anterior rompimiento con Cambiemos. 

Alfaro se preocupó por apurar una afirmación en ese sentido: Ávila formará parte del bloque de Juntos por el Cambio. No podría ser de otra manera porque hasta su candidatura a gobernador por la oposición se vería afectada. Él es el candidato de Rodríguez Larreta. No puede fallarle. Alfaro va a recibir críticas de todo el arco político oficialista, con la razón puesta en que se postuló para un cargo que de antemano sabía que no iba a asumir, es un costo que está dispuesto a pagar. 

Habrá que ver si paga un costo, y de qué manera, con el electorado que lo votó para que sea senador. O habrá que preguntarse, además, si lo que lo votaron sabían, como todos los que lo cuestionaban, que iba a ser testimonial. E igual lo acompañaron. La acción política de Alfaro marcará los análisis y los discursos políticos de los próximos días, porque aunque temprano -demasiado- la carrera hacia el 23 ya está lanzada. Y lo que se hizo y se piensa hacer está dirigido en esa línea.

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