Por Gustavo Rodríguez
01 Febrero 2022
ARCHIVO LA GACETA
Una pelea entre dos grupos de jóvenes, que terminó con uno de ellos herido en un brazo, dejó expuesta una situación que da lugar a dos análisis. El primero se refiere al nivel de violencia que muestran los chicos que concurren a divertirse los fines de semana. El segundo, que las quejas de los veraneantes más antiguos de Tafí del Valle son justificadas. Por momentos, el descontrol se apodera de la villa turística más importante de la provincia. La Policía ya tiene identificados a los protagonistas y espera que la Justicia les indique cuáles serán los pasos a seguir.
El hecho se produjo el sábado a la madrugada. Un grupo de jóvenes comenzó a arrojar piedras al interior de una vivienda donde, al parecer, se desarrollaba una fiesta clandestina. La respuesta no se hizo esperar: desde el interior de la casa comenzaron a disparar una pistola automática. La balacera generó una corrida generalizada y, según informaron algunos testigos, crisis de nervios entre las adolescentes que se encontraban en el lugar y las personas que regresaban a sus casas para dormir.
La escena quedó registrada en un video que se viralizó en las redes sociales. Allí se escuchan los disparos y la llegada del primer móvil de seguridad al lugar.
Cuando los policías trataban de identificar a los autores de los disparos, recibieron la información de que un joven había sido trasladado al hospital de Tafí del Valle para ser asistido. Luego, al parecer por instrucciones de sus padres, lo trasladaron hasta la capital para que sea atendido en un sanatorio privado, ya que la víctima habría formado parte del grupo que realizó los disparos y fue herido de manera accidental.
La Policía determinó que un proyectil le había atravesado un brazo. También identificó a algunos de los participantes del incidente. Cuando los fueron a buscar, se dieron con que habían desocupado la cabaña alquilada y habían regresado a sus domicilios en la capital.
Revuelo y quejas
El caso generó un enorme revuelo entre los veraneantes.
“Esto es un descontrol total. No se puede creer lo que está sucediendo. Abrieron un boliche en la villa y se llena de mocosos. Era sabido que algo así podría pasar en cualquier momento. Lo que se debe tener en cuenta es que las consecuencias no fueron más graves por la intervención divina”, manifestó, indignada, María Laura Hernández.
“Acá se juntan varias situaciones que son graves”, planteó Fernanda Carrizo “Hay reuniones en la que los chicos toman antes de ir a bailar, consumen muchísimo alcohol y no sé qué otras cosas, y después salen. En ese estado calamitoso generan incidentes, se gritan y se pegan por deporte”, añadió la mujer que afirma estar pensando seriamente en vender la propiedad familiar porque en Tafí del Valle ya no se puede descansar.
Carlos Juárez, otro veraneante de años, agregó: “se hicieron decenas de cabañas para que se alojen turistas, pero terminan siendo alquiladas por mocosos que generan problemas desde que se levantan hasta que se van a dormir. Es lamentable observar la cantidad de alcohol que toman chicos y chicas a cualquier hora. Este no es el Tafí del Valle que todos amábamos”.
“Las comparaciones son odiosas, pero ya no hay diferencias entre Tafí del Valle y El Mollar. No es justo que los mocosos destruyan el esfuerzo de años de mucha gente que se reventó el lomo para tener un lugar de descanso. Alguien tiene que poner límites”, reclamó Eduardo Ferreyra.
Operativos
El jefe de la zona que corresponde a los Valles, el comisario Pablo Di Risio, explicó que el incidente se registró cuando estaban controlando la desconcentración del boliche de la villa. “Se organizó todo un operativo para dar con los protagonistas. Demoramos a tres menores que estaban en un auto y, al determinar que no habían intervenido en el incidente, los entregamos a sus padres. Se está investigando el caso que ya fue judicializado en Monteros”, informó.
El funcionario aclaró que las situaciones más tensas se viven entre jueves y domingo. “Tenemos 250 efectivos realizando tareas de prevención en Tafí del Valle y en El Mollar, que también pertenece a la jurisdicción. Este fue el único incidente grave que tuvimos en toda la temporada”, comentó. “Horas antes, se hizo un procedimiento y se evitó que se realizara en ese lugar una fiesta clandestina. Después, al parecer, los jóvenes intentaron reunirse allí”, añadió Di Risio en una entrevista con LA GACETA.
“Estamos trabajando permanentemente con el IPLA, Transporte e inspectores municipales. Tenemos que ser muy cuidadosos porque en la mayoría de las veces tenemos que actuar contra menores”, finalizó.
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