Atlético: la hazaña de Quito, relato de una noche de leyenda

A cinco años de uno de los partidos más importantes de la historia del “Decano”, todavía quedan cosas por decir.

RESUMEN PERFECTO. Jugadores e hinchas vivieron su propia odisea y el resultado fue esta foto: futbolistas sonriendo, vistiendo la camiseta de la selección argentina luego de ganar 1-0 en la altura de Quito. RESUMEN PERFECTO. Jugadores e hinchas vivieron su propia odisea y el resultado fue esta foto: futbolistas sonriendo, vistiendo la camiseta de la selección argentina luego de ganar 1-0 en la altura de Quito.
07 Febrero 2022

06/02/2017 10PM (hora local)

-Por favor, tienen que retirarse, se lo dijimos hace un rato, no pueden alterar el orden público.

Las palabras de los policías quiteños se pierden en el bullicioso clima que se vive en Plaza Foch, lugar típico de encuentro en la capital de Ecuador y que por unas horas fue tomada por los hinchas “decanos”. El núcleo de la movilización es la vereda de Players Sports Bar y Grill (estaba en refacciones), un árbol hace las veces de cerca olímpica y sostiene varias banderas. Si se tratara de un festival, ese hubiera sido el escenario principal. Fiesta total, los locales miran sorprendidos. Filman desde sus autos y desde los departamentos, incrédulos ante lo que está pasando.

En la vereda del frente -apenas cruzando la calle Reina Victoria- el periodista de Tyc Sports Patricio Burlone, sale en vivo para Sportia en la medianoche argentina. Llegó allí para seguir la cobertura del seleccionado sub 20 de Argentina, pero al ver el banderazo “decano”, junto a la producción decidió salir al aire desde esa esquina.

“¡Vamo’ lo’ deca papá”, grita un hincha “decano”, mientras el periodista -con cara de pocos amigos- intenta hablar de la selección conducida por Claudio Úbeda. Como ese fanático, varios se aproximan a la cámara, saben que es su momento. Influenciados por las cervezas que se consiguen por 0.50 de dólar (en ese momento 1U$s = $14) la situación se vuelve insostenible y el móvil termina de manera abrupta. En ese momento, el periodista y algunos hinchas intercambiaron algunas palabras con el ceño fruncido y poco amistosas.

Así terminó la noche anterior al partido para algunos hinchas. Otros, en cambio, eligieron el bar Chelsea como base para extender el banderazo hasta la madrugada. Decenas de policías terminaron de dispersar a los hinchas que estaban en la calle. Todo (o casi todos) a dormir. Al otro día debían ser parte de la historia grande de Atlético.

07/02/2017 8AM- Las promesas y plegarias estuvieron desde temprano. Para matar el tiempo, durante las primeras horas los hinchas se dedicaron al turismo. Los lugares elegidos fueron el Monumento Mitad del Mundo y el casco histórico de la ciudad. En cada esquina había una camiseta celeste y blanca. Quito estaba sitiada. Al mediodía el aroma a asado inundó las calles, al igual que las banderas y canciones. La previa era perfecta.

3 PM- “Esperen, esperen, LA GACETA publicó que parece que el partido no se juega, hubo quilombo con el avión”, gritó un hincha y el silencio se apoderó de uno de los búnkers “decanos”, que todavía tenía algunos cortes asándose en la parrilla. Sin conexión WiFi, eran pocos los que tenían datos en su celular. “Decile a Martín que pregunte, él tiene contacto con los dirigentes”, dijo uno. No hubo respuesta. No había cánticos, la fiesta estaba suspendida, las caras se transformaron. Todos estaban concentrados en sus celulares, tratando de contactarse con alguien en Guayaquil o en Tucumán. Todo el sacrificio parecía en vano. “El avión no va a salir, vamos a perder los puntos”, se animó a decir uno. Algunos rostros se inundaron de lágrimas. Bronca, impotencia y dolor.

5 PM. “Ya era, vamos a la cancha, cortemos los accesos, hay que hacer algo”, fue la idea de uno. Faltaban poco más de dos horas, el grupo caminó unas cuadras y subió al trolebús que por 25 centavos de dólar lo llevaría hasta la puerta del Estadio Olímpico Atahualpa.

Era la hora pico en Quito. El trole iba repleto, como el 106, el 11 o el 101 en Tucumán post partido. Subieron todos y alentaron los poco más de cinco minutos que duró el viaje. Claro que no faltaron las cargadas entre los “Puros criollos” y “Decanos” que se cruzaron en el camino. Ya en el estadio la incertidumbre seguía, pero las esperanzas de que el partido se jugara era más reales. Faltaba poco más de una hora para el horario en que estaba previsto el partido y ninguno de los “Decanos” que estaban a más de 5.000 kilómetros de Tucumán se imaginaban que formaban parte del partido más épico del fútbol sudamericano. Que luego serían parte de un libro. Que algún día podrían contarle a sus nietos que estuvieron ahí esa noche en que Atlético fue la Selección. Hoy se cumplen cinco años de aquella gesta, y el mundo “decano” se acuerda de aquel día con lujo de detalles, como si el tiempo no hubiese pasado. Es que es así: ese partido estará ahí, enfrascado por siempre en un lugar bien cerquita del corazón.

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