La caída del "Malevo": crónica de una fuga de película

A LOS GRITOS. El “Malevo” con un arma en la mano y el comisario Juan Sotelo hablan desde la ventana de alcaldía. A LOS GRITOS. El “Malevo” con un arma en la mano y el comisario Juan Sotelo hablan desde la ventana de alcaldía.

Mario Oscar “El Malevo” Ferreyra escuchó en el mayor de los silencios la sentencia de prisión perpetua que había dictado un tribunal en su contra el 14 de diciembre de 1993. El hombre que había soñado con escuchar el veredicto y regresar a casa para tomar mate con sus suegros, tuvo que cambiar rápidamente de planes. Los jueces Pedro Roldán Vázquez, Carlos Norry y Julio Espíndola Aráoz condenaron a prisión perpetua a él y a sus ocho compañeros por el triple crimen de Laguna de Robles. Ahora debía ser trasladado al penal de Villa Urquiza, el lugar donde él había estado acostumbrado a cruzar el portón para dejar delincuentes, no para ocupar una celda.

El “Malevo”, a lo largo del juicio, se mostró confiado en que la Justicia no lo condenaría. No encontraba los motivos para que lo hicieran. Decía que él sólo había cumplido con su deber, como lo hizo en otras ocasiones y, si bien tuvo algunos problemas, siempre salió airoso de las investigaciones y de las acusaciones. “Hubo sobreabundante prueba de que se había tratado de una ejecución. No había dudas de que los acusados fueron a buscar a los supuestos asaltantes a Güemes y los trajeron de manera totalmente irregular hacia la provincia, donde los terminaron matando”, explicó el juez Roldán Vázquez, ya jubilado.

Ferreyra, por una razón u otra, siempre logró desprenderse rápidamente de todas las acusaciones de exceso policial de que fue sospechado desde que ingresó a la ex Brigada de Investigaciones. Se constató que se le habían iniciado 23 procesos, todos por haber actuado fuera de la ley.

“El resultado de este juicio debe ser analizado desde una perspectiva mucho más amplia. Por primera vez en la historia, y gracias a la reforma procesal de 1991, un acta de Policía dejó de ser la verdad absoluta”, explicó Roldán Vázquez. “Con el nuevo digesto, todo lo que se volcaba en ese documento debía ser analizado, discutido, debatido, probado o desacreditado en un juicio oral donde todas las partes, los jueces y el público en general, tenían la oportunidad de saber qué era lo que realmente había ocurrido. Por supuesto que debía contar con la participación de testigos para que avalaran esos procedimientos”, añadió.

El fallo en contra del “Malevo” tuvo un fuerte impacto institucional en la provincia y una amplia repercusión a nivel nacional. La prensa de todo el país, sin saber lo que había ocurrido durante varios años en Tucumán, había construido una imagen de un hombre humilde que, con camisa negra y sombrero blanco, se encargaba de “limpiar” las calles tucumanas de delincuentes, sin preguntarse nunca cómo lo hacía. En otras palabras, construyeron el mito del “justiciero”, sin darse cuenta de que en realidad era un efectivo de la fuerza que cometía delitos escondiéndose detrás de una chapa de la Policía.

Por esa razón, la condena que le dictó el tribunal tuvo en esos tiempos un alto significado. El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, Juan Carlos Veiga, dijo: “es una lástima que no exista cabal conciencia sobre la decisión de los jueces”. El ministro de Gobierno José Ricardo Falú, de quien los condenados aseguraron que era el único responsable de haber sellado el final del “Malevo”, indicó: “el fallo fue dictado por jueces propuestos por la Universidad Nacional de Tucumán, el Colegio de Abogados y la Corte. Así se aventó todo intento de politización del juicio, lo que, gracias a Dios, en Tucumán ya no existe”.

La reacción

La gran pregunta era determinar cuál sería la reacción de Ferreyra después de enterarse de que debería pasar al menos 25 años tras las rejas. Y la respuesta de ese interrogante dio la vuelta al mundo por la cinematográfica fuga que protagonizó junto a dos condenados. Vale la pena realizar una secuencia temporal del escape para entender con claridad la gravedad del caso:

17:05: Los imputados fueron condenados a prisión perpetua por triple homicidio agravado. Por los incidentes que se registraban en la sala, no se pudo leer la totalidad de la sentencia. El presidente del tribunal, Roldán Vázquez, ordenó desalojar el lugar donde se llevó adelante la audiencia.

17:06: Por la reacción de los imputados y el público de la sala, se formó un cordón policial para proteger a los magistrados. A uno de los efectivos se lo observó llorando. Otro arrojó su arma reglamentaria al suelo como señal de protesta.

17:12: Los sentenciados fueron trasladados hasta la alcaidía de tribunales en medio de un caos. Seguidores acompañaron ese recorrido gritando a favor de los policías y cuestionando duramente al secretario de Gobierno Falú. “Si el funcionario y la fiscal tienen hijos, que le pidan a Dios que los cuide”, repitieron una y otra vez los seguidores más exaltados.

17:15: En el trayecto, un desconocido le entregó un revólver a José Antonio Tula, uno de los penados, que se lo pasó a Ferreyra.

17:18: Los guardias de tribunales no cumplieron con los protocolos de seguridad. En vez de alojar en las celdas a los condenados, los ubicaron en el casino de oficiales, un lugar que no cumplía con ningún tipo de medida de seguridad y donde estaban guardadas las armas del destacamento.

17: 25: El “Malevo”, ya con su atuendo tradicional, se mostró por la ventana de tribunales con el arma de fuego que le habían entregado.

17:30: el jefe del destacamento de tribunales, comisario Francisco Núñez, intentó desarmar a Ferreyra. Logró quitarle el arma, pero con la ayuda de los otros condenados, lo desarmaron y lo expulsaron del lugar.

17:45: Un centenar de manifestantes comenzaron a agolparse en la zona de Tribunales para apoyar a los policías condenados.

17:55: Los magistrados, que ya contaban con una custodia policial, ordenaron que se inicie una causa en contra de los penados que estaban atrincherados. Piden protección para los fiscales Marta Jerez y Eudoro Albo, que habían sido los acusadores en el juicio.

17.59: Se presentó el comisario que era responsable del área de los tribunales. Solicitó a los condenados que depusieran su actitud.

18.30: Eduardo Espeche, prosecretario de la fiscalía de Joaquina Vermal, concurrió a tribunales para pedirles a los condenados que se entregaran. Pero los penados rechazaron el planteo.

19.30: Los penados Emilio Herrera, René Albornoz y Carlos Correa fueron trasladados hasta la comisaría de La Reducción después de anunciar que ellos habían decidido no plegarse a la revuelta. Juan Hermosa, José Brito y Tula anunciaron que harían lo mismo, siempre y cuando no fueran trasladados al penal de Villa Urquiza.

19.45: La joven María de los Ángeles Núñez, pareja del “Malevo”, es vista por vecinos de la zona comprando grandes cantidades de pilas. Los investigadores sospecharon que podrían haber sido para utilizarlas en los equipos de radio y las linternas que ya tenían en su poder.

20: Los policías condenados rompieron el armario donde la guardia de tribunales tenía una ametralladora y cinco pistolas. Siempre se especuló que a esa hora, alguien de la fuerza les entregó la granada que usarían horas después.

20.30: El subjefe de Policía, Gerardo René Villagra, concurrió a Tribunales para dialogar con Ferreyra, pero el “Malevo” rechazó su planteo.

21: Los integrantes del tribunal le pidieron a la fiscala de Cámara que dejara su vehículo estacionado en el interior de Tribunales para que fuera llevada en un móvil policial hacia su domicilio particular. Jerez se subió a un patrullero del ya desaparecido Comando Radioléctrico, sin que sus custodios supieran a quién estaban trasladando. En el recorrido, el tema de conversación fue el fallo del juicio y las críticas de los funcionarios judiciales que habían colaborado para que su “líder” fuera condenado. Jamás se imaginaron que estaban trasladando a una de las personas que había realizado el planteo de acusación.

21.30: Se cortó el suministro de energía eléctrica al palacio de Justicia para presionar a los condenados y lograr que se entreguen a las autoridades.

22.15: Efectivos del Grupo Cero comenzaron a prepararse ante la inminente orden de la justicia para lograr la detención de los hombres que acababan de ser detenidos.

22:45: “Ustedes que me conocen saben que difícilmente me pueda poner nervioso por cualquier situación”, declaró el “Malevo” Ferreyra en una improvisada conferencia de prensa que realizó por la ventana de la alcaldía. “En la Policía jamás se acepta debilidad moral, sí se pueden aceptar excesos de celos en el cumplimiento del deber, pero jamás cobardía”, añadió. En un momento, la periodista Sonia García le consultó si no consideraba peligrosa su actitud. “Nada se consigue sin esfuerzo, nada se consigue sin riesgo. Hay que jugarse por las causas justas. No me gustaría tener un choque con mis camaradas, sería absurdo. No me quiero adelantar a los acontecimientos, me acomodo a los acontecimientos”, respondió.

24: La jueza Emma de Nucci ordenó a los policías que detuvieran a los policías que aún se encontraban en la alcaldía de tribunales.

00:15: Los condenados comenzaron a organizarse para resistir su detención. Estaban perfectamente al tanto de lo que sucedía porque escuchaban la frecuencia radial de la fuerza.

00:25: Ferreyra, con una granada en la mano, acompañado con José Sotelo, con un handy, y Enrique Vairetti abriendo el paso con una ametralladora, salieron de tribunales, caminaron hasta Congreso y huyeron hacia el sur de la ciudad. “No intenten resistir, la cosa no es contra ustedes”, gritó el “Malevo” cuando dio inicio a su fuga. Decenas de personas, entre las que se encontraban familiares, uniformados de civil que fueron a apoyarlos y seguidores, los acompañaron en medio de vítores y arrojando petardos para hacer más confusa la situación. Se subieron a una camioneta que los esperaba en Congreso y Lavalle.

0:26: los policías de tribunales pidieron instrucciones sobre cómo debían actuar, pero nadie les respondió. Seis de los nueve condenados aprovechan para escaparse.

1:40: Hermosa, Brito y Tula se presentaron en la seccional 6ª y dejaron muy en claro que ellos nunca tuvieron intenciones de escaparse, sino que sólo decidieron acompañar a Ferreyra en medio de la multitud.

2:05: Se emitió un radiograma a todas las unidades de la fuerza para informar que la Justicia había ordenado la captura de Ferreyra, Sotelo y Vairetti, los únicos condenados que habían decidido escaparse de tribunales.

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