Jaldo arenga a la Policía y pide que salga más a la calle

Fernández y Sobrecasas conducirán la fuerza de seguridad provincial. Las consultas a Manzur y los intríngulis previos a las designaciones.

 Julio Fernández Julio Fernández

¿Por qué es tan difícil designar un jefe de Policía? ¿Por qué tanta intriga al momento de nominar a las personas que conducirán a fuerza de seguridad? Osvaldo Jaldo, vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, se tomó su tiempo para nominar a la nueva cúpula policial. Hasta la noche del martes, mientras se encontraba en Buenos Aires, Jaldo analizó el legajo de los dos posibles postulantes: los comisarios Julio Fernández y Sergio Sobrecasas Acosta. “Ambos tienen fojas de servicio impecables”, enfatizó ayer al hablar tras el acto.

Durante los últimos días, varios comisarios generales pasaron por la Casa de Gobierno buscando una bendición para llevarlos hacia el máximo cargo de la fuerza. El vice habló del tema, en la misma Casa Rosada, con el jefe de Gabinete y gobernador en uso de licencia, Juan Manzur. Hubo acuerdo para efectuar los cambios, pero no la certeza de dar los pasos administrativos necesarios para avanzar con la decisión. Ayer a la mañana se prepararon los decretos de rigor. Las invitaciones para asistir a la ceremonia de asunción comenzaron a enviarse cerca del mediodía (en su mayoría fueron comunicaciones telefónicas). ¿Por qué la demora? No sólo por el hermetismo detrás de los nombres, sino también porque el acto cambio de escenario en varias oportunidades. Primero se mencionó que iba a realizarse en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno; luego que se iba a concretar en la Jefatura de Policía o en la Escuela de la fuerza. Hasta que, finalmente, el Gobierno decidió hacerlo en el Teatro Mercedes Sosa, que se colmó de representantes de distintas unidades policiales.

Entre escuadrón y escuadrón hubo un mensaje que puede marcar el rumbo a las nuevas autoridades: todos los hombres designados son azules. No es un dato menor. La gestión del comandante de Gendarmería, Claudio Maley, estuvo signada por el color del uniforme y varios jefes policiales mantenían recelo sólo por ese hecho.

La mano política

Julio Fernández reemplazó en la conducción de la fuerza a su par Manuel Bernachi, que presentó su renuncia el pasado 25 de febrero. Desde entonces e interinamente en ese cargo venía desempeñándose el comisario general José Rolando Gómez, acompañado por Fernández, que fue director de la División de Trata de Personas y Violencia de Género de la Policía.

¿Quién responde a quién? En la Casa de Gobierno circuló ayer un comentario un tanto irónico cuando se consultó acerca de si hubo acuerdo entre Jaldo y Manzur para las designaciones. “Si se llevaba al terreno de la negociación, el resultado hubiese sido 3 a 0 y no 2 a 1”, bromeó un funcionario. En los hechos, Fernández es afín al vicegobernador, mientras que Sobrecasas Acosta y Gómez son cercanos al actual jefe de Gabinete de la Nación. De hecho, han sido parte de su custodia oficial en los últimos años. Gómez se sacará el uniforme policial para ponerse el traje de subsecretario de Seguridad, luego de que el ministro del área, Eugenio Agüero Gamboa, le entregara ayer el decreto de designación en el cargo.

Según los allegados al vicegobernador en ejercicio del Ejecutivo, Fernández es el comisario de mayor antigüedad y esa también fue otra de las razones de peso para su elección. Su llegada ha causado alivio en gran parte de la cúpula policial. Al menos media docena de comisarios de alto rango mantendrán sus cargos, aunque todos deberán mostrar resultados de gestión en el corto plazo y, así, evitar ser reubicados en nuevos destinos o pasar a retiro.

En su discurso en el Teatro Mercedes Sosa, Jaldo ha dejado en claro que su gestión en la Gobernación -pronta a cumplir seis meses- quiere resultados inmediatos. Dirigiéndose al ministro de Seguridad, pero en un mensaje hacia todos los presentes, Jaldo expresó: “(los delincuentes) no nos pueden ganar, ni tienen más equipamiento que nosotros. Hay que salir a enfrentarlos hasta las últimas consecuencias y llevarlos hasta Villa Urquiza”.

En su arenga a las dotaciones de uniformados, el gobernador interino resaltó que su administración propiciará la salida masiva de efectivos a la calle para reducir, paulatinamente, los índices de inseguridad. “Tenemos que empezar a ganar esta pelea y los que tenemos responsabilidad de gestión debemos hacer el mayor esfuerzo para alcanzar resultados. Somos concientes que de que la ciudadanía demanda más seguridad”, exclamó. Y luego volvió su mirada hacia los jefes policiales. “Para combatir la inseguridad, vamos a ir hasta el hueso, entrando en barrios o en ciudades consideradas peligrosas, acompañando a la tropa”, acotó.

En su charla con LA GACETA, Jaldo explicó que ya hay fondos en la cuenta corriente oficial para avanzar con la habilitación de las alcaldías en Banda del Río Salí y en Las Talitas para albergar a unos 1.200 detenidos que hoy son alojados en las comisarías. El titular interino del Ejecutivo, en ese sentido, agregó que, con una mejor política carcelaria, podrá liberarse a entre 600 y 700 hombres más para que dejen de cuidar detenidos y salgan a la calle a prevenir los delitos. La Policía cuenta en la actualidad con un total de 11.000 uniformados. Cerca del 20% de ese total se encuentra realizando tareas administrativas, mientras que otro 10% está de licencia por distintos motivos.

“Estamos incorporando 100 nuevas camionetas para la Policía. También estamos recuperando edificios en desuso para convertirlos en pequeñas comisarías; por ejemplo en Río Seco y en Delfín Gallo”, reveló.

Jaldo abre una nueva etapa en materia de seguridad. Ayer, públicamente, ha defendido el accionar policial. “Se habla mucho de los hechos delictivos y poco cuando se resuelven”, describió. Prometió profundizar la tarea de prevención del delito con una interacción y más coordinación con otros poderes del Estado.

Agüero Gamboa: “no podemos rendirnos”

En su discurso en el Teatro Mercedes Sosa, el ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, reconoció que el combate frontal a la delincuencia no es una tarea sencilla, pero reconoció que es una pelea que hay que dar para proteger a la ciudadanía y a sus bienes. “Hay que elevar el rol de la institución policial; debemos trabajar en equipo con las otras fuerzas de seguridad y con los otros poderes por el bien común de los tucumanos”, manifestó. El funcionario, además, acotó que el objetivo inmediato será fortalecer a la Policía frente a la percepción social, para que los ciudadanos se sienta protegidos. “No podemos rendirnos”, remarcó Agüero Gamboa.

De los tres poderes ¿quiénes asistieron a la ceremonia?

El acto de asunción contó con la presencia de funcionarios de todos los poderes del Estado. Además de los ministros, secretarios y subsecretarios del Poder Ejecutivo, en el Teatro Mercedes Sosa estuvieron el vicegobernador, Sergio Mansilla, el vicepresidente primero Regino Amado y la vicepresidenta segunda de la Legislatura, Sandra Orquera, además de otros parlamentarios. En representación del Poder Judicial asistieron el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Daniel Leiva, y el ministro Pupilar y de la Defensa, Washington Navarro Dávila. También se observó la presencia en el salón de varios intendentes.

Fernández: el jefe policial

“Habrá más personal en la calle; es importante que la gente vea a los policías trabajando en la calle y recuperemos la confianza de la sociedad. Además tenemos que combatir con fuerza la droga. Detrás de este problema vienen muchos otros delitos”, afirmó ayer Julio Fernández, el nuevo jefe de la Policía de Tucumán. El comisario general es afín al vicegobernador en ejercicio del PE, Osvaldo Jaldo.

Sobrecasas: el rol del subjefe

“Nuestra Policía acentuará las medidas preventivas, que es lo máximo a lo que tenemos que aspirar”. Esa fue la carta de presentación del nuevo subjefe de la fuerza de seguridad provincial, comisario general Sergio Rubén Eduardo Sobrecasas Acosta. El ex titular del Departamento de Operaciones Policiales trabajó muy cerca del actual jefe de Gabinete Juan Manzur.

Gómez: subsecretario de Seguridad

“Mi función será articular el trabajo entre la Policía y Seguridad. Será netamente operativa. El objetivo es lograr una Policía con mucha empatía con la sociedad”. Así definió su misión el nuevo subsecretario de Seguridad, comisario general José Rolando Gómez. El ex subjefe policial ha sido también conductor de la custodia oficial del gobernador en uso de licencia, Juan Manzur.

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